Este miércoles 10 de junio, el filósofo, comunicador y analista político Miguel Ángel Pérez Pirela tuvo como invitada en su programa Desde Donde Sea a la diputada federal brasileña y presidenta del Partido de  los Trabajadores (PT), Gleisi Hoffman. 

Durante el encuentro, disertaron sobre la pandemia del Covid-19 que azota a Brasil debido a la inacción del presidente Jair Bolsonaro, el clima político interno de ese país y el injerencismo y supeditación al Gobierno de los Estados Unidos que caracteriza actualmente a la política exterior asumida por Brasilia, que ha asumido como punta de lanza los ataques en contra de Venezuela. 

Al inicio de la transmisión, Pérez Pirela destacó que amén de la pandemia, el gigante suramericano atraviesa momentos de gran convulsión social y política, que se retrotraen a los ataques que ha sufrido el movimiento encabezado por el expresidente Luiz Inácio «Lula» Da Silva –y del que Hoffman hace parte importante–, «si bien en los últimos meses ha encontrado la justicia de la realidad».

De inmediato, el filósofo venezolano procedió a inquirirla sobre por qué el Gobierno de Jair Bolsonaro, en medio de la crisis de la Covid-19 y siendo Brasil uno de los epicentros de la infección en el mundo, había cambiado tres veces de ministro de Salud. 

Sobre esto, Hoffman respondió que Bolsonaro había sido «un accidente dentro de la política brasileña», cuyo ascenso al poder solo podía entenderse a partir del impulso que recibiera de las fuerzas conservadoras que derrocaron a la presidenta Dilma Rousseff y encarcelaron a Lula. 

En su opinión, Bolsonaro es incapaz de gobernar y mucho menos hacer frente a la pandemia, pues no solo no ha coordinado con los gobiernos locales y regionales una política sanitaria coherente, sino que puso la cabeza de la crisis sanitaria a un militar sin experiencia en estos asuntos, una decisión que le ha valido innumerables críticas y que ha dejado tras sí unos nefastos resultados. 

Frente a eso, el gobernante decidió cambiar el sistema de conteo de muertes para reducir los números. Empero, la crisis no alcanza solamente al ámbito sanitario, pues la senadora refirió que la crisis se extiende a los ámbitos sociales y económicos y la respuesta de Jair Bolsonaro apunta hacia la consolidación de un régimen autoritario.  

Seguidamente, el experto criollo mencionó que la no divulgación de cifras oficiales ponía en riesgo no solo a Brasil, sino a toda la región, porque el país comparte fronteras con casi todas las naciones suramericanas y, a ese respecto, trajo a colación las declaraciones que unos tres meses atrás emitiera Bolsonaro, en las que aseguraba que el cierre de fronteras con Venezuela pretendía impedir que desde nuestro país –para el que vaticinaba una crisis sanitaria sin precedentes–, se extendiera la pandemia a Brasil.

Sobre este aspecto, la parlamentaria mencionó que entonces, Jair Bolsonaro había ofendido a todos los gobiernos vecinos, al sostener que el cierre de fronteras obedecía a que no quería tener casos de Covid-19 y que los ataques particulares hacia Venezuela obedecían a su alineación estricta al Gobierno de Donald Trump.

Hoy, continuó, está sucediendo todo lo contrario de lo que en su día vaticinara el mandatario y los países vecinos –Paraguay, Uruguay y Venezuela, entre otros– están controlando sus fronteras comunes con Brasil para controlar la llegada de personas infectadas, porque a la fecha se registran más de 600.000 infectados y la cifra de óbitos roza las 40.000 personas, la segunda más grande en todo el mundo. 

En su parecer, esto se explica en razón de que Bolsonaro no adoptó ninguna medida que permitiera frenar la transmisión del virus ni para proteger la salud del pueblo brasilero, invocando la protección de las empresas y de la economía, aunque tampoco en eso tuvo éxito. 

En este punto, el director de La Iguana.TV se preguntó acerca de los efectos que traería para la carrera política de Bolsonaro, la pasividad adoptada frente a la pandemia, mas para Gleisi Hoffman, el motor del actual presidente de Brasil es justamente la implantación, en contubernio con sectores de las Fuerzas Armadas de ese país, de un régimen autoritario, incluso por la vía de un golpe de Estado. 

De ahí que no le haya interesado ni siquiera implementar una estrategia de protección económica dirigida a los sectores más vulnerables, con el propósito de que pudieran guardar confinamiento para protegerse de la enfermedad. Así, relató, frente a la propuesta del PT y otros grupos políticos, de otorgar subsidios equivalentes a un salario mínimo en los hogares más pobres, respondió con una contrapropuesta consistente en doscientos reales, la cuarta parte del ingreso mínimo legal. 

