A medida que pasan los días, se descubren nuevos síntomas que afectan a los contagiados por COVID-19.

 

Primero, se descubrió que el virus afectaba gravemente a los pulmones, luego que los afectados por coronavirus perdían el olfato y el gusto, también que los fumadores y los obesos son más vulnerables al SARS-CoV-2 y el último hallazgo, investigado por podólogos españoles, el virus puede afectar también a los pies.

 

El Consejo General de Colegios Oficiales de Podólogos (CGCOP) de España ha decidido abrir un registro de posibles casos de COVID-19 tras encontrarse numerosos casos de personas enfermas, fundamentalmente niños y jóvenes, que presentaban pequeñas lesiones dermatológicas en sus pies.

 

Por este motivo, se va a realizar un estudio epidemiológico de estas lesiones contando con los 7.500 podólogos de España. Sputnik conversa con el doctor Dioniosio Martos en representación del CGCOP para aclarar las dudas sobre esta extraña enfermedad:

 

—¿Cómo saben que esos niños y adolescentes que presentan esas manchas tienen el Coronavirus?

 

—A ciencia cierta no se puede precisar que estos niños padezcan la enfermedad ocasionada por el nuevo coronavirus, ya que para realizar un diagnóstico certero es imprescindible realizar un test de PCR. Es cierto que, por la característica de la lesión, si no existe un desencadenante traumático (un golpe o rozadura) ni reactivo a una picadura de insecto, por ejemplo, se observa un fenómeno de vasculitis similar a los ocasionados tras una infección como reacción inmunohistológica localizada en zonas acras. En la situación de pandemia nos hace pensar que estas lesiones pueden ser inducidas por una infección ocasionadas por el virus que provoca la COVID-19.

 

—¿Cuándo encontraron el primer caso?

 

—El primer caso que viene recogido en una publicación se dio en Wuhan (China) donde se describe que 19 pacientes con COVID-19 presentaban lesiones en dedos de pies y manos que, en alguna ocasión, llegaron a desarrollar isquemia (disminución de la circulación de sangre a través de las arterias) importante y ampollas.

 

—Aunque es muy pronto y todavía no hay evidencia científica, ¿tiene alguna opinión personal de por qué pasa eso? ¿Por qué en los pies?

 

—Una publicación del diario «Redacción Médica» del 8 de abril reflejaba los hallazgos histológicos en autopsias clínicas realizadas en Italia a cadáveres de COVID-19. Se pudieron observar grandes lesiones en el endotelio de vasos sanguíneos ocasionados por el virus, que provocaron una tormenta de citoquinas (proteínas que regulan el mecanismo de la inflamación) que desencadenaron un proceso inmunológico severo.

 

Esto provoca, junto a alteraciones en la cascada de la coagulación en determinados tejidos, áreas severamente enfisematosas, con vasos sanguíneos enormemente dilatados, hasta 20 veces más de lo normal. A menudo terminan en la formación de microtrombos y vasculitis oclusiva en los tejidos que irrigan. Esto hace pensar que las lesiones características de vasculitis en zonas acras sin desencadenante traumático previo ni enfriamiento prolongado en dichas zonas acras, puede obedecer a este complejo síndrome. Al ser los pies la estructura anatómica más distal y con mayor compromiso circulatorio, con más motivo son el lugar donde más probablemente se pueden desencadenar estas lesiones.

 

—Los casos que se han detectado en adultos, ¿tenían una serie de características comunes?

 

—Para conocer la singularidad de estas lesiones, tanto en adultos como en niños, sería importante realizar dos pruebas: la PCR y un estudio histológico tras realizar una biopsia de la lesión y conocer el estado del tejido afectado y de los vasos sanguíneos. Todo lo demás no genera las suficientes evidencias para concluir que estas lesiones son una señal de infección por la COVID-19.

 

Estadísticamente, coincide que, en determinadas personas, en población adulta e infantil, han aparecido estas lesiones antes de desencadenarse las complicaciones relacionadas con la infección por coronavirus. En niños ha habido mayor incidencia que en adultos, quedándose el proceso infeccioso, por fortuna, solo en estas lesiones en la piel que, en la mayoría de los casos, han remitido de forma espontánea sin la necesidad de realizar tratamientos sistémicos.

 

—¿Cuántos pacientes han tratado con estas manchas?

 

 —Al ser una manifestación de aparición reciente es muy difícil precisar el número de pacientes afectados. Dado que en la actualidad las consultas de podología, con motivo del estado de alerta, solo atienden urgencias no se puede aún asegurar el número de casos que se pueden haber atendido.

 

Por este motivo, se va a realizar un estudio epidemiológico de estas lesiones contando con los 7.500 podólogos de España y dirigido por el Consejo Nacional de Colegios Oficiales de Podólogos. Se ha realizado una hoja de registro y se ha establecido un protocolo que se ha distribuido a los 17 colegios quienes lo han hecho llegar a sus colegiados. Pero aún es pronto, puesto que los casos requieren un seguimiento por parte del profesional antes de ser remitidos al Consejo.

 

—¿Qué consejos daría a la población para que no se alarme y no confunda, por ejemplo, hongos u otra patología con COVID-19?

 

—En principio, recomiendo que se mantenga la calma: este proceso en niños y adolescentes no tiene repercusiones graves y tiende a desaparecer de forma espontánea. Se debe controlar la temperatura de los niños, ya que la fiebre es el primer dato que nos puede hacer pensar que nos encontramos en un estado de inicio de enfermedad.

 

Si se observa cualquier lesión dermatológica en los pies de los niños o adolescentes se debe poner en conocimiento del podólogo de referencia (el habitual si se tiene y si no uno cercano o recomendado por alguien). Lo más recomendable es realizar una fotografía y enviarla al profesional de la Podología con el que se ha contactado por medios telemáticos. Por el aspecto de las lesiones y tras realizar una serie de preguntas, el profesional puede orientar sobre diagnóstico y posible tratamiento.

 

(Sputnik)