En entrevista exclusiva para La Iguana.TV, el constituyente Julio Escalona advirtió que el gobierno de Estados Unidos y sus aliados más radicales esperan una alta abstención del pueblo chavista para justificar acciones de guerra contra Venezuela.

 

Escalona (Valencia, 1938), vocero del sector jubilados y pensionados, profesor universitario, ex diplomático y hombre de larga y digna trayectoria en la izquierda venezolana, habló sin tapujos sobre los dos meses de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), las expectativas del pueblo, la difícil situación económica, el diálogo con la oposición, la posibilidad de una guerra imperial contra Venezuela y la urgencia de concretar las medidas frente a la corrupción.

 

A continuación, una versión del diálogo que el constituyente sostuvo con el periodista Clodovaldo Hernández:

 

-¿Cómo aprecia usted que el pueblo está percibiendo la gestión de la Asamblea Nacional Constituyente? ¿Se están cumpliendo las expectativas?

 

-Hay que explicar un poco cómo funciona la Asamblea Constituyente. Si lo hubiésemos hecho desde un principio, se le hubiese hablado claro al pueblo sobre las expectativas. La Constituyente no tiene la fórmula mágica para resolver esos problemas nacionales. Estoy en la Comisión de Economía y veo que en Internet todo lo que nos mandan es plomo, pero en verdad somos una comisión asesora. No podernos tomar decisiones, solo podemos hacer sugerencias a la orden de la Asamblea y del presidente de la República. Acá se ha hablado de que se conquistó la paz, y es cierto que el 30 de julio se derrotó la violencia callejera, pero la oposición ha venido manejando distintas formas de lucha, unas legales, otras ilegales, unas pacíficas, otras no pacíficas, pero lo cierto es que nunca salen de la violencia, sino pasan de una forma a otra. Luego de la elección de la ANC pasó de la violencia callejera a agudizar la guerra de precios. El mismo 31 de julio subieron los precios, y lo mismo ocurrió al día siguiente de que el presidente Maduro fuera a la ANC y tendiera la mano para conversar, para negociar. Es una actitud sostenida de guerra, no hay tregua. Uno podría suponer que si se va a abrir una negociación a partir de la actitud del presidente en la ANC, debería haber un “alto el fuego”, un cese de hostilidades porque vamos a negociar. Pero eso no ha ocurrido.

 

López podría estar en libertad

 

Escalona, histórico dirigente de la Liga Socialista, expresó que generalmente la oposición ha saboteado toda posibilidad de negociación política. “Por ejemplo, en el diálogo que se ha desarrollado aquí y en República Dominicana, ellos siguen poniendo condiciones previas. En los diálogos de alto nivel, en la vida diplomática, no hay condiciones previas, a menos que una de las partes haya ganado claramente la batalla. Por ejemplo, en la primera guerra de Irak, cuando fue derrotado Saddam Hussein, pero no derrocado, al general (Norman) Schwarzkopf, comandante de las fuerzas estadounidenses, que además era altote, más alto que el representante iraquí, pudimos verlo en televisión haciéndole así a su contraparte (imita el gesto del militar, señalando con el índice desde las alturas). ¡Claro, había ganado la guerra  podía poner las condiciones!… Aquí hay una negociación abierta. Si se ponen condiciones previas es porque no se quiere negociar”.

 

El entrevistado dice que una de esas condiciones previas ha sido siempre la liberación de quienes la oposición considera presos políticos, una lista que encabeza el dirigente Leopoldo López. “Creo que Leopoldo López sigue preso por responsabilidad de la oposición porque si no hubiesen puesto eso como condición previa, sino que lo hubiesen incorporado como parte de la negociación, ya se habría llegado a un acuerdo. De esa manera es claro que la otra parte no puede ceder. Es muy probable que si se hubiese desarrollado una negociación franca y abierta, López estuviera en libertad, pero el gobierno no va a resolver eso si le imponen como condición previa. La oposición lo sabe y el propio López también, y debería reclamarles eso a sus compañeros de la oposición

 

Los empresarios no quieren acordar precios

 

Escalona señala que la situación relacionada con la guerra económica es parecida a la que se presenta respecto al diálogo político. En su concepto, la idea de los precios acordados es muy positiva porque no intenta imponer los precios a los productores o comerciantes. Sin embargo, tiene muchas dudas de que dé resultados porque, en su concepto, “los grandes empresarios no quieren negociar precios, sino derrocar al gobierno, hacer que diga me rindo”.  

