La puesta en contexto del hasta ahora inminente fin del liderazgo político de Juan Guaidó, tras conocerse que el dirigente estaría alojándose secretamente en la embajada de Francia, fue el tema con el que Miguel Ángel Pérez Pirela inició la edición 105 de Desde Donde Sea de este jueves 4 de junio, a lo que siguió la presentación sucinta del acuerdo suscrito entre el gobierno y la oposición para el manejo de la pandemia de Covid-19, complementadas con reacciones relevantes emitidas para la ocasión por parte de actores internacionales relevantes. 
 
La misteriosa desaparición de Guaidó parece escribirse en francés
 
Pérez Pirela comenzó aludiendo a las declaraciones que le ofreciera en horas de la tarde de hoy el canciller de la República, Jorge Arreaza, a la periodista Maripili Hernández en una entrevista radial, según las cuales, Juan Guaidó estaría recibiendo protección diplomática del gobierno francés, algo que no ha sido confirmado ni rechazado por París. 
 
De ser cierta esta información, puntualizó, la razón tras ese ocultamiento sería el vertiginoso desplome en la credibilidad del político, pues en poco más de un año perdió toda con cuanto contaba y su único éxito acaso puede traducirse en la apropiación indebida de miles de millones de dólares procedentes de las arcas del Estado. 
 
Sin embargo, lo más importante tras ese anuncio es que si Juan Guaidó está alojado en esa sede diplomática en calidad de invitado, refugiado, exilado o cualquier otra figura que suponga un alojamiento permanente, de acuerdo con lo estipulado en la Convención de Viena, deberá renunciar a emitir declaraciones políticas y a realizar activismo. 
 
Como ilustración, recordó lo sucedido cuando luego del fallido «golpe bananero» del 30 de abril de 2019, Leopoldo López huyó hacia la Embajada de España y desde allí ofreció una rueda de prensa, recibiendo casi de inmediato una reprimenda del gobierno de Pedro Sánchez, en virtud de lo taxativa que resulta la norma diplomática al respecto. Eso explicaría, continuó, por qué el dirigente extremista se ha abstenido de declarar directamente sobre casi cualquier tema y las pocas veces que lo ha hecho, ha recurrido a sus redes sociales, donde también muestra baja actividad. 
 
Empero, tras esta opacidad por parte de Guaidó y de la propia Embajada de Francia, está lo que el filósofo denominó un «doble juego»: por un lado, estaría protegido por el Estado francés y por otro, al no ser público, continuaría declarando en calidad de líder del gobierno ficticio que dice encabezar. 
 
No en balde, comentó, Arreaza dijo durante su entrevista radial: «Esperamos que esos gobiernos rectifiquen y cumplan con las leyes del Estado receptor, en este caso Venezuela, y entreguen a los prófugos de la justicia a la justicia venezolana» y calificó las actuaciones de los embajadores de España y Francia en el país como «una vergüenza para la diplomacia». 
 
Sumándose a la voz crítica de Arreaza en relación con los procederes del embajador francés, quien a pesar de ser funcionario de un «país serio», que cuenta con una dilatada historia en materia de relaciones internacionales y de tradición diplomática, hoy hace «un papelón», pues en su parecer, el funcionario galo «cree que representa más a Voluntad Popular que al gobierno francés, algo que también han hecho otros embajadores de países europeos. 
 
No obstante, la inaceptable conducta del embajador de Francia, hoy ignorada por su cancillería y por la comunidad internacional, no sería abordada del mismo modo si, por ejemplo, Venezuela decidiera acoger en su Embajada de Madrid «a algún muy célebre e importante prisionero español que también es venezolano». En ese caso, «prácticamente entrarían a sangre y fuego a cualquier embajada a sacar a quien estuviere dentro», enfatizó.
 
Por ello, impera presionar para que se dilucide si es verdad que Juan Guaidó se encuentra escondido en la Embajada de Francia y de ser verdad, se aclaré cuál es su situación diplomática y el pueblo venezolano sepa de qué se trata, pero muy especialmente, que se revele «qué hará Juan Guaidó con su vida», porque en poco más de un año, su proyecto político ha sido la destrucción del país. 
 
El acuerdo entre el gobierno y la oposición para el manejo de la pandemia, puede ser el primero de otros 
 
En el segundo segmento de la transmisión, Pérez Pirela comentó algunas implicaciones que podría traer consigo el acuerdo recién suscrito entre el Gobierno Bolivariano y el sector de la oposición que ecabeza Juan Guaidó, un hecho que le pareció, como a muchos otros propios y extraños, positivos. 
 
