Los años de fogueo en situaciones extremas parecen haber ayudado al pueblo y al gobierno de Venezuela a hacerle frente de mejor manera que otros países al inédito desafío de la pandemia de Covid-19, según el análisis desarrollado por el filósofo y comunicador Miguel Ángel Pérez Pirela en su programa Desde donde sea, que se transmite por plataformas digitales y que, en el tiempo de cuarentena, tiene una frecuencia diaria.

 

En la emisión del miércoles 29 de abril, intentó responder a las preguntas que a menudo formulan personas dentro y fuera del país: ¿Qué está pasando en Venezuela con respecto a la emergencia sanitaria mundial? ¿Por qué ha ocurrido el fenómeno de aplanamiento de la curva de contagio? ¿Cómo se ha logrado mantener bajo el número de fallecidos (que se ubica en 10 personas) y el de contagiados (que no llega a 500)? ¿Qué ha hecho Venezuela que acaso no han hecho otros países? ¿Tiene que ver con el gobierno, con el pueblo o con qué?

 

“Para responder esas preguntas es necesario conocer razones historiográficas, revisar en forma hermenéutica lo que ha sucedido en los últimos tres años. Se sabe que en muchos casos, un desastre natural ha sido la oportunidad para muchos países de organizarse o reorganizarse. En Venezuela, la catástrofe no ha sido natural, sino provocada, alevosa, voluntaria, intencional. El país ha sufrido ataques de todo tipo que han impactado sobre la economía, la migración, la  política, la sociedad, la estructura burocrática. Todo ha sido trastocado. Ahí puede estar la clave: tenemos varios años en una situación de guerra. Es una guerra económica, diplomática, mediática y también bélica, aunque de cuarta y de quinta generación. Estamos más preparados que otros pueblos. Lo digo sin nacionalismo, sin chauvinismo: tenemos entrenamiento en la gerencia de la crisis y de la catástrofe”.

 

En varias ocasiones durante el programa, enumeró las situaciones al límite que ha debido afrontar Venezuela en los últimos años: paro petrolero, intentos de golpe de Estado, intento de magnicidio, intento de invasión, apagones, bloqueo, sanciones y guerra económica son algunas de ellas. “Apenas el año pasado hubo un intento de invasión en el que participaron presidentes de países vecinos con el subterfugio de la  ayuda humanitaria. Acá se le llamó la Batalla de los puentes. Hubo una resistencia del pueblo venezolano a ese ingreso a la fuerza, gente que se fue por sus propios medios hasta la frontera a defender a su país de eso, que pudo haber sido incluso un casus belli, un caso de guerra, porque allí había tropas militares de Colombia, marines de Estados Unidos, paramilitares y guarimberos, como les decimos nosotros en Venezuela”.

 

Al pasar revista a otros de los acontecimientos de la lista, recalcó que el pueblo venezolano ha tenido un particular entrenamiento en esto de vivir fuera de la normalidad: los blackouts eléctricos. “Se burlaron de la denuncia de que fueron ejecutados mediante ataques electromagnéticos. Pero, a raíz de lo ocurrido acá, EEUU aprobó leyes para protegerse de ese tipo de ataques. Fueron días en los que todo el país estuvo no solamente sin luz, sino también sin agua, sin telefonía, sin internet. Dificulto que, en general, los pueblos del mundo tengan este  tipo de fogueo con la crisis y la catástrofe.  Tan solo si hablamos históricamente, de la Europa del 40 al 45, que sufrió la Segunda Guerra Mundial o, en la actualidad, los países atacados y bombardeados por Estados Unidos, como Irak, Siria, Afganistán”.

 

Prosiguió con la recapitulación de eventos extremos padecidos por la sociedad venezolana. “Hubo un intento de magnicidio al mejor estilo de Hollywood, utilizando unos drones explosivos contra un acto en el que estaban todas las autoridades del Poder Ejecutivo, otros poderes públicos y el alto mando militar. Imagínense los niveles de zozobra, angustia y sufrimiento impuestos al pueblo. Luego, la mediática mundial se burló, dijo que era un invento del mismo gobierno, hasta que CNN en español entrevistó a los autores del atentado y se supo cuáles eran sus planes y quedó claro que fueron entrenados en Colombia”.