A continuación, Pérez Pirela trajo a colación el enfrentamiento que ha tenido Bolsonaro con los gobernadores por su manejo de la pandemia y sobre esto, la presidenta del Partido de los Trabajadores aseguró que la mayor parte de los gobiernos regionales le exigió al mandatario la implementación inmediata de medidas de aislamiento social y la respuesta que recibieron, amén de la minimización de la gravedad de la pandemia, fue una negativa rotunda, amparada en una presunta protección de la economía, lo que tampoco acabó por ocurrir. 

Por ello, en su opinión, no hubo escapatoria y la cifra de infecciones y fallecimientos se incrementó a los alarmantes niveles actuales, algo que «era obvio con un virus como ese», al tiempo que su autoridad para gobernar democráticamente al país está cada vez más socavada. 

Al término de esta intervención, el comunicador acotó que Bolsonaro había puesto en marcha una confrontación interna con variados sectores e, incluso, «siguiendo el mal ejemplo de Trump», había atacado a la Organización Mundial de la Salud. 

La senadora brasileña concordó y agregó que Jair Bolsonaro sigue los pasos de Trump y supedita todas las acciones de gobierno a lo que dicta la política estadounidense, exhibiendo un inmenso desprecio por el pueblo brasilero y por su nación, si bien la jugada no salió como esperaba, pues, recordó, una semana atrás el inquilino de la Casa Blanca lo desdeñó públicamente por su accionar frente a la Covid-19. No obstante, el mandatario de Brasil no pareció darse por aludido. 

Desde su punto de vista, su país merece más respeto en el extranjero y no la falta dignidad a la que lo ha sometido el derechista Gobierno de Bolsonaro. Antes, durante los mandatos de «Lula» Da Silva y Dilma Rousseff, rememoró, el país era respetado, querido y se le consideraba un actor de primera línea dentro de la política internacional, siendo considerado inclusive como mediador en la resolución de conflictos, mientras que en hoy en día ocurre todo lo contrario: es uno de los países más criticados por el mundo. 

No obstante, desde otro ángulo, Bolsonaro, que ha cuestionado insistentemente a Venezuela, paga caro «su arrogancia, su belicismo y su forma de tratar al pueblo brasilero», reflexionó la dirigente en ocasión de la crisis multifacética que atraviesa al país y que se ha agudizado en el contexto de la pandemia.

Aludiendo a un comentario previo de Hoffman, Pérez Pirela aprovechó la ocasión para precisar una respuesta acerca del porqué se están encendiendo las alarmas de un posible golpe de Estado en Brasil y cuáles serían las posibilidades de que eso se concrete, vistas las fracturas internas que atraviesan al Gobierno de Jair Bolsonaro. 

A este respecto, la senadora petista puntualizó que poner en marcha esta clase de estrategias antidemocráticas fueron siempre el propósito de Bolsonaro y que nunca lo escondió. En ese sentido, trajo de vuelta los comentarios de campaña del entonces candidato, quien afirmaba entonces que Brasil no necesitaba una democracia sino un gobierno firme, llegando tan lejos como para alabar a la última dictadura militar. 

Por eso, dijo, Jair Bolsonaro entró a la presidencia con la idea de establecer un régimen autoritario a través de la exacerbación de conflictos en todos los ámbitos institucionales, a modo de justificar una posible intervención de las Fuerzas Armadas. 

No obstante, ella aspira que los entes castrenses «no entren en una aventura semejante» y respeten las instituciones y al pueblo brasileño y como antecedente a esas actuaciones institucionales, mencionó que cuando, para congraciarse con Trump, el mandatario ofreció poderío militar para atacar-invadir a Venezuela, la propuesta no fue bien acogida. 

Pasando a temas de política interior del vecino país de reciente aparición, el analista venezolano se preguntó si acaso era posible que, en medio de la crisis, el mandato de Bolsonaro concluyera abruptamente por la vía de la anulación de la elección que lo llevó al poder en enero de 2019, toda vez que está siendo imputado por fraude, luego de que se comprobara que durante su campaña apeló al uso extensivo de «fake news» para manipular a la opinión pública. 

Ante la pregunta de Pérez Pirela, Hoffman manifestó que el grupo político del que forma parte aspira que la elección se anule y que se convoque otro proceso electoral que conduzca a la salida de Bolsonaro del poder, no solamente porque el PT cuestionó en cuatro oportunidades el resultado de las elecciones en las que resultó ganador el actual presidente ante el Tribunal Supremo Electoral aduciendo que había recibido financiamiento ilegal durante la campaña, sino porque el Ministerio Público admitió las pruebas presentadas, lo que, en su parecer, induce a pensar que es altamente posible que cese el mandato de Bolsonaro y se impulsen unas nuevas elecciones.  
 
A continuación, el experto en comunicación política se refirió a la renuncia de Sergio Moro como ministro de Justicia, pues este fue una pieza esencial dentro de la «Operación Lava Jato», con la cual se derrocó a la presidenta Dilma Rousseff, se encarceló a «Lula» y, en general, se persiguió a la dirigencia del Partido de los Trabajadores. 
 
