Este jueves, Mike Pompeo, quien ejerce como secretario de Estado en la administración Trump, anunció que Estados Unidos había dispuesto una «ayuda» adicional por 200 millones de dólares «en asistencia humanitaria y para el desarrollo».

 

«Estados Unidos se enorgullece de unirse a los países donantes para responder a una de las peores crisis provocadas por el hombre en el mundo, con un adicional de $ 200 millones en asistencia humanitaria y de desarrollo. Juntos podemos salvar vidas y lograr la transición democrática que los venezolanos necesitan desesperadamente», escribió en su cuenta de Twitter. 

 

Estos fondos se unen a los recaudados en una jornada de donaciones para «atender a refugiado y migrantes venezolanos» coorganizada por la Unión Europea, el Gobierno español, la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Ancur, por sus siglas en inglés) y la Oficina Internacional para las Migraciones (OIM). 

 

Según declaraciones emitidas por la ministra de Exteriores de España, Arancha González Laya el pasado 26 de mayo, en la jornada se recaudaron «2.544 millones de euros en contribuciones» y «595 millones de euros en forma de donaciones». Esto último equivale a unos 653 millones de dólares.

 

De acuerdo con los organizadores, esta jornada tenía como propósito recaudar dinero para asistir a los gobiernos de los países hacia los cuales han migrado masivamente los venezolanos, entre los que se contarían Colombia, Perú y Ecuador. 

 

Esta no es la primera vez que se hacen colectas en nombre de la migración venezolana sin que los migrantes perciban beneficio alguno. Antes bien, existen abundantes pruebas de que en esos países, la mayor parte de los venezolanos no gozan de ningún amparo jurídico-legal, se ven forzados a trabajar en la informalidad o en condiciones de evidente explotación, son víctimas recurrentes de la xenofobia y durante la pandemia de Covid-19, muchos han perdido sus fuentes de ingreso y se han quedado desamparados, lo que ha ocasionado que, al día de hoy, cerca de 60.000 hayan retornado a Venezuela. 

 

En tal sentido, vale la pena recordar que en febrero de 2019, el millonario Richard Branson organizó un concierto para recabar ayuda humanitaria para Venezuela. Luego pudo comprobarse que lo recabado fue usado discrecionalmente por Juan Guaidó y sus colaboradores cercanos, algo que también denunció Humberto Calderón Berti, exrepresentante de Guaidó ante el Gobierno de Duque. 

 

Desde otro ángulo, más allá de la retórica de defensa de los derechos humanos, en los trinos de Pompeo se deja claramente establecido cuál es el propósito de su Gobierno tras esta ayuda adicional: derrocar a Nicolás Maduro, algo que indica bajo el eufemismo «lograr la transición democrática que los venezolanos necesitan desesperadamente», lo que justifica alegando que «cada día que Maduro permanece en el poder, es otro día en que las necesidades del pueblo venezolano se descuidan». 

 

(LaIguana.TV)

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