Este jueves 11 de junio, en  la edición 109 de su programa Desde Donde Sea, el  filósofo y analista político Miguel Ángel Pérez Pirela ofreció una disertación sobre un conjunto de temas de acuciante interés. 
 
En sus reflexiones, abordó las alarmas que se encienden tras el inicio de la relajación de las medidas de confinamiento en Europa y otros países, la condición de epicentro pandémico del continente americano, la crisis en Brasil, la caída de Donald Trump en las encuestas, las falsas matrices de opinión levantadas por el gobierno de Iván Duque en contra de Venezuela y la designación de las autoridades del Consejo Nacional Electoral. 
 
¿La flexibilización traerá una nueva ola de infecciones de Covid-19?
 
La flexibilización de las medidas de distanciamiento social adoptadas por causa de la pandemia de Covid-19 y la apertura de las fronteras nacionales dentro de la Unión Europea, a partir de las cuales se pretende ensayar la «nueva normalidad», fue el primero de los temas discutidos por Pérez Pirela. 
 
En tal sentido, comentó que, «en nombre de la producción y de la economía», aspectos de innegable valor social, muchos países del mundo ya habían comenzado a «flexibilizar su vida interna pero también sus fronteras». Sin embargo, para él este tema sigue siendo fuente de debate y preocupaciones, y en tal sentido trajo a colación los programas en los que se abordó extensivamente la conveniencia y condiciones para relajar las fronteras en el escenario pospandémico. 
 
No obstante, refirió, desde hace dos o tres semanas los intereses económicos presionan por la «normalización» de la economía aunque, paradójicamente, Wall Street vivió su peor jornada desde marzo, registrando una caída en el Dow Jones del 6,9%, una tendencia que se extendió a los principales índices bursátiles, lo que en su parecer es indicio de preocupación por los nuevos casos de Covid-19. «Quizá la flexibilización se está haciendo de forma demasiado violenta, demasiado rápida», reflexionó. 
 
Para sustentar esta apreciación, presentó las cifras actualizadas de la pandemia. Así, de acuerdo con la Universidad Johns Hopkins, Estados Unidos superó los dos millones de infectados y le sigue Brasil, con 802.828. El tercer país en la lista es Rusia, con 501.800 casos positivos de Covid-19 identificados y, sin embargo, desde la semana pasada empezó a relajar la cuarentena, comentó. 
 
Siguiendo con la enumeración, indicó que la cuarta posición la ocupa el Reino Unido, «uno de los países que se tardó en tomar medidas», con 292.894 infectados, mientras que la quinta posición la ocupa una nación de la que poco se había hablado hasta ahora, India, que contabiliza a 282.605 personas afectadas por el SARS-CoV-2. 
 
Las casillas cinco y seis son ocupadas por España e Italia, pero en la séptima posición aparece un tercer país del continente americano, Perú, que registra, para la fecha, 214.788 enfermos por Covid-19. 
 
De este modo, dijo, los datos dejan claro por qué «se dice que es el epicentro de la pandemia» y más todavía, expertos prevén que, en breve, Brasil superará a Estados Unidos en número de contagios y a su parecer, un análisis con base en la cantidad de decesos conducirá a una conclusión semejante. 
 
Sin embargo, el experto mencionó que la flexibilización de las medidas de confinamiento no ha sido acogida con entusiasmo por todos los interesados y a tal respecto precisó que la Organización Mundial de la Salud había manifestado hondas preocupaciones relacionadas con lo que podría acontecer en los Estados Unidos «por ese cóctel mortal entre protestas sociales antirracistas y más de dos millones de infectados». 
 
Pero no solamente es la OMS quien se preocupa por las consecuencias de este ensayo de «nueva normalidad» que se intenta poner en marcha en muchos países, presionado, en buena medida, por presiones económicas. 
 
Así, expertos europeos temen una «segunda ola de Covid-19» y no faltan «las voces preocupadas y disidentes» que cuestionan las decisiones que está tomando la Unión Europea en relación con la flexibilización, a causa de las multitudinarias marchas contra el racismo por el asesinato de Floyd que se dieron la semana pasada en distintas ciudades de Europa y dan por sentado que durante las próximas semanas se producirá un aumento en el número de infectados. 
 
