La escogencia de la nueva directiva del Consejo Nacional Electoral por el Tribunal Supremo de Justicia fue la salida a una situación provocada por el sector de la oposición conocido como G-4, que ha hecho todo lo posible por evitar que se realicen las elecciones parlamentarias, pues ello significaría el fin de sus lucrativos negocios con el patrimonio público.

Esta es una de las conclusiones del análisis realizado por el filósofo y comunicador Miguel Ángel Pérez Pirela, en su programa Desde donde sea del lunes 15 de junio, el día en que asumió formalmente sus funciones el grupo de rectores designados por el máximo tribunal.

«Ha sido electo un nuevo CNE. Para entender esa elección, hay que analizar lo que sucedió el día 5 de enero de 2020. Ese día se produjo una escisión en el seno de la oposición en la Asamblea Nacional. Se dio una revuelta contra el entonces presidente de la AN, Juan Guaidó, que venía de autoproclamarse presidente de Venezuela, y de protagonizar grotescos casos de corrupción e intentos de desestabilización. Ese cisma fue consecuencia de un 2019 caracterizado por desigualdades entre diputados de la AN, entre los que recibían grandes cantidades de dólares y otros que a duras penas podían llegar a la sede del Parlamento en transporte público. Fue la crónica de una muerte anunciada: se dio la división entre los que estaban a favor y en contra de Guaidó. Al dividirse la fracción opositora de la AN surge nueva directiva del ala anti-Guaidó con el apoyo del chavismo. La misma oposición le dio un golpe de Estado a Guaidó, quien entonces se autojuramentó otra vez, ahora como presidente de la AN. Entonces, hay dos Asambleas: la de los opositores que se le voltearon, que funciona en el Palacio Federal Legislativo, y la de Guaidó, que sesiona en cualquier parte».

«Si no entendemos bien esa escisión y la unión de una parte con la bancada chavista, no podemos entender por qué fue el TSJ y no la AN, el que eligió al CNE -sostuvo-. Para elegir al CNE se necesitan las dos terceras partes de los diputados y suponiendo, por reductio ad absurdum, que la AN de Guaidó es legítima y que la otra también, ninguna de la dos tiene las dos terceras partes de la AN legal. Lo repito porque esto es lo que están escondiendo: ninguna de las dos AN tiene los dos tercios necesarios para elegir el CNE».

Pérez Pirela acotó que no se trata de una opinión personal, sino de un hecho constatable, que fue resaltado el mismo lunes, en varias entrevistas, por el flamante rector opositor Rafael Simón Jiménez, vicepresidente del nuevo CNE, un político con dos maestrías, profesor universitario, con libros escritos, que ahora es el segundo a bordo en la directiva. Jiménez ha explicado que según  la Constitución Nacional se necesitan dos tercios, lo que hacía imposible su designación por la ruta parlamentaria.

«Para alcanzar ese número de votos había que obligar a unos a que se pasaran pa allá o a los otros a que se pasaran pa acá. Por fortuna, la Constitución Bolivariana prevé esa situación y dispone que ante tal dificultad se le quita la palabra a la Asamblea Nacional, o en este caso a las asambleas nacionales y el TSJ toma la decisión -puntualizó-. ¿Ven ustedes que la historia es muy diferente de lo que se cuenta?”.

Otro punto que ha sido tergiversado es el de cuál sector político tomó la iniciativa de pedir la intervención del Poder Judicial. Los grandes medios han tratado de imponer la matriz de que fue el gobierno el que lo hizo. «Fueron los partidos políticos opositores que adversan a Guaidó quienes solicitaron al TSJ que le quitara la decisión, constitucionalmente, a la AN, alegando que pasaron los tiempos y no hubo acción. No fue el chavismo».

Recordó que existía una comisión electoral en la AN, integrada por 5 chavistas, 6 opositores y representantes de la sociedad civil. «Ese comité debía dar los primeros pasos, pidiendo los currículum vitae a los aspirantes. No hizo nada, dejaron alargar los tiempos. Cuando el TSJ decidió, salieron a decir que les pasaron por encima. ¿Hasta cuándo había que esperar? Porque el proceso para organizar las elecciones necesita seis meses».

