El arribo al país del tanquero Fortune, el primero de los cinco buques iraníes cargados de gasolina e insumos, dejó a los medios e individualidades de la derecha sumidos en una de sus típicas crisis depresivas. Amanecieron lamiéndose las heridas y tratando de encontrar un enfoque para presentar como derrota lo que ha sido un sonoro triunfo de Venezuela y del antiimperialismo mundial.

 

Uno de los principales exponentes de la  maquinaria comunicacional opositora, Alberto Federico Ravell,  escribió un tuit en el que califica el arribo de gasolina importada como una vergüenza para un país que debería ser potencia petrolera.

 

Un mensaje similar emitió uno de los notables subalternos de Ravell, Leopoldo Castillo, mientras algunos periodistas de menor rango comenzaron a hacer cálculos matemáticos orientados a demostrar que la gasolina iraní durará poco.

 

Los voceros de la derecha, que habían apostado a que los tanqueros serían interceptados por buques de guerra de Estados Unidos, intentan ahora presentar como un gesto ridículo el que la Fuerza Armada Nacional Bolivariana haya escoltado al Fortune desde que ingresó a aguas venezolanas.

 

El ala internacional de la prensa antivenezolana tampoco ocultó su decepción por lo ocurrido y comenzó ya a buscar otros ángulos para hacer daño. El periódico franquista ABC tituló: «El primer buque de Irán con gasolina entra en aguas de Venezuela sin que EEUU intervenga».

 

En el empeño de no aparecer completamente derrotados, el diario madrileño de ultraderecha dio carácter de absoluta verdad a las versiones estadounidenses, según las cuales la gasolina será pagada con 9 toneladas de oro y que se trata de una negociación entre Estados parias.

 

Mientras tanto, La Voz de América publicó un trabajo en el que dice que el cargamento traído por los tanqueros iraníes solo cubrirá la demanda de un mes del mercado interno venezolano. Entre los expertos citados está José Toro Hardy, quien hace unos días protestaba a través de su cuenta Twitter porque no había podido surtir de combustible a su vehículo particular.

 

(Clodovaldo Hernández / LaIguana.TV) 

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