La angustia se incrementa cuando se cae en cuenta en que no solo los países de la UE pretenden abrir sus fronteras comunes el próximo lunes 15 de junio, pese a las multitudinarias protestas antirracistas, sino que han considerado reanudar los vuelos trasatlánticos a partir del 1 de julio, haciendo caso omiso de que el epicentro está ahora en el continente americano. 
 
Resumidamente, el escenario previsible en el corto plazo prevé que se mantenga el epicentro de la enfermedad en América, con Estados Unidos y Brasil a la cabeza en la cantidad de infectados, mientras que en Europa se estima que vendrá un nuevo pico infeccioso a consecuencia de las manifestaciones. Además, el analista considera que, aparte del epicentro secundario en el Sur de Asia identificado por la OMS, hay que considerar dos más: Rusia e India. 
 
Cerró este punto informando que, según las cifras más recientes, en África la pandemia se está acelerando y solamente 10 de los 54 países que conforman el continente acumulan el 80% de los casos y de las muertes. Concretamente, la mayor parte de los afectados se está concentrando en Argelia, Egipto, Nigeria, Sudáfrica y Sudán muertes. 
 
Sobre esto, la OMS indicó que la región tardó 98 días en contabilizar los primeros 100.000 casos de Covid-19 y apenas 18 en alcanzar los 200.000, siendo Sudáfrica es el país más afectado, puesto que acumula el 25% de todos los contagios y una proporción similar de decesos. 
 
Caída en picada: las encuestas y Donald Trump
 
El segundo gran tópico al que aludió el comunicador estuvo referido a los efectos de las acciones emprendidas por Trump para «controlar» las manifestaciones antirracistas que se suceden a lo largo y ancho de los Estados Unidos desde hace un par de semanas. 
 
Desde su punto de vista, «Trump sigue echándole leña al fuego» y no solamente reprime, sino reprime, «sino que se burla de los protestantes y hace alardes de la represión que está aplicando» a través de su cuenta en Twitter y para ilustrar el punto, aludió a un mensaje publicado por el mandatario, que «fue interpretado como una cachetada contra los manifestantes». 
 
Concretamente, para alabar las acciones represivas de la Guardia Nacional, escribió: «Fue muy fácil tratar con los manifestantes, agitadores y anarquistas que rodeaban la Casa Blanca. Gran trabajo». 
 
No es, ni por mucho, el único dislate cometido por Trump. Aparte de los insultos y comentarios incendiarios por Twitter, la semana previa protagonizó un show, apareciendo en público y rodeado de una comitiva encabezada por el secretario de Justicia y altos funcionarios del Pentágono, sosteniendo la Biblia, mientras a pocos metros los manifestantes eran duramente reprimidos. 
 
En su día, recordó Pérez Pirela, ello le valió fuertes críticas dentro de la opinión pública estadounidense, incluyendo la del propio párroco de la Iglesia cercana que usó como escenario, pero luego altos funcionarios del Pentágono lamentaron haberlo acompañado en esa empresa. Específicamente, el presidente del Estado Mayor Conjunto General del Ejército de los Estados Unidos, tomó distancia del presidente y rechazó públicamente el evento. 
 
Esta sucesión parece indicar, en su criterio, que «Trump llegará muy disminuido y solo a la derrota en noviembre», pero que la estrategia que está empleando el mandatario para asegurar su reelección responde precisamente a la aplicación de tácticas represivas con miras a conseguir una radicalización del voto blanco, por la vía de presentar a los manifestantes como delincuentes y como peligro social. 
 
Sin embargo, esto no parece estar rindiendo los frutos esperados, pues según los resultados de una encuesta realizada por la firma Gallup entre el 8 de mayo y el 4 de junio a la que hizo alusión el experto, el descontento por Donald Trump pasó de 47 a 57%, algo que estimó «muy grave para las intenciones de reelección», puesto que su popularidad se desplomó en 10 puntos en menos de una semana, pasando de 49% –una base aceptable para emprender una carrera presidencial– al 39%. 
 