Al respecto, refirió la reacción de un sector de la oposición enfrentada a Guaidó, que se subió a la ola de entusiasmo que acompañó el anuncio del acuerdo y se reunió para solicitar la realización de elecciones legislativas, pues en su criterio, esta fracción «no puede seguir esperando a que Juan Guaidó aprenda a hablar» y en su lugar, prefiere adelantar conversaciones con su adversario gubernamental y avanzar hacia la celebración de los comicios. 
 
Asimismo, invocando las palabras del ministro de Comunicación e Información, Jorge Rodríguez, relató que el acuerdo se hizo público pese a que las partes habían concertado que se manejaría con discreción, gracias a que medios ligados a la oposición, empezaron a difundir informaciones no del todo acertadas, lo que obligó al Gobierno Bolivariano a explicar el alcance y condiciones de lo convenido. 
 
Empero, el analista se mostró escéptico en relación con la disposición del sector extremista de la oposición para cumplir con lo acordado, así se trate del «trillado tema de la ayuda humanitaria», porque, de ser cierto tal compromiso con el país, lo primero qeu harían sería no rematar una empresa como Citgo, si bien, comentó, citando de nuevo al ministro Rodríguez, «si el diablo quiere colaborar, con el diablo trabajaremos». 
 
Seguidamente, el analista precisó las líneas de atención prioritarias contempladas en el acuerdo suscrito entre el gobierno y la oposición para el manejo de la Covid-19 y que incluye la actuación coordinada entre ambas fracciones para la detección de casos activos de Covid-19 mediante el diagnóstico de laboratorio, el tratamiento oportuno y adecuado de los casos diagnosticados, el aislamiento supervisado de los casos sintomáticos y cuarentena de los contactos, protección del personal de salud, la implementación de acciones de prevención y control de infecciones en los centros de salud, vigilancia epidemiológica, análisis de la información y reportes de situación, así como comunicación de riesgo para adopción de medidas por la población. 
 
Desde su óptica, el documento, que fue rubricado por el ministro Carlos Alvarado, en representación del Gobierno Bolivariano y por Julio Castro, asesor de la Asamblea Nacional en temas de salud y atestiguado por Gerardo del Cosio, representante de la OPS en Venezuela, este tipo de acuerdo podría propiciar las bases para un acuerdo electoral, el único camino posible para solventar los problemas que tenemos los venezolanos. 
 
Para Miguel Ángel Pérez Pirela, otra de las lecturas que pueden derivarse del mentado acuerdo es que se trata de la única salida de la cual dispone el grupo político que encabeza Juan Guaidó, pues aunque no les resultare estrictamente beneficioso, esos dirigentes, en términos de la «real politik», fallaron «en toda línea» porque no lograron concretar ninguna de las acciones con las cuales pretendieron forzar la salida del presidente Nicolás Maduro. 
 
Reacciones locales al acuerdo
 
En primer término, el analista mencionó las declaraciones del diputado Luis Parra, presidente de la Asamblea Nacional, quien se congratuló por la concertación y recordó que desde el inicio de la pandemia, su fracción ha planteado «una gran tregua política», en pro del bienestar del pueblo venezolano. 
 
Lo anterior se explicaría, considerando que la oposición no extremista no ve otra salida para Voluntad Popular y Primero Justicia que un acuerdo con el gobierno, puesto que, en el contexto pandémico, los opositores esperaban otra conducta de Juan Guaidó, acaso no un acuerdo con el gobierno, pero de ningún modo la invasión con mercenarios ocurrida a inicios del pasado mes de mayo. 
 
La segunda reacción aludida, correspondió a Henry Falcón, excandidato presidencial y representante de la oposición en una mesa de negociación con el gobierno, quien expresó que ese era el camino que siempre habían señalado sin complejos y que la vida de Venezuela está primero.
 
Sobre esto, el director de La Iguana.TV puntualizó que gran parte de los problemas por los que atraviesa el país, se deben a que «tenemos una oposición acomplejada», incapaz de deslindar la idea de ser oposición a la de renunciar a los intereses nacionales. 
 
«Lamentablemente, llegados a este punto, se puede decir que Estados Unidos no está detrás de la oposición, sino que está delante de ella y que los protagonistas de esta oposición son Donald Trump y Mike Pompeo», destacó y en seguida reflexión, mencionó que Venezuela  necesita una oposición que no tenga que escudarse detrás del presidente de EEUU o de la bandera de Estados Unidos. 
 
Así, en su parecer, la debacle que hoy la signa se debe a que han vuelto la vista a los intereses nacionales, al tiempo que pretenden que agentes foráneos resuelvan lo que no son capaces de resolver por su propia cuenta, creyendo que al supeditarse al gobierno estadounidense de turno o a la Unión Europea, se harían más rápidamente del poder. «Después de 20 años siguen tropezando con el mismo muro del pitiyanquismo, de no hablarle al país con un proyecto real», cuestionó.
 