 

-Luego de dos meses de trabajo, y ya que no se han satisfecho las expectativas, ¿no se corre el riesgo de que la gente pierda la fe en la Constituyente?

 

-La pérdida de fe en la ANC ya no es un riesgo, es un hecho que está ocurriendo. Como todos sabemos, las ilusiones no son ilimitadas, salvo los que se enamoran solos que pueden durar toda la vida ilusionados. Eso no ocurre en la política o en la economía. Ese es un punto que el gobierno debería explicar y la ANC también. Decirle a la gente qué es lo que está pasando. Claro, yo entiendo que al gobierno le resulta difícil explicarlo porque para hacerlo tendría que contar verdades de los que está ocurriendo en la negociación, y decir esas verdades le daría excusas a la otra parte para retirarse. La estrategia del presidente Maduro ha sido mantenerlos en la mesa porque fuera de ella no solo actúan ellos, sino quienes los sostienen, que es el presidente Trump. Cualquier problema en la negociación que pueda hacerla concluir, abre la opción de la violencia. Eso es lo que Trump desea: que se interrumpa la negociación para abrir el camino de la intervención.

 

Los demonios de la guerra

 

Escalona advirtió que el camino de la acción militar sería lo peor que podría pasarle a Venezuela, pues se trata de una opción que termina como Libia, Siria o Irak, en la destrucción total del país. “Como no hemos vivido esas guerras, como solo hemos tenido información distorsionada sobre ellas, no tenemos conciencia clara de lo que significa. Pero una guerra, una intervención militar en Venezuela es el peor escenario que podríamos vivir. Los servicios en Venezuela son fácilmente saboteables. Si bombardean el Guri nos retrotraeríamos a la Edad de Piedra en materia de electricidad, agua, Internet, de todo lo que funciona con electricidad. También pueden dejar al país segmentando bombardeando los grandes puentes”.

 

La peor respuesta es la abstención

 

Ante ese panorama, Escalona entiende que es correcta la estrategia del presidente Maduro de tratar de alargar las negociaciones políticas y el diálogo, pues es la  única opción en paz que el pueblo tiene.

 

-¿Usted, que ha estado en labores diplomáticas, ve como inminente la posibilidad de una guerra?

 

-La posibilidad de una guerra de depende de cómo avancen las negociaciones. Si van mal, aumentan esas posibilidades. Eso es lo que se está jugando. Por eso es que cuando se retrasa la solución del problema de los precios, se hace para sostener la negociación, aunque ellos no están jugando limpio. El gobierno no puede retirarse de esas negociaciones. Eso es justamente lo que el presidente Trump y las fuerzas de la derecha internacional esperan que haga el gobierno para intervenir en Venezuela. A la economía de EEUU le interesa la guerra porque representa su posibilidad para salir del profundo deterioro en que se encuentra. No es algo para el país en su conjunto, sino para los intereses de los millonarios de EEUU. Por eso es que en su primer viaje al Medio Oriente (Trump) les vendió a los sauditas  seis mil millones de dólares en armas. Hay un interés notorio de EEUU en la guerra y por eso sanciona  y presiona a Venezuela en todos los sentidos. Quieren llevar a Maduro a una posición en la que no le quede otra opción que romper las negociaciones. Por eso es un gesto de sabiduría del presidente Maduro el mantenerse en las negociaciones, aun cuando sean cada vez más difíciles y provoquen esa reacción de desencanto en el pueblo. Lo que tenemos por delante es desarrollar una intensa labor de pedagogía política, explicarle a la gente que lo peor que puede hacer la gente es abstenerse en las elecciones regionales porque desataría fuerzas infernales contra el pueblo venezolano. Con la abstención se puede expresar rabia y descontento, pero no se resuelve la situación en la que puede quedar el país, sometido a una intervención. El triunfo de la abstención sería algo duro, muy duro para nosotros porque significaría liberar todas esas fuerzas infernales que quieren el mal para el país, que quieren conducir al pueblo a graves sacrificios.

