La agencia de noticias Associated Press (AP) publicó este sábado 2 de mayo un extenso reportaje en el que se ofrecen detalles acerca de la trama conspirativa que sustentaba el reciente intento de incursión militar adelantado desde Colombia en contra del gobierno del presidente Nicolás Maduro.

 

De acuerdo con AP, la conspiración inició después del fallido intento de golpe de Estado protagonizado por Juan Guaidó, Leopoldo López y un puñado de militares, que apoyados en una operación mediática, intentaron presentar al mundo la toma de una arteria vial ubicada al Este de Caracas como la toma de la Base Aérea «Generalísimo Francisco de Miranda», una de las más importantes del país.

 

La agencia refiere que una persona clave entre uno y otro evento habría sido el exboina verde Jordan Goudreau, quien participó como parte de la seguridad contratada por Guaidó en el concierto organizado por la oposición venezolana en el puente Las Tienditas (Cúcuta), con el pretexto de recaudar fondos para la ayuda humanitaria en Venezuela, aunque el gobierno venezolano insistió en que se trataba de una treta para incursionar irregularmente al territorio, hecho que quedó posteriormente comprobado.

 

Goudeau, de origen canadiense, sirvió en el Ejército de los Estados Unidos hasta 2013, cuando fue acusado de estafar al cuerpo por 62.000 dólares en estipendios para vivienda. Después de eso, trabajó como parte de un cuerpo de seguridad privada en Puerto Rico luego del huracán María y en 2018 estableció Silvercop USA, una compañía de seguridad con sede en EEUU, gracias a la que pudo contactar con Keith Schiller, exguardaespaldas de Trump, quien asistió a un evento de recaudación de fondos organizado por Lester Toledo en marzo de 2019.

 

Según Associated Press, el exguardaespalda del mandatario estadounidense habría desestimado Goudreau, pero no Toledo, quien lo puso en contacto con Clíver Alcalá Cordones, donde el exgeneral puso al corriente de sus planes al estadounidense: habría seleccionado a unos 300 soldados de bajo rango entre los que abandonaron el Ejército venezolano para sumarse a la insurrección de Guaidó que transcurría paralelamente al concierto humanitario, con el propósito de entrenarles en campos localizados en La Guajira, entidad fronteriza con Venezuela y desde allí incursionar con un ejército paramilitar. 

 

Aparentemente, Goudreau se habría ofrecido a preparar a los desertores en tácticas de combate y uso de armas. Adicionalmente, habría estimado que el costo de una operación relámpago orbitaba en torno al millón y medio de dólares. Después de una primera reunión, el exboina verde regresó a Colombia a trabajar con Alcalá en compañía de «cuatro socios», todos de nacionalidad estadounidense.

 

La versión que presenta AP sostiene que aunque Clíver Alcalá y Jordan Goudreau desconfiarían de los liderazgos opositores civiles, empezando por Juan Guaidó, ello no significa que no estuvieran al tanto de sus planes, como también lo estaban las autoridades colombianas y funcionarios estadounidenses residentes en el vecino país.

 

«Pero las autoridades colombianas estaban al tanto de sus movimientos, al igual que políticos prominentes de la oposición en Venezuela y exilados en Bogotá, algunos de los cuales compartieron sus hallazgos con funcionarios de Estados Unidos, según dos personas al tanto de las conversaciones», se afirma en el trabajo periodístico difundido por esa instancia.

 

Por su lado, Hernán Alemán, diputado opositor por el estado Zulia, recalcó en una entrevista que Goudeau era «más patriota que los mismos venezolanos» y negó que Washington o Bogotá hubieran participado del complot para derrocar al presidente Nicolás Maduro, aunque admitió que Juan Guaidó estaba al tanto de sus planes demostró escaso interés.

 

“Muchos sabían de nosotros, pero no nos apoyaban”, dijo. “Tenían demasiado miedo”, le reveló Alemán a AP.

 

El plan para derrocar a Maduro por la vía de una acción militar  desde la vecina Colombia continuó su curso hasta inicios del mes de marzo, cuando las autoridades venezolanas detuvieron a uno de los paramilitares entrenados en La Guajira y éste ofreció amplios detalles de la operación a las autoridades de Venezuela.

 

En esos mismos días, efectivos de la Policía Nacional de Colombia incautaron un pequeño arsenal de guerra consistente en miras telescópicas, anteojos de visión nocturna, radios de dos vías y fusiles de fabricación estadounidense con un valor aproximado de 150.000 dólares, mientras se trasladaba por la ciudad de Barranquilla.

 

24 horas después de que el gobierno venezolano hiciera pública la noticia y el Departamento de Justicia de Estados Unidos ofreciera 10 millones de dólares por su cabeza, Clíver Alcalá Cordones admitió el hecho en un programa de la emisora W radio y se entregó a las autoridades estadounidenses para enfrentar acusaciones por narcotráfico. Se encuentra en Nueva York a la espera de juicio.

 

(LaIguana.TV)  

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