“Parece que el mundo acaba de descubrir que Estados Unidos (EEUU) es un país racista, por primera vez se acusan a EEUU de racista y por supuesto más con este personaje, con este psicópata que tienen allí, echándole gasolina al fuego”, expuso este domingo el intelectual, historiador e investigador Vladimir Acosta, sobre las protestas mundiales que incendian las calles al condenar y repudiar el asesinato de afroamericanos y la represión brutal policíaca y militar contra ciudadanos estadounidenses.

Acosta no duda en que el sistema políticos y cultural norteamericano, de segregación racial, violencia e injusticia, está actualmente en decadencia y descomposición lenta pero inexorable. “Es expresión de que hay algo que está cambiando”.

“Pero es que EEUU ha sido el país más racista que ha habido en este planeta y me atrevo a decir que en la historia en 4 siglos…”, acotó Acosta durante un debate sobre la llamada “distopía americana” o realidad que se está haciendo evidente en esa nación, en el programa TV Foro que conduce en VTV, el viceministro William Castillo.

En su análisis, Acosta recuerda que los políticos y personalidades estadounidenses siempre se han creído, y se presentan a sí mismos, como defensores de la libertad y la democracia, cuando en realidad son los principales violadores de Derechos Humanos en la humanidad. Advirtió que la constitución de EEUU nunca ha sido democrática y requiere urgentemente ser reformada.

Ahora la protesta es mundial

El historiados venezolano comparó situaciones, y dijo que cuando mataron a Martin Luther King, 145 ciudades se levantaron y protestaron, quemando todo a su paso; en 1991 pasó algo similar cuando dieron una brutal paliza policial a Rooney King, pero en ambos casos todo quedó en asunto doméstico e interno, con policías represores liberados y asesinos sin castigo. Ahora, las protestas antirracistas de los estadounidenses se dispersaron por el mundo, contagiando a otros pueblos especialmente en Europa, gracias a las redes sociales, y la condena y repudio están desnudando la verdadera “esencia” de la unión americana racista y asesina.

Comentó que desde la llegada de los bautizados “peregrinos”, en 1620, a lo que hoy es Massachussets, hasta la fecha, EEUU ha incubado un racismo estructural que es característica de esa sociedad.

Los ciudadanos de la gran mayoría blanca, que provienen de la raza anglosajona y protestante, se llaman a sí mismos la América Profunda. “No solo es matar a ciudadanos negros acusados de ser sospechosos o delincuentes…Los nativos (indígenas) nunca han sido considerados como parte de ese país, han sido como un cuerpo extraño que había que masacrar y que masacraron durante tres siglos, se dedicaron a desaparecerlos.

“El racismo nace fundamentalmente, por un lado, en su convicción de los blancos estadounidenses en que son la cumbre de la raza humana”, advirtió sobre el primero de 4 elementos fundamentales del racismo estructural incrustado en esa sociedad blanca supremacista.

“El blanco norteamericano tiene la condición de anglosajón, ellos son el pueblo blanco, lo supremo, prácticamente esa es su misión”, resumió.

Explicó que en el siglo 18, los intelectuales estadounidenses de la época de la ilustración, clasificaron las razas en cuatro (4) niveles: en la cúspide o punta superior, los “blancos” (protestantes, anglosajones, puros); bastante abajo los “amarillos” (chinos, japoneses, etc); aún más abajo los “negros” (“que eran casi animales pero tocaban tambor y entretenían a los blancos”) y en el fondo, más abajo del piso, los “rojos” (“que no eran los comunistas, eran los indios americanos, que estaban al borde a la bestialidad”).

En tercer lugar, Acosta consideró que la corriente religiosa “Calvinismo”, forma parte del problema racista en EEUU Pero advirtió que es una paradoja, porque nadie allá es “calvinista” porque así lo desee o quiera, debe haber sido previamente “escogido por Dios” para hablarle directamente. Por eso los líderes políticos gringos cuando anuncian bombardeos e invasiones, dicen que fue producto de que Dios les habló y se los ordenó.

“El calvinismo, de todas las corrientes protestantes, es la más cerrada, la más sectaria, la más represiva y pesimista de todas. Y eso le da fuerza a ese racismo estructural”, resumió, alertando que la mayoría blanca supermacista en EEUU lee la biblia y particularmente el antiguo testamento.

“Con ese libro en la mano, se creen el nuevo Israel, el nuevo pueblo elegido”, y tal como Israel ha llegado a ser Estado masacrando a palestinos, los anglosajones blancos de EE.UU. hicieron exactamente eso con la población indígena.

“Y el cuarto elemento, justamente como pueblo elegido y designios de Dios, ellos están para dominar el planeta, ser dueños del mundo…El destino manifiesto era que ellos dominaran primero el continente y luego el mundo entero y lograron imponer su dominio prácticamente en todo el planeta”.

Esta estructura cultural racista, de que son los únicos, excepcionales, “pueblo indispensable” como dijera una vez Barack Obama, el presidente negro alabando al blanco supremacista, “el racismo define a EEUU, se alimenta y constituye prácticamente en la estructura de la vida cotidiana de esa población blanca que domina en EEUU”.

Cultura racista histórica…y disfrazada

En el espacio, se proyectó el documental de 2017 “Yo no soy tu negro”, con impactante material audiovisual sobre los siglos de dominación blanca de la población indígena y negra, así como de la latina.

Ofrece ejemplos de cómo esta segregación, dominación por la fuerza y la mente, se escuda en los medios de comunicación como el cine, con fragmentos de películas “clásicas”, donde la esclavitud era considerada una norma básica de la economía, y con las que se ponía un punto romántico a la bestial trata de personas mediante historias dramáticas o humorísticas que minimizaban la brutal violación de los derechos humanos por décadas y siglos.

Además, contiene los mensajes de los líderes negros que defendieron la libertad y los derechos civiles de las minorías que terminaron brutalmente asesinados, como el caso de Martin Luther King y Malcom X, así como en 2020 fue asesinado el afroamericano George Floyd a manos, o más bien por la rodilla, de un policía blanco que no le importó que estuviera desarmado, caído y rogando que lo dejaran respirar.

(VTV)