 

Enfrentar la corrupción

 

El constituyente agregó que una vez superada la cita electoral, es necesario tomar medidas inmediatas en algunos campos. “Por ejemplo, el pueblo entendería mejor todo esto si viera que, por otro lado, se toman medidas serias contra la corrupción. Ese es uno de los problemas que nos tienen atrapados. Medidas que no se toman, leyes que no se cumplen, empresas fantasmas, de maletín. Esa corrupción, obviamente está en el seno del gobierno. No digo que en el nivel del presidente Maduro o de otras importantes figuras, pero un sector del gobierno está en la corrupción, y un ejemplo es lo ocurrido en Cadivi. El pueblo lo que quiere es ver hechos, responsables identificados y presos”.

 

-¿Las medidas tomadas hasta ahora por el fiscal general Tarek William Saab apuntan en ese sentido?

 

-Pueden apuntar, pero tienen que apuntar rápido. También allí está lo que ha dicho el presidente, porque esa política anticorrupción no podría hacerse sin su apoyo. El presidente ha hecho declaraciones contundentes contra la corrupción, pero hay que pasar de las declaraciones a los hechos. Claro, yo supongo que hay altos funcionarios involucrados y eso hace difícil adelantar una política como esa. Pero quiero recordar que los grandes momentos de este proceso político no se han realizado sin pueblo en la calle. El pueblo hasta ahora se queja, demanda, pero eso nunca ha sido una conducta revolucionaria. Tú te quejas y ejerces un derecho, pero eso no cambia nada. Al contrario, la queja es un sentimiento negativo de insatisfacción, rabia, descontento, y nada de eso construye. Hay que pasar de la rabia y el descontento a la acción. Una figura escondida en la Constitución Bolivariana vigente es la que está en el artículo 70, es la asamblea de ciudadanos. Ese artículo le da a las deliberaciones de esas asambleas un carácter vinculante. Toda conclusión es de obligatorio cumplimiento. Entonces, lo que debemos hacer es llenar al país de asambleas de ciudadanos y aprobar en ellas propuestas contra la corrupción, contra el burocratismo y contra todos los males que nos afectan. Se puede pedir derecho de palabra en la ANC, que está obligada a oír. En lugar de ponernos bravos con la ANC, de reclamar, de deprimirnos, de ponernos rabiosos, hagamos algo: constituirnos en asambleas de ciudadanos. La Constitución ni siquiera dice cuántas personas deben integrarla. Es más, yo creo que eso fue una travesura de Chávez, que puso por ahí ese artículo, como escondido, para que no lo pudieran eliminar los que hicieron la redacción final del texto. Es una instancia del poder popular que toma medidas con carácter vinculante. Si una asamblea de ciudadanos decide dirigirse a cualquier órgano del Estado o a la ANC para denunciar la corrupción, eso debe ser tomado en cuenta.

 

-¿Las ocho leyes económicas que propuso el presidente Maduro, cuándo serán aprobadas?

 

-No creo que pase mucho tiempo sin que sean aprobadas. Pero, aunque se aprueben, los problemas seguirán vivos. La aplicación de una ley es complicada. Por eso es que yo insisto en que el pueblo debe darse cuenta de su fuerza. Revisando dos momentos decisivos en este proceso, eso queda claro: abril de 2002 se resolvió con gente en la calle. Y el 30 de julio ¿cómo se resolvió?… con gente moviéndose desde todas partes, cruzando ríos, yéndose para el Poliedro a votar. Ese esfuerzo resolvió la situación que estaba planteada y derrotó la violencia en la calle. Ahora hay que pensar en esfuerzos similares, pensar menos en qué hará la ANC, el gobierno o el presidente. Eso hay que pensarlo, pero también hay que pensar en qué podemos hacer nosotros, qué puede hacer el poder popular, que ha demostrado que es real y que en Venezuela, cuando se moviliza, tiene resultados. Si no hacemos eso y nos abstenemos el domingo, lo que estaremos es condenando este proceso.

 

(Clodovaldo Hernández / [email protected])

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