El comunicador admitió concordar con la opinión de  Ramón Guillermo Aveledo, político de derecha que ejerció la vocería de la llamada Mesa de la Unidad Democrática años ha, quien calificó el acuerdo sobre Covid-19 como «un modesto paso en la dirección de lo que conviene a los venezolanos, una buena noticia que hacía falta». 
 
Esta coincidencia con un actor de quien le separan profundas diferencias ideológicas, se asienta en que considera que si fue posible alcanzar un acuerdo en relación con los temas de la Covid-19, nos podemos poner de acuerdo en otros temas, como los electorales y dejar de lado a los sectores extremistas, en tanto, en Venezuela, los problemas económicos son problemas políticos. Por esto, si logramos resolverlos, los problemas económicos se resolverían, en su opinión, muy rápidamente. 
 
Una última reacción local que le mereció atención, porque da cuenta de las voces radicales del país, fue la del exgobernador de Carabobo, Henrique Salas Feo, quien solicitó abiertamente la intervención extranjera y criticó a Juan Guaidó por pactar con «el régimen invasor», demandándole suspender los procesos electorales, destituir a los magistrados del Tribunal Supremo de Justicia y solicitar ayuda internacional. 
 
Sobre esto, el filósofo ripostó que Guaidó no tiene poder para suspender elecciones, destituir magistrados ni solicitar ayuda internacional, sino que debe pactar con el único gobierno que existe en Venezuela: el de Nicolás Maduro.
 
Reacciones internacionales
 
Para concluir el programa, Pérez Pirela mencionó las declaraciones de algunos actores internacionales relevantes, comenzando por las del Secretario General de la ONU, Antonio Guterrez, que animó a las partes a implementar el acuerdo, en cumplimiento con los principios de humanidad, neutralidad e independencia y los invitó a construir otros consensos sobre la bese de este acuerdo. 
 
Desde su punto de vista, los otros consensos a los que aludiría Guterres, se refieren a la designación del nuevo Consejo Nacional Electoral, sobre lo cual se había avanzado antes de la llegada de la pandemia y la celebración de los comicios legislativos. 
 
También refirió las declaraciones del jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, que sostuvo que el diálogo entre ls partes es fundamental para avanzar en el proceso político y asistir al pueblo venezolano. 
 
Si bien Borrell no fue prolijo en su comentario, para el experto lo relevante es que  celebró el acuerdo entre gobierno y oposición y apuesta al diálogo como mecanismo para disminuir las tensiones internas y procurar bienestar para el pueblo venezolano, no «un diálogo bobo» como el que ya se ha reeditado múltiples veces, en el que tras meses de conversaciones, «basta una llamada de Estados Unidos para que todo se vaya al carajo», criticó. 
 
La encrucijada de Guaidó: no tiene más alternativa que pactar
 
En opinión de Pérez Pirela, Guaidó accedió a firmar el acuerdo «no por por su espíritu democrático o por pensar en las necesidades del pueblo venezolano», sino porque no le quedó otra alternativa que pactar con el gobierno venezolano, toda vez que el dirigente acumula «derrotas muy tempranas, muy seguidas y muy sistemáticas» que no se han detenido durante la pandemia, a lo que se suma que, luego de la fallida incursión armada,
el gobierno venezolano habría empezado a pulsar por su encarcelamiento. 
 
Prueba de esto último sería que el presidente Nicolás Maduro  lo declaró prófugo de la justicia y el Fiscal General, Tarek William Saab solicitó ante el TSJ una investigación para determinar si Voluntad Popular era una organización terrorista, hecho éste que periodistas otrora identificados con el chavismo, intentan equiparar con lo que durante la Cuarta República le hiciera el Estado a organizaciones de izquierda, principalmente al Partido Comunista de Venezuela. 
 
En todo caso, para el comunicador, lo que está claro es que el único cargo que ostentaba Juan Guaidó se terminó en  diciembre de 2019, cuando sus propios aliados le dieron la espalda, desestructurando aún más un Poder Legislativo que ya venía desmoronándose, pues luego de que la oposición se hiciera en buena lid de la Asamblea Nacional, justo después trataron de dar un golpe de Estado parlamentario. 
 
«En cinco años, prácticamente deshicieron el Poder Legislativo, han estado involucrados en numerosos escándalos financieros y desestabilizadores, incluyendo vinculaciones con el paramilitarismo colombiano», concluyó. 
 
Libro de hoy
 
El día de hoy sugirió la lectura de la colección de relatos intitulada «El Evangelio según los perros», escrito por el cantautor, narrador y dirigente popular Gino González.
 
 
(LaIguana.TV)