El fiscal general de la República, Tarek William Saab, aseguró este lunes que el uso de mercenarios es «un mecanismo de privatización de la guerra» que ya ha sido usado ampliamente por agencias estadounidenses en otros conflictos, en un intento por deslindar la participación de su gobierno y de otros que le son afines, para injerir en los asuntos de naciones que no se alinean a los dictámenes de Washington. 

 

Este sería, a juicio de Saab, el hilo que permite hilvanar las acciones emprendidas por sectores extremistas y violentos de la oposición venezolana desde agosto de 2018, cuando decidieran atentar con drones contra la vida del presidente Nicolás Maduro, el alto mando militar y la jefatura de los poderes públicos, durante un acto público en Caracas. 

 

Para él, estos grupos, incluso a partir del golpe de Estado del 11 de abril de 2002 –en el que la participación del gobierno de Estados Unidos está fuera de toda duda–, «el uso de la violencia, de mercenarios, de matones a sueldo, de criminales, de violadores a los derechos humanos, se usa para el asalto al poder por la vía criminal, obviando (…) el debate político y electoral». 

 

De acuerdo con la reconstrucción de hechos ofrecida por el fiscal durante una intervención televisiva la mañana de este lunes, las acciones terroristas que iniciaron con el intento de magnicidio de 2018 no han cesado y han sido «apoyadas de manera abierta» por la Administración Trump, así como «el Gobierno narcoparamilitar de Colombia, que ha utilizado su territorio como base de operaciones de estos grupos terroristas» y cuya última pretensión sería «generar en Venezuela una especie de guerra civil, de atentados terroristas, de asesinatos selectivos», conducentes a la salida forzosa de Nicolás Maduro de la presidencia. 

 

Tarek Willian Saab señaló que estos sectores extremistas y violentos pretenden «sembrar un embrión criminal en nuestro país», «a través de mercenarios que han tenido experiencia en asesinatos en el Medio Oriente», aludiendo con ello al exboina verde Jordan Goudreau, quien aparece como «jefe» de operaciones insurreccionales en un contrato suscrito con Juan Guaidó por el orden de los 212 millones de dólares y que este domingo divulgara la periodista opositora, Patricia Poleo. 

 

Goudreau se corresponde entonces con el perfil del mercenario tercerizado, figura frecuentemente empleada por el gobierno estadounidense para eludir responsabilidades asociadas con crímenes de guerra, sin que a estos actores les sea imputado ningún cargo criminal. 

 

«Sabemos que, lamentablemente, el Gobierno de los Estados Unidos de América terceriza, es decir, le entrega el puñal a un tercero para que mate, supuestamente con mano ajena, pero, obviamente aliado a los servicios de inteligencia de los Estados Unidos de América, porque Jordan Goudreau, luego de que ha dicho lo que ha dicho, vive y está tranquilamente (…) en los Estados Unidos de América, sin que las autoridades judiciales tengan a bien tenerlo en alto, detenerlo, y con esos elementos de convicción, llevarlo a los órganos de justicia», puntualizó Saab.

 

(LaIguana.TV)

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