Este miércoles 06 de mayo, el filósofo y experto en comunicación política, Miguel Ángel Pérez Pirela destinó la edición 84 de Desde Donde Sea a analizar las causas reales tras el fracaso del desembarco con mercenarios en las costas del Litoral Central venezolano. 
 
 
Apelando a elementos ya tratados en la emisión previa y provenientes de la investigación documental, ofreció elementos de juicio suficientes para demostrar por qué un grupo paramilitar con entrenamiento de alto nivel y armas de primera generación, fue neutralizado por pescadores de la población de Chuao. 
 
 
La incursión, de acuerdo con el testimonio ofrecido por Luke Danmon, uno de los dos marines aprehendidos, tenía como propósito hacerse del control del Aeropuerto Internacional Simón Bolívar, secuestrar al presidente Nicolás Maduro y embarcarlo en un avión con destino a Estados Unidos, país que en data reciente ofreció una recompensa de 15 millones de dólares por cualquier información conducente a su captura, luego de que el Departamento de Justicia le imputara, sin prueba alguna, cargos de narcotráfico y terrorismo. 
 
 
Los eventos acaecidos mostraron lo que, en juicio de Pérez Pirela, representa dos versiones de la realidad: la de los «Rambo» entrenados por exmarines, identificados con la derecha y caja de resonancia de la lógica mayamera, que creyeron que podrían vencer al pueblo venezolano sin mayores complicaciones, luego de la feroz campaña emprendida para lesionar la autoestima de los venezolanos, y la del pueblo organizado en milicias, que esta vez se vistió de pescador de Choroní. 
 
 
A su parecer, para responder las interrogantes tras este intento de invasión, hay que incluir a la Milicia Nacional Bolivariana, planteada por el presidente Hugo Chávez en 2009 como una estrategia defensiva venezolana y cuya potencialidad se expresó por vez primera durante el golpe de Estado de abril de 2002. 
 
 
Pese a las burlas y descalificaciones de los que ha sido objeto desde su creación –uno de los epítetos más comunes es llamar a los milicianos «milancianos», aludiendo con ello a la cantidad de adultos mayores enlistados–, el cuerpo está compuesto por unos cuatro millones de efectivos desplegados por todo el territorio, en su mayoría civiles, pero también, exmilitares. Recientemente, evocó, el presidente Nicolás Maduro juramentó a 3.300.000 milicianos.
 
 
Estas acciones se inscriben en la teoría militar característica del siglo XXI, emparentada con las tácticas y estrategias empleadas por el pueblo de Vietnam, que en una resistencia sin precedentes, elevó a su punto más alto el lema: «cada ciudadano, un soldado». 
 
 
Adicionalmente, a su parecer tampoco hay que perder de vista que el presidente Hugo Chávez, aparte de designar a la milicia como un componente de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, dejó suficientes fusiles de asalto –Kalashnikov– para que cada miliciano pudiera portar uno, si las circunstancias así lo exigían. 
 
 
Para fundamentar su reflexión, refirió pasajes de la obra «Guerra del pueblo, ejército del pueblo», en la que el general vientamita Võ Nguyên Giap describe las estrategias de resistencia que hubo de implementar el pueblo de Vietnam entre 1965 y 1975 y que acabaron signando la derrota militar del imperialismo estadounidense, sacado literalmente «a patadas», si bien habían hecho lo propio con los franceses, sus primeros colonos. 
 
 
En la referida obra, Võ Nguyên Giap explica que se constituyó una poderosa fuerza armada popular a partir de la alianza entre campesinos y obreros patriotas, con la que se ensayaron distintas formas de sublevación, resistencia y lucha para (re)conquistar territorio, lo que hizo fracasar la agresión imperialista. 
 
 
Esto ocurrió durante diez años, pese a la evidente superioridad tecnológica estadounidense, que luego de ver peligrar sus conquistas en el Sur, emprendió bombardeos aéreos sobre el Norte controlado por las fuerzas de Ho Chi Minh y apoyó a sus acólitos del sur con un cuerpo expedicionario que se encargaría de la confrontación directa, en un intento por hacerse con el control de  Hanoi, la capital.  
 
 
«Contaban con su enorme poderío militar y creyeron que podrían subyugar a nuestro pueblo. Se equivocaron», escribió Giap entonces, pues el pueblo vietnamita resistió la invasión estadounidense con una guerra popular por aire, mar y tierra, que resultó eficaz. 
 
 
Desde ese momento, precisó el analista, se inició «un nuevo tipo de guerra, una guerra popular con una metodología nueva, en la que todo el pueblo combate a las tecnológicas y avanzadas fuerzas aéreas y navales; todo el pueblo se entrega a labores de defensa y protección de la Nación». 
 
 
Por ello, cuando se analiza la estrategia de Chávez tras la creación de la milicia, «vemos que tiene sentido, vemos que los milicianos resultaron eficaces nos solamente ahorita», pues ya en febrero de 2019, repelieron el intento de invasión que se pretendía disfrazar con un ingreso de ayuda humanitaria desde Cúcuta.
 
 
La conjunción de estos elementos permitiría, de acuerdo con Miguel Ángel Pérez Pirela, comprender por qué el «Rambo, el rubio musculoso, abarrotado de armas de última generación, no pudo contra un pueblo organizado», cuyas actuaciones están más próximas a las descripciones sobre la resistencia que hiciera Võ Nguyên Giap. 
 
 
«Resulta que todas estas amenazas de que los marines nos someterían, se encontraron con un pueblo organizado y en resistencia contra el que no pudieron hacer nada. Estamos haciendo historia», concluyó.
 
 
Lectura sugerida 
 
 
«Los Estados Unidos a la luz del siglo XXI», de la autoría de Jorge Hernández.
 
 
(LaIguana.TV)

 

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