Pero lejos de advertir signos de retroceso, Trump ha decidido emprender una guerra sin cuartel contra todos aquellos que le confronten y en pocos meses ya se ha enfrentado abiertamente con los gobernadores, con la OMS y con los manifestantes, añadiendo a la lista este jueves a los funcionarios de la Corte Penal Internacional (CPI) que adelantan una investigación por los delitos cometidos por los soldados de Estados Unidos en Afganistán. 
 
Frente a esto, comentó, Trump decidió imponer sanciones económicas y migratorias sobre los funcionarios a cargo de las pesquisas y sus familiares, aludiendo que su país no forma parte del Estatuto de Roma y, por tanto, no reconoce a la CIP. 
 
Estas acciones generaron variadas reacciones dentro y fuera de los Estados Unidos, pero el director de La Iguana.TV recuperó dos para dimensionar el tamaño del desacierto trumpiano: la de la ONU y la de la UE, donde además los Estados Unidos goza de gran influencia. 
 
En el primer caso, un portavoz dijo desde Nueva York que habían tomado nota de la orden ejecutiva y que «seguirían muy de cerca» los acontecimientos. La UE, por su parte, a través de su jefe diplomático, Josep Borrell, manifestó cautela aludiendo no conocer en todo el texto ni sus motivaciones, pero indicó que el ente estaba preocupado por esta decisión del presidente estadounidense, al tiempo que respaldó a la CIP. 
 
Sin embargo, Miguel Ángel Pérez Pirela estima que estos procederes de Trump, aparentemente inflamados e irracionales, sí tienen una motivación que les organiza: la desestructuración, a partir de «un juego muy macabro», de todo el andamiaje institucional internacional heredado de los tiempos inmediatamente posteriores a la Segunda Guerra Mundial. 
 
Brasil: entre la pandemia, Bolsonaro y la sombra de un golpe de Estado
 
En esta tercera sección del programa, el filósofo se refirió a un artículo publicado hoy en el diario estadounidense The New York Times, en el que se sugiere la posibilidad de que en Brasil se produzca un autogolpe de Estado, un asunto que justamente fue abordado en la pasada edición de Desde Donde Sea, en la que estuvo como invitada la diputada federal brasileña y presidenta del Partido de los Trabajadores, Gleisi Hoffman. 
 
Entre los alegatos que expusieron para sustentar esa afirmación, destacan: la cantidad de muertes a causa del Covid-19, el hecho de que los inversionistas están huyendo del país, que el mandatario y su familia están bajo investigación por presuntos actos de corrupción, a lo que se añade que puede ser anulada la elección que condujo a Bolsonaro al poder, luego que se demostrara que su campaña apeló a noticias falsas para modificar la opinión pública.
 
En un resumen preparado para la ocasión, el analista, mencionando las declaraciones recogidas por The New York Times, puntualizó que Eduardo Bolsonaro, hijo del mandatario y congresista, cuando fue consultado sobre el tema, dijo que «la opinión no gira en torno a si ocurrirá sino a cuándo sucederá», mientras que un exasesor de seguridad internacional advirtió de las consecuencias de que el Tribunal Supremo autorizara a investigar a los aliados de Bolsonaro y Sergio Moro, hasta hace poco miembro del círculo íntimo del presidente brasileño, opinó que el «el objetivo es desestabilizar el país en la pandemia».
 
En el artículo se muestra un escenario interno de elevada complejidad, pues amén de todo lo antes dicho, dos de los hijos del gobernante están bajo investigación por la campaña que lo llevó al poder, la policía allanó propiedades de personas ligadas a ellos y por las aspiraciones presidenciales de Moro, sobre él pesa ahora una acusación de pretender interferir con la Policía Judicial para frenar las investigaciones en contra de sus familiares y allegados, dijo el analista.Además, precisó, las pruebas recabadas sobre la campaña podrán ser usadas por el Tribunal Supremo Electoral para anular la elección y destituir a Bolsonaro. 
 