Señaló que la decisión del TSJ, que marca el inicio del proceso electoral legislativo deja a la facción opositora encabezada por Guaidó en una situación complicada. «¿Se van a abstener? Ya los opositores tienen la experiencia de lo que ocurrió en 2005, cuando le regalaron la AN al chavismo. Pero lo cierto es que ir a elecciones no es un buen negocio para Guaidó, Leopoldo López, Julio Borges, Miguel Pizarro, porque les quita la papayita de hacerse multimillonarios en un año expropiando lo que es de los venezolanos  y las venezolanas».

Otra mentira que han puesto a circular intensamente indica que es excepcional que el TSJ haya escogido a los rectores. «Es falso, en los últimos veinte años, cuando en Venezuela ha habido una elección por año y el sistema ha sido calificado como el mejor del mundo hasta por un expresidente de Estados Unidos, como Jimmy Carter, se han electo cuatro directivas del CNE y tres de ellas han sido designadas por el TSJ. Es decir, que no ha sido la excepción, sino la regla, porque es la norma de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela para evitar vacíos».

«Surge una pregunta por demás interesante: ¿por qué esta AN en cuatro años no eligió un nuevo CNE? La respuesta desmonta la mentira de que no vamos a elecciones porque el cielo está azul o porque  los pájaros cantan. No van porque no les conviene. No van porque la última de sus intenciones es ir a elecciones. Pero aquí va a suceder algo muy peligroso para el G-4. Ahora sí va a ir a elecciones otro tinglado de partidos políticos, como el MAS, Copei, Avanzada Progresista, Soluciones para Venezuela y Cambiemos, y van a quedar legitimados por el voto popular como oposición. Los otros seguirán en su estrategia del bloqueo, las sanciones y la amenaza de invasión».

Enfatizó que, pese a las quejas y las pataletas, existe el nuevo CNE y ofreció un breve resumen de la hoja de vida de cada uno de los cinco rectores principales: Indira Alfonso, Rafael Simón Jiménez, Tania D’Amelio, Gladys Gutiérrez y José Luis Gutiérrez.

¿Cuál partido opositor es grande?

Pérez Pirela abordó otro matiz del cuadro político derivado de la nueva directiva del CNE: ¿cuáles son los partidos opositores mayoritarios y minoritarios? La pregunta surge a raíz de las expresiones de menosprecio de los miembros del llamado G-4 (Acción Democrática, Primero Justicia, Un Nuevo Tiempo y Voluntad Popular) respecto a los que integraron la Mesa de Diálogo Nacional, a la que llaman despectivamente «la Mesita». Citando de nuevo al rector Rafael Simón Jiménez, expresó que habría que revisar muy bien el peso real de cada partido opositor hoy.

«¿Qué es AD hoy? Un partido dirigido por un muerto-vivo de la política que tiene más tiempo en el poder que Hugo Chávez y Nicolás Maduro juntos. Decir que son partidos mayoritarios es igual que cuando dicen ‘la comunidad internacional’ para hablar de 50 países, cuando hay casi 200 en el mundo -aseveró-. ¿Qué es UNT?, un partido regional de Zulia que no tiene ni la gobernación ni las principales alcaldías del estado. ¿Qué es Voluntad Popular, aparte de un partido especializado en acciones violentas? Y está Primero Justicia, que es el que tiene más masa, pero está dividido entre Borges y Capriles. Ya no tiene ni siquiera el municipio Sucre, que era su bastión en Caracas. Jiménez se pregunta si no será que esos partidos (los del G-4) representan a las camarillas caraqueñas que hacen comilonas en Las Mercedes. Estos partidos no encarnan las preocupaciones del pueblo. Estos cuatro partidos decepcionaron a la gente, que ya no cree en ellos ni en Juan Guaidó.  Quedarán los otros partidos como la nueva oposición, a menos que AD y PJ presenten candidatos suyos, comprando tarjetas de partidos desconocidos, como hicieron en las elecciones anteriores y por eso AD tiene sus gobernadores, que son los que la sostienen».

