«A partir del 4 de mayo comenzaremos con un programa nacional de reapertura que tenga en cuenta las peculiaridades territoriales«. Así ha anunciado esta mañana a través de las redes sociales el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, el inicio de la «fase 2» de su plan tras la peor parte de la epidemia de coronavirus que ha azotado al país europeo, a lo que ha añadido: «Proporcionaré los detalles en los próximos días», ha dicho Conte, especificando que el plan llegará «antes del final de esta semana». Esta tarde en el Senado ha adelantado más detalles sobre el futuro del país transalpino: mascarillas y distancia social hasta que haya vacuna y sobre la aplicación de seguimiento: sólo será de forma voluntaria, sin sanciones para aquellos que no la descarguen.

 

En su intervención de hoy en el Senado, Conte ha señalado que debe ser mantenida la obligación de usar mascarilla y el distanciamiento social, aunque con algunas modificaciones, hasta que haya vacunas o terapias efectivas. Conte ha incluido la medida en una lista de cinco puntos que resumen el plan de respuesta de salud preparado por el Gobierno. La lista también incluye el fortalecimiento de los servicios de prevención para evitar que se repita al explosión de contagios en las residencias sanitarias para ancianos; la detección de estructuras dedicadas exclusivamente al tratamiento de Covid-19, para reducir el riesgo de contagio para trabajadores de la salud y pacientes; un plan de investigación epidemiológica basado en pruebas serológicas (Conte anuncia 150.000 seguidos por otros 150.000); y la aplicación de seguimiento inmune que, especificó, se descargará «sólo de forma voluntaria» y no conllevará consecuencias o restricciones para aquellos que no quieran usarla.

 

El plan de reapertura

 

Conte ha hablado de la necesidad de comenzar de nuevo, haciendo hincapié en el tema de la gradualidad varias veces porque «la imprudencia podría comprometer los sacrificios realizados». El objetivo es aumentar las vueltas del motor económico, proporcionando la reapertura de las actividades de producción y comerciales sobre la base de un «plan homogéneo para toda Italia». Sin embargo, la curva de contagio siempre se mantendrá bajo control para proporcionar medidas de restricción específicas para las zonas que pueden verse afectadas por un nuevo brote de la epidemia.

 

Y es que Italia sigue siendo uno de los países europeos más afectados por el coronavirus y las cifras todavía son altas. Según datos de hoy de Protección Civil, ha aumentado la cifra diaria de muertes por coronavirus y también los casos nuevos. Este martes se han registrado 534 muertes, frente a las 454 del día anterior, y es el recuento diario más alto desde el viernes. También aumentaron las nuevas infecciones: 2.729 frente a las 2.256 del lunes.

 

En Lombardía, la región más afectada, han aumentado hoy también las infecciones y las muertes, pero disminuyen las hospitalizaciones.

 

En particular, ha explicado Conte, las decisiones serán «proporcionales a la receptividad específica de los hospitales en las áreas de referencia». El primer ministro, como anticipó en su discurso en las redes sociales (por lo que fue criticado), especificó que el reinicio se llevará a cabo sobre la base de un plan articulado y estructurado que tenga en cuenta en primer lugar los movimientos de trabajadores y la capacidad del transporte público. En cualquier caso, dijo, «el regreso a la normalidad, aunque con la gradualidad necesaria, es una necesidad de todos».

 

Previamente en las redes sociales, había adelantado: «Analizaremos en profundidad este plan de reapertura y profundizaremos en todos sus detalles. Al final, asumiremos la responsabilidad de las decisiones, que dependen del Gobierno y que ciertamente no pueden confiarse a los expertos, que también nos ofrecen una base valiosa para la evaluación», ha añadido.

 

Conte ha explicado: «Muchos ciudadanos están cansados de los esfuerzos realizados hasta ahora y desean una relajación significativa de estas medidas o incluso su abolición total. Luego están las necesidades de las empresas y actividades comerciales de reanudar lo antes posible. Desearía poder decir: volvamos a abrir todo. Inmediatamente. Este Gobierno ha puesto en el primer puesto la protección de la salud de los ciudadanos, pero seguro que no es insensible al objetivo de preservar la eficiencia del sistema productivo. Pero una decisión de tal género sería irresponsable. Haría que la curva de contagio subiera de manera incontrolada y anularía todos los esfuerzos que hemos hecho hasta ahora. Todos juntos».