Sergio Moro es, para Gleisi Hoffman, «un oportunista», que al ver cómo el gobierno de Bolsonaro empezaba a acusar signos de debilidad, marcó distancia sosteniendo que el gobernante pretendía intervenir la Policía Militar para sortear acusaciones judiciales que pesan sobre su familia. 
 
Sin embargo, acotó, a Moro no le mueve ningún interés honesto, porque es uno de los grandes responsables del ascenso a la presidencia del ultraderechista, puesto que «preparó su camino», orquestando el derrocamiento de la expresidenta Rousseff y luego encarcelando a «Lula» para que no fuera presidente, en vista de que todos los sondeos lo daban vencedor por amplísima mayoría. 
 
Lo anterior lo hace responsable además de «la destrucción de la economía» y del giro antidemocrático y autoritario que signa hoy la política en el país. 
 
A propósito de «Lula», el filósofo se preguntó acerca del futuro que le depara al histórico dirigente, toda vez que, aún habiendo sido encarcelado injustamente, optó por la ruta de la democracia y del respeto de las instituciones y luego de su salida de prisión, emprendió una gira internacional en la que se reunió con fuerzas y líderes progresistas de todo el planeta. 
 
Hoffman completó estas apreciaciones indicando que todavía el PT se encuentra luchando por «la libertad efectiva de Lula», puesto que fue encarcelado sin pruebas y condenado «en un proceso viciado». Por ello, la organización política que preside introdujo un proceso en el Tribunal Supremo, máxima instancia judicial del Brasil, para lograr la libertad plena del expresidente y «el encarcelamiento de Sergio Moro».
 
«Con sus derechos recuperados, queremos que sea nuevamente presidente del PT» y el resto, que se decida en las urnas. 
 
Para cerrar esta idea, comentó que «Lula» estaba dispuesto a viajar por todo Brasil, a pesar de tener que suspenderla su agenda por causa de la pandemia, continúa en contacto con el pueblo a través de las redes, un recurso que también usa para denunciar a Jair Bolsonaro, a quien acusa de alentar a un movimiento fascista, puesto que, en medio de la pandemia ha dejado morir a una porción de los brasileños, lo que resuena a una cierta operación de «limpieza» social. 
 
Como penúltimo tema, Pérez Pirela abrió el debate sobre los efectos que había tenido el asesinato de George Floyd sobre el pueblo de Brasil, que aprovechó la ocasión de protestar no solamente contra el racismo sino a favor de la democracia. 
 
La senadora comentó que el pueblo, «en lugar de conformarse con morir, decidió salir para vivir», puesto que es la población negra y más empobrecida la que ha resultado más afectados por el virus, gracias a la inacción de Bolsonaro. 
 
Por ello, hoy, además de denunciar el racismo, dicen: «Fuera Bolsonaro». Es la respuesta política que dio el pueblo trabajador, echado a su propia suerte en medio de una pandemia animándose a luchar contra el fascismo. 
 
Para finalizar la interacción, se abordó la dependencia de la política exterior de Brasil a los designios de Washington, los incesantes ataques en contra de Venezuela y el futuro de Bolsonaro, si, como todo parece indicar hasta el momento, Donald Trump pierde las elecciones el venidero 3 de noviembre. 
 
Gleisi Hoffman admitió que esperaba que Trump perdiera las elecciones, porque eso «eliminaría» a Jair Bolsonaro de la política brasileña y, por otro lado, aseveró que seguir a Trump «está en la naturaleza» de la utraderecha local, que pretende entregar todo cuanto Brasil es, poniendo al país en vergüenza, de modo tal que es imposible que una eventual derrota de Trump no traiga consigo consecuencias internas y suponga una gran debacle para Bolsonaro. 
 
Respecto de los continuados ataques del mandatario en contra del gobierno y pueblo de Venezuela, la parlamentaria afirmó que nunca antes Brasil había tenido una política exterior así de bélica y mucho menos en contra de países vecinos y hermanos como Venezuela. 
 
Por ello, en su óptica, resulta «inconcebible» lo que ha hecho Bolsonaro al alinearse con la política belicista e injerencista de Donald Trump, quien ve en el continente una fuente de grandes riquezas, como el petróleo de Venezuela o Brasil. Así, ante esos planes y para no perder los favores de Washington, Jair Bolsonaro ataca a todos los países que se rebelan el injerencismo norteamericano. 
 
En ese sentido, destacó que el PT se pronunció en contra de las sanciones impuestas por Estados Unidos a Venezuela –calificándolas de «barbaridad»– y se disculpó con el pueblo venezolano por las acciones emprendidas por el gobierno ultraderechista que hoy ejerce el poder en Brasil.
 
Finalmente, abogó porque ambas naciones retomen las relaciones armónicas que otrora mantuvieron y aprovechó la ocasión para saludar al presidente Nicolás Maduro y felicitarle «por la forma como el gobierno está manejando la pandemia: protegiendo al pueblo». 
 

(LaIguana.TV)