 

Además de acontecimientos puntuales, ha habido procesos de larga duración que han forjado aún más a quienes viven en Venezuela para enfrentar contingencias. Uno de ellos es la guerra económica. “Mucha gente la niega, dice que es una excusa para tapar errores. Yo nunca los he negado, por el contrario, he sido de los primeros críticos de esos errores, pero los hechos son determinantes. Por ejemplo, las cuentas bancarias de Venezuela están congeladas, para decirlo caballerosamente, porque en realidad han sido robadas y saqueadas. El caso más reciente es el de la cuenta del BCV que fue robada y transferida al Departamento del Tesoro. Es piratería en pleno siglo XXI”.

 

 Acotó Pérez Pirela que ese tipo de actos de pillaje no es sorprendente en el caso de EEUU, un país que también le ha robado mascarillas a Alemania en plena pandemia y, por tanto es capaz de robar cualquier cosa. Además, no es el único participante en la vandalización de los bienes venezolanos, pues Inglaterra se niega a devolver el oro depositado en entes bancarios del Reino Unido. “Es piratería en el siglo XXI –insistió-. Como consecuencia de ello, Venezuela no puede hacer transacciones y eso impide el acceso a la medicina, a los alimentos, a los insumos para la actividad petrolera y a los componentes de la gasolina”.

 

En paralelo a la guerra económica y el bloqueo, ha ido la incesante guerra comunicacional. “Venezuela fue el titular o una de las primeras cinco noticias más importantes del mundo durante mucho tiempo. Se nos ha pintado como un país muerto de hambre, sin perspectivas, sin futuro, sin educación, sin modales. Desgraciadamente, esa campaña ha sido reforzada por venezolanos que se han ido. Este servidor apoya a los venezolanos que están fuera, pero una parte de ellos han adoptado la costumbre de hablar mal de su país. Usted puede estar enojado con el gobierno, pero no hablar mal de su propio país, es como hablar mal de su madre. Los colombianos que están fuera de su país, de los que aquí tenemos seis millones,  pueden estar en desacuerdo con un gobierno un líder, pero no hablan mal de Colombia”.

 

Indicó que a la campaña de los medios internacionales se ha sumado una grandísima campaña interna para tumbar la autoestima de la gente, para hacerles creer que el país era inviable. “Gracias a los efectos de terror de esas guerras, muchos venezolanos fueron empujados, en lo económico, pero también en lo mediático y en lo psicológico a irse del país. Se veía a figuras importantes del periodismo nacional e internacional apoyando esa campaña”.

 

Aclaró que en lo personal respalda que cada quien decida dónde buscar suerte, como él mismo lo hizo al vivir once años entre París y Roma, durante su formación universitaria. “Pero esto fue una campaña creada, fueron empujados a irse de su país por una guerra psicológica y mediática –recalcó-. El Covid-19 ha dejado al descubierto esta patraña creada por tanques de pensamiento y poderes económicos transnacionales. Muchos venezolanos se dieron cuenta de que en esos países no tienen asistencia sanitaria ni siquiera a sus propios ciudadanos, mucho menos van a tenerla ellos que por ser venezolanos hasta fueron atacados por la xenofobia y el odio”.

 

Señaló que una vez que estos venezolanos han sido botados de los países donde intentaron radicarse, ahora les ha tocado la puerta la realidad, que tiene un lado positivo: pueden contar con Venezuela, que es un país de resistencia, un país que, con todos sus defectos, vicisitudes y poderosos enemigos, siguen dando la cara. “A Venezuela la hacemos los venezolanos y las venezolanas. No es solo un territorio con fronteras, un gobierno, y una fuerza armada, como la definición clásica de Estado, sino nosotros, su gente”, dijo.

 

La agresión no cesa

 

La revisión de la serie de acontecimientos catastróficos que ha debido enfrentar Venezuela (y que parecen haberla preparado especialmente para abordar la pandemia) no debe hacer pensar a nadie que se trata de hechos ya superados. Pérez Pirela advirtió que las agresiones no han cesado ni siquiera en medio de la emergencia sanitaria global.

 

“EEUU no han parado en sus ataques contra Venezuela ni aun en medio de esta pandemia. Por el contrario, se han afincado, han insistido en las sanciones, en el bloqueo y han planteado la operación militar más grande que se haya hecho en el Caribe, frente a las costas venezolanas. Por eso, Venezuela no solo está enfrentando al Covid-19, sino que seguimos este entrenamiento en la resistencia, en la dignidad, en el amor la patria. Y no se trata solo de chavistas, sino también de independientes y opositores que entienden que hay algo más importante que nosotros como individuos, este ente que se llama la patria, que se llama Venezuela”.

