El empresario naviero venezolano Wilmer Ruperti, dueño de la compañía Maroil Trading Inc, ofreció recientemente una entrevista a la agencia estadounidense The Associated Press (AP) en la que confirma que está ayudando a resolver la crisis de escasez de combustible que experimenta en este momento Venezuela producto de las medidas coercitivas aplicadas por el gobierno de Estados Unidos contra el país y el bloqueo total impuesto contra la población, que apunta directamente a dañar la industria petrolera.

 

Ruperti, quien se encuentra «sancionado» desde 2019 por el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos «por sus vínculos con el Gobierno de Nicolás Maduro», manifestó, desde Caracas, que hará lo que sea necesario para evitar que la creciente escasez de combustible provoque una implosión social que podría ser peor que cualquier situación provocada por la pandemia del Covid-19 en el país sudamericano.

 

Precisamente esa implosión social es lo que la extrema derecha venezolana vinculada a la figura de Juan Guaidó está buscando que se genere, sobre todo con el apoyo del régimen de Donald Trump en los Estados Unidos, quien ha decidido atacar la industria petrolera venezolana para cortar cualquier tipo de ingresos al país y así provocar la asfixia de la población y salgan desesperados a las calles, algo que la oposición ya no es capaz de hacer por estar desconectada con el pueblo.

 

En la entrevista Ruperti confirmó que la semana pasada logró entregar a las autoridades venezolanas los primeros 300.000 barriles de combustible y otro millón se encuentra en camino para ser recibidos por la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), que según él mismo afirmó, aporta una parte de los fondos para adquirir el carburante en el extranjero.

 

El empresario resaltó que ayudar a su país a traer el combustible necesario para que la población pueda movilizarse y resolver sus asuntos rutinarios no representa para nada ningún delito y tampoco es un salvavidas, como lo han señalado sectores se la oposición, para el Gobierno Nacional que encabeza el presidente de la República, Nicolás Maduro.

 

“Maduro es el presidente de Venezuela. De eso no puede quedar la duda a absolutamente a nadie”, recalcó.

 

Para Ruperti, el «fin último» de lo que está haciendo, es por ayudar «a todo el pueblo venezolano».

 

«Tú estás ayudando a la gente común, a la gente que trabaja todos los días, a la gente que tiene que desplazarse a su trabajo, a su médico, a la distribución de alimentos (…) Es un asunto de beneficios para un pueblo que está sufriendo las consecuencias de muchas medidas que se han tomado en el ambiente político».

 

En la entrevista el empresario indicó que Washington está al tanto de la «labor humanitaria» que él está haciendo y recalcó que su objetivo es atenuar las penurias de los venezolanos que han quedado en medio de un enfrentamiento político que lleva más de 16 meses y que busca derrocar al presidente Maduro.

 

Ruperti señaló, que si se lo permitieran ayudaría a traer al país cargamentos mucho más grandes de combustible y también detalló que en marzo sus abogados le notificaron al Departamento del Tesoro de Estados Unidos sobre sus planes y que no hubo objeciones.

 

«Estoy 100% seguro que estoy haciendo esto legalmente y cumpliendo con las reglas y obligaciones existentes», dijo Ruperti.

 

Al respecto la agencia AP destaca que: «El Tesoro indicó en un comunicado que recibe muchas consultas y notificaciones cada semana en su línea telefónica para el cumplimiento de las sanciones y a través de su sitio web de permisos, entre otros canales. Pero indicó que aquellos que presentan este tipo de solicitudes no deben llegar a la conclusión de que su actividad es permisible o que no está sujeta a sanciones sin haber recibido una confirmación formal».

 

La entrevista también destaca que Ruperti está «reconfortado» por los cambios recientes realizados en PDVSA que fueron anunciados por el presidente Maduro, e indicó que ahora es momento de trabaja y concentrarse en producir, refinar y distribuir hidrocarburos.

 

«Tenemos que trabajar (…) Tenemos que marginalizar a los políticos y todos los días trabajar mínimo 12 horas para cambiar la situación», recalcó citado por AP.

 

(LaIguana.TV)