«Doble rueda» o «La silla», como también se le conoce a Elkin Javier López Torres en los pagos del crimen organizado de Colombia, es un narcotraficante con un largo historial delictivo en el vecino país, que debe sus motes al hecho de andar en una silla de ruedas, producto de una herida de bala que le lesionó la columna vertebral.

 

Según recuerda el portal Seguimiento.Co, López Torres fue detenido en el Aeropuerto Internacional de Tucumén (Ciudad de Panamá) el 15 de noviembre de 2012 bajo cargos de narcotráfico, mientras pretendía abordar un avión con destino a Buenos Aires, Argentina, portando documentación falsa. Entonces, aseguró el diario El Heraldo, él, su esposa y su jefe de sicarios, pretendían hacerse pasar por ciudadanos venezolanos.

 

«Doble rueda» fue extraditado a Colombia y logró que las autoridades lo trasladaran desde Cartagena hasta una cárcel en Santa Marta, cuidad en la que, de acuerdo con El Tiempo, «tiene concentrado todo su poder».

 

Algún crédito hay que darle a esta versión, puesto que el 12 de enero de 2013 logró que un juez ordenara su reclusión en un centro de salud, alegando un cuadro de «hipertensión, infección urinaria, paraplejia y cardiopatía».

 

Sin embargo, los abogados del narcotraficante llegaron todavía más lejos y se las arreglaron para que el juzgado primero de la localidad de Soledad, en el departamento de Atlántico, le concediera libertad plena por vencimiento de términos, pese a que la Fiscalía le había imputado cargos por porte ilegal de armas y concierto para delinquir.

 

Su esposa y su jefe de sicarios, pese a que no presentaban los padecimientos esgrimidos por López, también se libraron de las rejas bajo el mismo alegato.

 

Un comunicado difundido para la ocasión por el bufete Fernández Harding, encargado de su causa, lo presentó como «un empresario de la construcción y la ganadería, oriundo de la ciudad de Santa Marta y radicado en la actualidad en la ciudad de Valledupar», emplazamiento al que habría tenido que trasladarse debido a que fue víctima de extorsión y de atentados y en la que tiene «varios de sus negocios comerciales».

 

Sin embargo, las actividades delictivas del capo continuaron y no dejaron del todo indiferentes a las autoridades policiales de Colombia. Cuatro años después, ya era uno de los más buscados en la zona del Magdalena y se le sindicaba el liderazgo de «Oficina del Caribe», un grupo delictivo asentado en la ciudad de Santa Marta.

 

En agosto de 2017, decidió entregarse voluntariamente para enfrentar los cargos que le imputaban, luego de que pesara sobre él una orden de captura emitida por la Fiscalía Seccional Magdalena. Como en el pasado, utilizó su condición de salud para que le recluyeran en una clínica privada.

 

Además de atribuirle el liderazgo de la banda criminal, para la fecha, las autoridades lo investigaban por concierto para delinquir con fines de narcotráfico y homicidio, en concurso con homicidio agravado, pero su causa fue nuevamente dejada de lado por vencimiento de términos.

 

Estuvo en libertad hasta el pasado 11 de diciembre de 2019, cuando, nuevamente al ser nuevamente acusado, esta vez por extorsión y concierto para delinquir, le comunicó a la policía por medio de su abogado, que tenía la intención de entregarse. Lo hizo, como cabía esperar, desde un centro de salud.

 

Pero las actividades de «La silla» trascenderían el narcotráfico en la Costa Atlántica colombiana, pues el testimonio de José Alberto Socorro Hernández, alias «Pepero», lo acusa de financiar la operación con la que grupos mercenarios al servicio de Juan Guaidó pretendían, en medio de un baño de sangre, derrocar al presidente Nicolás Maduro este domingo 03 de mayo.

 

Cabe destacar que «Pepero» aseguró que Elkin López está emparentado con Clíver Alcalá, por medio de su esposa, Marta González, una información que ya fuera mencionada por Rubén Darío Fernández Figuera, desertor del Ejército, que formaba parte de los reclutados por el exmilitar para ejecutar una operación relámpago en contra del gobierno de Venezuela, empleando un ejército paramilitar entrenado por mercenarios estadounidenses.

 

Antes de su entrega negociada con la DEA, luego de que el Departamento de Justicia de Estados Unidos ofreciera una recompensa de 10 millones de dólares por su captura, Alcalá ratificó que, tal y como lo habían denunciado las autoridades venezolanas, era el autor y artífice principal de ese plan.

 

Los eventos acaecidos los días 03 y 04 de mayo, dan cuenta de que las acciones diseñadas por Alcalá fueron puestas en marcha. En ese sentido, «Doble rueda», aparte de dinero, aún desde la cárcel ofreció medios para que los mercenarios pudieran ejecutar sus planes, al facilitarles una finca de su propiedad ubicada en las inmediaciones de Riohacha, en el departamento de La Guajira, fronterizo con Venezuela, y desde donde partieron dos embarcaciones con destino a Macuto (La Guaira), cabeza de playa elegida por los irregulares para su desembarco.

 

(LaIguana.TV)

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