 

Una de las expresiones de ese espíritu colectivo es la disciplina social. “Cuando aquí se dijo cuarentena, todos fuimos a cuarentena. Mientras en países que eran epicentro de la pandemia en Europa, no habían tomado la medida, ya nosotros estábamos en cuarentena. Hay que ver lo duro que es hacer cuarentena para un pueblo sometido a un ataque económico, al bloqueo, al alza del dólar, a la especulación, a una hambruna programada, a la falta de gasolina, de agua y de electricidad. Se ha empujado al pueblo a salir a las calles a saquear, pero el pueblo sigue concentrado en su salud, respirando hondo, claro que sí, con niveles altos de angustia, de preocupación, de incertidumbre, pero también de identidad, de amor propio, de patriotismo, de amor por lo que somos, por el lugar donde nacimos. Es una postura testaruda contra quienes nos quieren imponer desde afuera y por las malas una manera de vivir, una ideología, un modelo económico. El neoliberalismo defiende la libertad, pero según su modelo, y si no quieres aplicarlo, te someten a la esclavitud, a un ataque bélico hasta que te doblegas”.

 

Luego de mes y medio revisando a diario el comportamiento de la pandemia, Pérez Pirela expresó que Venezuela podría considerar como un logro si hubiera mantenido unos resultados (en número de contagiados y fallecidos) cercanos a la media de otros países de la región como Colombia, Perú o Chile. Pero han sido mucho mejores. “Cuando se compara con esos países, es infinita la diferencia. A pesar de estos ataques en progreso, hemos salido eximidos en este examen mundial de gerencia de la crisis y de la catástrofe. Y, por ironías del destino, los gobiernos que nos atacan y nos bloquean están haciendo la figuraccia de su vida, como dicen los italianos, o el papelón, como decimos en Venezuela, el ridículo… Es el caso de Brasil, que ya tiene 78 mil 162 contagiados y pronto va a superar incluso a China, que tiene 83 mil 940  y a países como Irán y Turquía. Será, junto a EEUU el epicentro de la pandemia a nivel mundial”.

 

Puntualizó que estos elevados números en uno de los países vecinos significa un grave riesgo para Venezuela.

 

Refirió también el caso de Ecuador, donde ya ni siquiera se conoce el paradero de los cadáveres o de personas vivas que fueron dadas por muertas y son buscadas desesperadamente por sus familiares.  Indicó que el cuadro es de tal gravedad que hablan de 2 mil 200 muertos entre confirmados y probables, lo que demuestra que las autoridades ya ni siquiera tienen  la capacidad de gerenciar la data de los fallecidos.

 

“Y pensar que Lenin Moreno trataba de darnos clase de política a los venezolanos. Lo mismo que Bolsonaro, a quien le preguntaron sobre las muertes (que ya son 5 mil 507) y dijo: ‘¿qué quieres que haga yo, soy Mesías, pero no hago milagros, la vida es así?’. ¡Señor, usted fue electo no para meter preso a Lula, sino para gobernar!”.

 

Continuando con la enumeración de los gobiernos que han puesto en evidencia su extrema torpeza en la coyuntura actual, puntualizo que quien más furibundamente ha atacado a Venezuela, Donald Trump, ha terminado pidiéndole a su población que se inyecten cloro. “Ya rebasaron el punto de las 60 mil muertes, lo que eclipsa proyecciones del doctor  Anthony Fauci, el principal asesor de Trump en este campo. Él había hablado de 100 mil o 200 mil fallecidos, pero luego rebajó el número a 60 mil. Otros prevén que para agosto se llegarán a 70 y 80 mil. Y aquí repetimos un dato fundamental: el Covid-1,9, en poco más de dos meses, le ha causado más muertes a EEUU que la guerra de Vietnam, que duró nueve años”.

 

Reiteró que el dramático cuadro interno de EEUU no hace que se detengan los ataques a Venezuela. El secretario de Estado, Mike Pompeo, acaba de plantear que pronto reabrirán su embajada en Caracas cuando las condiciones sean adecuadas. Hace un mes planteó un gobierno en el que no estuviesen ni Nicolás Maduro ni Juan Guaidó. ¿Se imaginan lo que habría pasado en Venezuela si no hubiésemos tenido este manejo modélico de la emergencia, duélale a quien le duela?”.

