La petrolera rusa Rosneft confirmó la venta de sus activos en Venezuela. Aunque pueda parecer que el principal objetivo de la compañía es que EEUU levante sus sanciones, en realidad, este paso se debe más bien a la crisis en el mercado, opina Maxim Chirkov, profesor titular de economía política de la Universidad Lomonósov de Moscú.

 

La compañía se retiró de todos los proyectos en Venezuela y confirmó la venta de todos sus activos en el país latinoamericano a la estatal rusa Roszarubezhneft, informó Rosneft este 15 de mayo.

 

Según Chirkov, el levantamiento de las sanciones es un proceso complejo y hay todo un conjunto de aspectos que podrían contribuir a su desarrollo, pero la venta de los activos de Rosneft en Venezuela no es el principal factor para que EEUU levante las restricciones.

 

«Pondría la pandemia del coronavirus como el factor más importante, puesto que las sanciones no favorecen al desarrollo internacional. (…) Aun así, no hay garantía de que Estados Unidos levante las sanciones impuestas contra Rosneft», comentó en declaraciones a Sputnik.

 

«El primer factor que hizo a Rosneft abandonar Venezuela es la caída de los precios del petróleo, o más bien la caída de los volúmenes de consumo. Las petroleras no están interesadas en expandirse, necesitan vender lo que ya tienen. Por lo tanto, reducen los volúmenes para mantener los precios», explicó.

 

El experto opinó que la demanda del petróleo se recuperaría dentro de un año aproximadamente y la expansión de Rosneft continuaría, concluyó.

 

«Es un paso táctico en el enfrentamiento entre Rusia y Estados Unidos, pero estratégicamente las partes no ceden», agregó.

 

El representante especial de Estados Unidos, Elliott Abrams, había declarado a principios de abril que las sanciones contra Rosneft deberían eliminarse, si no tiene nada que ver con Venezuela.

 

Al mismo tiempo, la agencia calificadora de riesgos Moody’s pronosticó que la venta de los activos venezolanos de la petrolera rusa Rosneft reduce el riesgo de nuevas sanciones de EEUU.

 

El 28 de marzo Rosneft anunció que cesaría su actividad en Venezuela y vendería todos los activos venezolanos a una compañía que pertenece al Gobierno de Rusia.

 

En febrero, Estados Unidos introdujo sanciones contra Rosneft Trading, filial de Rosneft, y la acusó de suministrar petróleo venezolano a mercados extranjeros, apoyando así a las autoridades actuales del país, no reconocidas por Estados Unidos como legítimas.

 

El 12 de marzo, Washington también sancionó a otra subsidiaria, TNK Trading, alegando que estaba moviendo petróleo en lugar de la Rosneft Trading previamente sancionada.

 

(Sputnik)

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