Los autores concluyen que la maniobra del autogolpe perseguiría como propósito «impedir que las instituciones destituyan a Bolsonaro», si bien esa opinión no es del todo compartida por figuras relevantes dentro de la política brasileña, como el expresidente Fernando Henrique Cardozo, quien habló no solo en calidad de exmandatario sino como exilado por causa de la última dictadura miliitar que gobernó al país, asegurando que no percibe el golpe como algo «inminente» si bien reconoció que en Brasil se está produciendo una «muerte de la democracia» sin necesidad de un golpe militar e instó a Bolsonaro a renunciar. 
 
Para disimular su fracaso frente a la Covid-19, Duque dice que Venezuela se niega a recibir a sus connacionales
 
Sucintamente, el comunicador se refirió a la matriz de opinión falsa que intentan posicionar trasnacionales de la información como CNN, RCN o BBC, según la cual, Venezuela estaría prohibiendo la entrada de connacionales. Específicamente, mencionó un artículo aparecido en el portal de la BBC en la que la fuente de la afirmación es el mandatario colombiano, Iván Duque, quien señala que su gobierno sí está garantizando corredores humanitarios para los venezolanos que quieran volver, omitiendo que antes había dicho que el costo de vuelos humanitarios para repatriar venezolanos era muy caros.
 
A su parecer, se trata de una táctica de distracción implementada por el gobernante del vecino país por su mala gerencia frente a la pandemia de Covid-19, pues Colombia, contabiliza 43.810 infectados y 1.505 fallecidos y culpa a Venezuela de su fracaso, cuando en el país se registran 2.738 infectados y 23 fallecidos, 80% de los cuales adquirió la enfermedad en ese país. 
 
Asimismo, refiriéndose a cifras oficiales, indicó que desde el 04 de abril han vuelto más de 70,000 venezolanos que han huido de Colombia, Ecuador, Perú y Chile a causa de la xenofobia y otros maltratos, aún en medio de la pandemia. 
 
Avances en la designación de autoridades del CNE
 
El experto concluyó la edición haciendo referencia a los avances en torno a la designación de las autoridades del poder electoral, que tras la omisión legislativa cometida por la Asamblea Nacional, recayó en manos del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ). 
 
A este respecto, opinó que «a oposición va a tratar de hacer todo para que no se elija el CNE», aunque la Sala Constitucional del TSJ exhortó este jueves al comité de postulaciones para que consigne, en un máximo de 72 horas, la lista de los preseleccionados y la sentencia valora el trabajo previo del comité, sin distingo de tolda política ni posición. 
 
Finalmente, leyó la reacción del presidente de la Asamblea Nacional Constituyente, Diosdado Cabello, quien insistió en que se nombrará un nuevo CNE y habrá elecciones parlamentarias, tal y como corresponde. Además, el dirigente chavista consideró que «Juan Guaidó está chillando porque se le está acabando la cuerda». 
 
Sobre esto, Pérez Pirela consideró que Cabello se refería al hecho de que, una vez electa una nueva AN, Juan Guaidó no puede decir que es presidente porque es presidente de la AN, porque con una nueva AN, él sería historia y Ese sería su motivo para torpedear el proceso y seguir pidiendo invasiones y sanciones, mientras se llenan los bolsillos con fondos recaudados en nombre de una presunta ayuda humanitaria. 
 
Del lado de la oposición, comentó que de las declaraciones del diputado Ángel Medina, quien encabezaba la comisión de postulaciones, se desprendía que la oposición del G4 no concurrirá a las elecciones, pero sí irá la otra oposición que está sentada en la mesa de diálogo y quedaría legitimada electoralmente, no así la otra.
 
Libro del día
 
Hoy recomendó un texto perteneciente al ámbito de la Filosofía del Derecho, escrito por el filósofo contemporáneo Michael Sanders e intitulado «El liberalismo y los límites de la justicia».
 
(LaIguana.TV)