 

«En esta etapa no podemos permitirnos actuar confiando en la improvisación. No podemos abandonar la línea de máxima cautela, incluso en la perspectiva de reiniciar. No podemos confiar en decisiones improvisadas para satisfacer a una parte de la opinión pública o para satisfacer las solicitudes de algunas categorías de producción, empresas individuales o regiones específicas», recalcó ante las peticiones de algunas regiones de que la desescalada sea inmediata.

 

«La flexibilización de las medidas debe realizarse sobre la base de un plan bien estructurado y articulado. Tenemos que reabrir sobre la base de un programa que tenga en consideración todos los detalles y cruce todos los datos. Un programa serio y científico. No podemos permitirnos dejar de lado ningún detalle, porque la relajación conlleva el riesgo concreto de un aumento decidido de la curva de contagio y debemos estar preparados para contener este ascenso a los niveles mínimos, de modo que el riesgo de contagio sea «tolerable» sobre todo en consideración a la receptividad de nuestra estructura hospitalaria».

 

Ayudas económicas a familias y empresas

 

Para apoyar la recuperación, el Gobierno redactará un nuevo decreto ley respaldado por una asignación de «no menos de 50.000 millones», sumas que se sumarán a los 25.000 millones ya asignados. Palazzo Chigi enviará un informe al Parlamento «muy pronto» con la solicitud de desviación del presupuesto, como se había hecho la vez anterior, también en consideración de la caída del 9,1% en el PIB prevista por el Fondo Monetario Internacional tras el encierro y el parón de la economía impuesto por la emergencia sanitaria. El primer ministro reconoció que esta crisis «afecta a los grupos más frágiles, corre el riesgo de crear nueva pobreza y desgarrar el tejido social». Y por esta razón, ha anunciado un apoyo aún más incisivo para familias y empresas.

 

La movilidad de los trabajadores

 

«No podemos limitarnos a exigir, por parte de la empresa individual, el respeto del protocolo de seguridad en el lugar de trabajo que también hemos preparado para esta epidemia. Debemos evaluar también los flujos de trabajadores que genera la reapertura de esta empresa. Los porcentajes de quienes usan el transporte público, privado, a qué horas y con qué densidad», había explicado Conte en las redes sociales. A lo que seguidamente se había planteado las siguientes cuestiones: «¿Cómo podemos garantizar la distancia social dentro del medio de transporte? ¿Cómo podemos evitar el hacinamiento, las famosas «horas punta»? ¿Cómo podemos fomentar el uso de modos de transporte alternativos y descongestionantes?».

 

«Hemos conseguido resultados importantes, que se están estudiando en otros países. Debemos consolidar estos resultados también en esta nueva fase. Este programa debe tener una huella nacional, porque debe ofrecer una reorganización de de los métodos de prestación de servicios de trabajo, un replanteamiento de los modos de transporte y nuevas reglas para las actividades comerciales».

 

La cuestión de las regiones

 

Conte confirmó en las redes que habrá diferencias territoriales: «Debemos actuar sobre la base de un programa nacional, que sin embargo tiene en cuenta las peculiaridades territoriales. Porque las características y métodos de transporte en Basilicata no son los mismos que en Lombardía [una de las regiones más afectadas]. Además, la capacidad de las estructuras hospitalarias cambia de región a región y debe ser constantemente proporcional al número de contagiados y de pacientes de Covid-19. Es por eso que tenemos grupos de expertos que están trabajando a nuestro lado día y noche«.

 

Conte ha mencionado al jefe de Protección Civil Angelo Borrelli, Domenico Arcuri, Silvio Brusaferro y «Vittorio Colao que junto con muchos otros expertos están ofreciendo una contribución determinante para la elaboración de un plan para una reapertura gradual y sostenible«.

 

A partir de la fecha marcada para la «fase 2», las empresas manufactureras serán las primeras en recuperar su actividad, después lo harán las constructoras. Tendrá que esperar el sector de la hostelería, ya que todo dependerá de los datos. Después, se pensará en el turismo, la cultura, el ocio y las escuelas.

 

(El Mundo)