El presidente de Colombia, Iván Duque, usó su cuenta en la red social Twitter para desvincularse de la incursión mercenaria que tuvo lugar el pasado domingo 03 de mayo en Venezuela y que partió de la Alta Guajira colombiana, con destino al Litoral Central venezolano. 

 

«Hemos dicho en público y de frente que Maduro es un dictador y que alberga y protege en su país narcoterroristas. Resolver ese problema es de interés mundial. Pero yo no auspicio ni invasiones ni triquiñuelas; siempre obramos de frente porque defendemos la democracia», escribió en un trino. 

 

En un video que acompaña al texto, al ser inquirido por los periodistas sobre el tema, en lugar de responder directamente, el mandatario del vecino país se dedicó a descalificar al presidente Nicolás Maduro, tildándolo de «dictador» y «sátrapa». También le acusó de «perseguir a un pueblo» y «tenerlo sumido en la en la pobreza, en la destrucción, en la ignominia, en la inopia», algo que, en su criterio, «el mundo ve». 

 

No obstante, el gobierno del presidente Nicolás Maduro informó públicamente a mediados del mes de marzo, la localización de tres campamentos paramilitares en la ciudad de Riohacha (departamento de La Guajira) en donde exmarines entrenaban a desertores del Ejército venezolano, con el propósito de ejecutar una incursión «relámpago» a Venezuela y deponer por la vía sangrienta al Gobierno Bolivariano. 

 

Esta versión fue admitida por Clíver Alcalá Cordones –a quien el gobierno venezolano había acusado previamente de dirigir la operación–, antes de negociar su entrega a la oficina antidrogas de Estados Unidos, luego de que el Departamento de Justicia le imputara cargos por narcoterrorismo y ofreciera una recompensa de 10 millones de dólares por cualquier información conducente a su captura.  

 

En función de estas declaraciones, es imposible que el gobierno colombiano no estuviera, cuando menos al corriente de estas operaciones irregulares en su territorio y no hizo nada para impedirlas. 

 

(LaIguana.TV)

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