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Por contagiar a más de 700 guatemaltecos con sífilis fueron demandadas la universidad estadounidense John Hopkins y la Fundación Rockefeller, luego de colaborar en experimentos que de manera intencional contaminaron a estas personas con sífilis y otras enfermedades.

 

De acuerdo con la denuncia, la Fundación Rockefeller financió la investigación de esta universidad estadounidense y también empleó a los científicos encargados de supervisar dichos experimentos, desarrollados en Guatemala entre 1945 y 1956, reseña el sitio web de Telesur.

 

Esta demanda busca 1.000 millones de dólares. Por este hecho, también se encuentran demandados el grupo farmacéutico Bristol-Myers Squibb y el dueño de esa compañía, Mead Johnson.

 

“Huérfanos, presos, pacientes psiquiátricos y prostitutas fueron infectados deliberadamente con enfermedades de transmisión sexual para determinar qué drogas, incluyendo la penicilina, trabajan mejor en parar las enfermedades”, refiere la demanda.

 

No es la primera vez que desde Guatemala se acusa a estadounidenses por la contaminación ilegal y malintencionada de enfermedades venéreas. En 2012 un grupo de 700 guatemaltecos llevó a cabo esta denuncia, por lo que John Hopkins y la Fundación Rockefeller archivaron declaraciones en sus sitios web, condenando los experimentos y negando su responsabilidad.

 

En 2010, la entonces secretaria de Estado, Hillary Clinton, se disculpó con Guatemala por los experimentos, diciendo que fueron “claramente inmorales”.

 

Un año después, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama llamó al entonces presidente guatemalteco, Álvaro Colom, para pedirle perdón por hacer creer a la población que lo que parecía una vacuna para estudiar los efectos de la penicilina era en realidad una agresiva bacteria.

 

(AVN)