Julio Borges, prófugo de la justicia venezolana y miembro del grupo extremista Primero Justicia, aliado al lobby sedicioso Voluntad Popular, quien se atribuye el falso cargo de «Comisionado Presidencial para las Relaciones Exteriores» del pseudo «gobierno interino» de Juan Guaidó, envió una carta al secretario general de la Organización para las Naciones Unidas (ONU), António Guterres, para intentar negar lo innegable, los vínculos con la empresa contratista de mercenarios SilverCorp USA INC y la fracasada operación paramilitar «Gedeón».

 

Borges publicó la carta en Twitter, fechada el 18 de mayo de 2020 en Bogotá, Colombia, donde se encuentra su falso despacho.

 

En la carta donde se hace identificar como canciller de Guaidó, el antiguo presentador de televisión aseguró que ellos no son los victimarios sino las víctimas de lo que él considera «la dictadura» y «el régimen» de Maduro.

 

Dice Borges: «El gobierno interino no tiene nada que ver con dicha operación militar; no ha suscrito, como se ha pretendido hacer ver, ningún contrato con la empresa Silvercorp; y por lo tanto, no existe ninguna vinculación ni responsabilidad entre el Gobierno legítimo o la Asamblea Nacional, con ninguna de las acciones, posiciones, planes que realice o haya realizado».

 

Tanto el «gobierno legítimo» como la «Asamblea Nacional» a la que hace mención Borges, son falsas instancias creadas por el grupo sedicioso que gira en torno a la figura de Juan Guaidó desde enero de 2019, luego que este se autoproclamara «presidente encargado». Misma situación que ocurrió un año después con la «asamblea», que fue creada en enero de 2020, luego que Guaidó fuera expulsado del verdadero parlamento que preside actualmente el diputado opositor Luis Parra.

 

Borges trata de negar que Juan Guaidó firmó un contrato por 212 millones de dólares junto a Juan José Rendón, Sergio Vergara y Manuel Retureta, para que SilverCorp realizara una intervención paramilitar con el objetivo de la «liberación de Venezuela», un documento que fue publicado por el director de la contratista estadounidense, Jordan Goudreau, y entregado a la periodista opositora a Maduro, Patricia Poleo, quien está residenciada en Miami, Florida.

 

En el documento, que el mismo Juan José Rendón confesó que fue firmado por él y que acordaron este plan con SilverCorp, aunque dice que luego se pelearon con Goudreau, quien estaba encargado de entrenar a mercenarios en Colombia bajo la protección del régimen de Iván Duque, supuestamente amparados en el TIAR, Borges asegura que el caso de la Operación Gedeón, ha sido tomado por «el aparato de propaganda» de Maduro, quien lo «ha querido presentar (…) como un quebrantamiento de orden constitucional e intento de magnicidio».

 

Además, asegura Borges, que este «aparato de propaganda», «ha pretendido involucrar a los miembros de la Asamblea Nacional de Venezuela, así como los Gobiernos de Estados Unidos y Colombia a quienes señala de encubrir y financiar la operación»; esto sin mencionar que los mercenarios entrenados por SilverCorp en Colombia, incluyendo dos estadounidenses que fueron escoltas personales de Donald Trump, confesaron que fueron entrenados en Colombia resguardados por la DEA estadounidense, el Gobierno de Duque, que Guaidó había firmado el contrato y era el «Comandante en Jefe» y que a través de SilverCorp, eran dirigidos por el «presidente de los Estados Unidos, Donald Trump».

 

«El régimen de Maduro y su aparato de propaganda, lo que pretende es presentarse como la víctima cuando en realidad es el victimario», insiste Borges en su carta, donde dice que «la dictadura de Maduro está acostumbrada a mentir y pretende aprovechar esta coyuntura para arreciar la persecución política» en contra de este grupo sedicioso vinculada a distintos delitos contra la patria, la promoción del bloqueo total contra el país y el robo de los recursos de Venezuela en el extranjero así como la apropiación indebida de bienes del Estado en el extranjero como las refinerías CITGO y Monómeros, en Estados Unidos y Colombia, respectivamente.

 

Borges, quien no negó los testimonios de mercenarios que certifican el financiamiento del narcotráfico colombiano en la operación Gedeón, asegura que «Nicolás Maduro no es la víctima de una conspiración internacional sino el responsable de la pérdida de la soberanía de Venezuela virtualmente entregada a la dictadura cubana» y según él «a grupos terroristas» que se dedican al narcotráfico.

 

Julio Borges es un prófugo de la justicia venezolana vinculado a distintos crímenes contra la Nación y el fallido intento de magnicidio con drones explosivos ejecutado el 4 de agosto de 2018 contra el presidente Nicolás Maduro, jefes de los demás Poderes Públicos del Estado venezolano, el Alto Mando Militar y otros miembros del Gobierno.

 

También es responsable del caso de un niño que atropelló su chofer personal y que él no ayudó a rescatar sino que salió huyendo del sitio, dejando al infante tirado en la calle.

 

Borges, quien forma parte del plan de Estado paralelo, que busca de hacer creer al mundo -con el apoyo de Estados Unidos, la Unión Europea y la mediática internacional- que en Venezuela existe un Gobierno interino que no es el de Maduro, quien fue electo en mayo de 2018 en elecciones libres, posee un amplio prontuario de crímenes que están asociados a los escándalos de corrupción de Juan Guaidó en Colombia relacionados con prostitución, uso de drogas, paramilitarismo, narcotráfico, compra de bienes con recursos donados a Venezuela por instituciones privadas y asociaciones civiles, planes sediciosos contra el Gobierno de Maduro, usurpación de cargos públicos, apropiación de recursos del Estado venezolano, promoción del bloqueo total contra los venezolanos y traición a la patria.

 

(LaIguana.TV)

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