 

Enfatizó que aquí no se va a colocar ningún gobierno que no sea escogido en elecciones libres, generales y secretas por todos los venezolanos y las venezolanas. “Hemos tenido 20 años de clases de política y nadie va a venir a naricearnos y a imponernos un gobierno. No somos como otros países donde se imponen peleles con marketing político. Este puede haber sido otro de los secretos de este entrenamiento y resistencia del pueblo”.

 

Utilizando como referencia la encuesta de un medio estadounidense, expresó que Trump empieza ya a pagar las consecuencias de sus errores y marramucias. “Está tambaleándose: US Today le da diez puntos de ventaja a (Joe) Biden en intención de voto. En imagen le da una paliza. En preocupación por la gente también”.

 

Al respecto, citó también declaraciones de Tedros Adhanom, el director de la OMS, quien dijo que “el coronavirus es peor que un ataque terrorista” y recordó que ya se han cumplido tres meses de la declaración de la emergencia internacional. “Dijo que la emergencia puede traer trastornos políticos, económicos y sociales. Y sí que los ha traído: la baja en las encuestas de Trump, la desintegración de Unión Europea, la caída por debajo de cero del precio del petróleo y el derrumbe de Wall Street y de  todas de bolsas el mundo”.

 

Sobre la cuestión ideológica que la crisis del coronavirus ha dejado al descubierto, recomendó nuevamente la lectura crítica del libro de Robert Nozick  Anarquía, Estado y utopía. “Este autor habla de reducir al mínimo el Estado, pero el Covid-19 ha demostrado que eso no funciona. El sector privado en casos como este se desvanece porque la economía es un pequeño grupo de personas que defienden sus intereses, no los intereses colectivos”.

 

Como resumen de todo lo expuesto en el programa, ratificó que Venezuela luce preparada para asumir una situación de catástrofe y pandemia. “Estos sufrimientos que se le han impuesto al país han creado cierta piel de cocodrilo. En casi 50 días de cuarentena, parece tener los elementos psicológicos individuales y sociales, de interpretación de la crisis, de disciplina, de instinto de sobrevivencia”.

 

“Es un momento importante para el pensamiento y la reflexión. Tratar de entender cómo llegamos aquí y hacia dónde nos proyectamos, qué viene ahora. Esto surge de una conversación democrática, del análisis y la reflexión”, sostuvo.

 

Interacciones

 

Desde donde sea, una vez más, congregó a personas dentro y fuera de Venezuela, interesadas en tener acceso a información e interpretación de los hechos. Pérez Pirela inició el programa agradeciendo el número de visitas, que ya remonta los tres millones al mes.

 

Numerosos usuarios participaron con sus comentarios y datos sobre la situación de los países en los que residen. Por ejemplo, una persona señaló que en EEUU hay más de 30 millones de personas sin seguro médico, por razones económicas, ya que estos cuestan entre 500 y 700 dólares mensuales.

 

Desde Francia, un participante que forma parte del equipo político del líder opositor Jean-Luc Mélanchon,  expuso las dramáticas estadísticas de esa nación europea: 176 mil 141 contagiados  y más de 30 mil muertos. “Estoy seguro de que el pueblo francés está tomando nota del poco cuidado que se le dio en esta emergencia”, dijo el moderador.

 

Un participante postuló a Pérez Pirela para un cargo burocrático, a lo que respondió que se encuentra muy bien donde está, dirigiendo el joven equipo de LaIguana.TV, el medio más influyente y visto de Venezuela.

 

En el tramo del programa en el que se refirió a la guerra económica, un usuario preguntó, en tono irónico, si Rafael Ramírez emigró por culpa de dicha guerra. El presentador contestó: “No, Rafael Ramírez emigró por ladrón, porque alguien que vive en una especie de castillo en el norte de Italia y tiene dinero para pagar multas millonarias en EEUU, luego de haber sido ministro en Venezuela, no puede ser sino un ladrón”.

 

Añadió que la corrupción le ha hecho muchísimo daño a Venezuela tanto en la Cuarta República  como en la Quinta. “Es una enfermedad congénita de este país y de otros”, sentenció.

 

Libro recomendado

 

En esta emisión, la recomendación de lectura se centró en un solo libro, muy apropiado para la realidad del momento:

La doctrina del shock, el auge del capitalismo del desastre, de la periodista canadiense Naomi Klein.

 

(LaIguana.TV)