El exembajador de Estados Unidos en Venezuela, Wiliam Brownfield, consideró que la oposición venezolana no debe contar con que Washington u otro país -ante los análisis de una eventual intervención militar en Venezuela-  entrará a solucionarles los problemas que tienen.

 

Las declaraciones del exfuncionario diplomático en Caracas fueron ofrecidas durante una entrevista al diario El Tiempo, en la que conversó sobre  la actual maniobra que aplica Estados Unidos para derrocar al presidente Nicolás Maduro. En este orden de ideas, sostuvo que lo informado recientemente -el plan de transición a la democracia en Venezuela que presentó Norteamérica -obedece de cierta manera a la puesta en marcha de la denominada la “opción militar” en esta etapa del XXl.

 

Consideró como peligroso ver como un preámbulo el despliegue militar comunicado en días anteriores,  como lo que aconteció Panamá en la última etapa de 1980.

 

“Es peligroso interpretar de esa manera lo que sucedió, especialmente para aquellos en Venezuela y para la oposición creer que están próximos a ver una especie de intervención internacional como esa que menciona. No creo que eso vaya a suceder y es importante que la oposición siga concentrada en los pasos que deben tomar para acabar con esta tragedia”, señaló.

 

Aunque comentó que no se está como en 1989 para llevar a cabo intervenciones, porque han transcurrido 31 años, al presente “hay muchas opciones militares que no se parecen a las del último siglo y no requieren miles de soldados desembarcando en las playas de Venezuela y marchando hacia Miraflores”.

 

Brownfield explicó que existen maneras de efectuar intervenciones como «indirectas o usando tecnología, de causar trastornos a la cadena de mando, de establecer zonas humanitarias en la frontera o de ataques de precisión que se pueden lanzar desde miles de kilómetros de distancia si se quiere mandar un mensaje sin poner en riesgo a la población”.

 

Aseveró que no es que no haya ningún deseo para concertarla. “Lo que hay son muchas opciones disponibles que son diferentes a esas que se mencionan”, puntualizó. 

 

Tras ser interrogado por el entrevistador, Sergio Gómez Maseri, sobre si la operación que Estados Unidos dice es fundamentalmente antinarcóticos no va más allá y realmente lo que busca es deponer al presidente Maduro del poder, contestó que “puede ser parte de esa misma aproximación. Es algo que se hace por fuerza del territorio de Venezuela en aguas y espacio aéreo internacionales y que se hace entre muchos países entre ellos Gran Bretaña, Holanda, Francia y valga decir, Colombia”.

 

Afirmó que se emplea una considerable tecnología “en lugar de una gran fuerza para lograr sus objetivos y está diseñada para enviar un mensaje y golpear a aquellos en Venezuela”.

 

El exembajador norteamericano opinó que corresponde observar detenidamente tres anuncios que emitió Estados Unidos como el despliegue naval, las acusaciones  por narcotráfico contra el mandatario venezolano y sus allegados y el plan de transición “todo como un paquete de acciones con un mismo fin”, dijo.

 

Detalló que las tres disposiciones descritas manutiene un  vínculo ya que “en su conjunto mandan un mensaje, y este es que las cosas se van a poner mucho más difíciles para el régimen, para Maduro y sus aliados”.

 

El exfuncionario estadounidense manifestó que aun cuando el gobernante suramericano no quiera salir  voluntariamente “hay un marco desarrollado que permite hacerlo a un lado y que le garantiza a los que lo hagan que pueden sobrevivir a esto sin que se les castigue por lo que hicieron en el pasado”.

 

“Él sabe que todavía tiene opciones, como tomar una avión para La Habana o para Moscú. Y eso no lo cambia el hecho de que acaba de ser acusado por una corte en EEUU”, expresó.

 

Brownfield indicó que el mensaje no iba dirigido exclusivamente a el jefe de Estado de Venezuela, también se toma en cuenta a “la jefatura militar, líderes chavistas, gobernadores, de que existe una salida del problema. Y esa salida no tiene que suceder ya. El marco es una oferta que pueden tomar en dos meses o en 6 meses o en un año o cuando las condiciones se den”.

 

“Ahora, con la estrategia de EEUU, se acusa a la cabeza del Estado de narcotráfico y se ofrece un precio por su captura (15 millones de dólares). Eso lo que asegura es que Maduro no pueda permanecer ni regresar a Venezuela nunca más. Es poco probable que quiera quedarse cuando sabe que hay una recompensa por su captura. Y creo que precisamente por eso es que Juan Guaidó apoya este plan. Porque los cargos y la recompensa son la garantía de que Maduro no se quedará en el país”, precisó.

 

Consideró que un factor predominante en todo esta maniobra es del de las Fuerzas Armadas venezolanas y aunque el plan posee numerosos mecanismos » no hay duda de que ese es uno muy importante. Y creo que ahora con el coronavirus, que en Venezuela será una tragedia porque no tienen un sistema de salud, el punto de inflexión está más cerca”.

 

(LaIguana,TV)