Agregó, con relación al caso de Primero Justicia, que Juan Pablo Guanipa fue electo como  legítimo gobernador de Zulia, pero creyó que al negarse a jurar ante la Asamblea Nacional Constituyente iba a paralizar al estado y a generar una rebelión nacional. «Nadie le paró bolas, perdió la gobernación y no le ha quedado otra que dedicarse a su empresa de tequeños, que son muy malos, por cierto».

Añadió que si el proyecto del G-4 es seguir apostando por la ayuda del gobierno de EEUU, van por un camino muy incierto. «Trump está para que lo ayuden. Tiene más de 2 millones de infectados, tiene 116 mil 90 fallecidos, tiene 50 millones de desempleados y tiene las elecciones el 3 de noviembre. Ahora se entiende que el plan de  los de los mercenarios  era la última carta que le quedaba a Trump».

Subrayó un dato muy importante que había pasado por debajo de la mesa, el relativo al período de los nuevos rectores del CNE. «Cuando vamos a escudriñar en las líneas  de la sentencia del TSJ, se observa algo muy interesante: la nueva directiva tiene vigencia hasta enero de 2021. Es prácticamente ad hoc para estas elecciones. Es muy  Interesante y estoy de acuerdo porque así la nueva AN podrá elegir una directiva desde el Poder Legislativo».

Al comentar la observación de un participante del programa, precisó que en 2017 hubo un comité de postulaciones presidido por Guaidó, pero UNT se ausentó luego se las primeras sesiones y PJ y VP no fueron nunca.

Mala estrategia

A juicio del moderador de Desde donde sea, la oposición cometió un gravísimo error hace ya muchos años: escoger como estrategia electoral la de malponer al árbitro. «No es nuevo, lo hicieron durante veinte años. La oposición pudo ganar muchos más espacios de los que tuvo, que fueron muchos. Incluso cuando sabían que habían perdido y que no había habido fraude, intentaron descalificar al CNE. Fue una política malponer al ente electoral y ahora no saben qué hacer con esa papa caliente porque buena parte de sus seguidores quiere ir a votar».

Dijo que la aspiración de los opositores es escoger unilateralmente  a un CNE sin chavismo que le garantice ganar las elecciones y luego perseguir a todos. «Su otra opción es seguir como hasta ahora, tratando de dejar al país sin agua, sin electricidad, sin gasolina, sin dinero, sin oro, sin Citgo, sin Monómeros y entonces exigir elecciones. ¿Quién va a ir a elecciones en esas condiciones?».

«Estamos en un momento propicio para reivindicar el camino del voto porque si el 70% del pueblo vota por la oposición, ¿quién puede hacer trampa? Y si el 70% vota por el chavismo, ¿quién va a hacer trampa? Es imposible que si la gente sale a votar en masa que no produzcan un cambio en la realidad política de Venezuela».

Recalcó que como parte de la campaña contra el organismo electoral han pretendido hace ver que se les niega la participación. «Es otra mentira, pues los partidos opositores siempre han estado presentes en todas las fases del proceso. Muchas veces, los rectores opositores han salido de la Sala de Totalización y han llamado a los partidos para decirles ‘¡Perdimos!’, y a pesar de ello, los jefes de esos partidos han cantado fraude. La técnica electoral que funciona en este país no tiene nada que ver con la marramucia de los juegos politiqueros de los partidos. Atacaron al CNE, trataron de quitarle la confianza al venezolano en el voto y ¿cuál es la opción… los mercenarios boina verde que vienen de Irak a matarnos? ¿O un dron para volar a todo el alto mando del Estado? ¿O un concierto para luego entrar borrachos a invadir a Venezuela? ¡No, vale, lo que hay que hacer es votar!».

Reconocimiento a Tibisay Lucena

Al cerrar su análisis, Pérez Pirela expresó su reconocimiento a la expresidenta del CNE, Tibisay Lucena.

«Me quito el sombrero ante una de las personas más vilipendiadas, insultadas, difamadas, una señora como Tibisay Lucena que tuvo que luchar contra la estupidez congénita de un sector político que dice que no gana las elecciones porque el CNE no sirve. Tuvo que luchar contra un cáncer y que durante procesos electorales o guarimbas quisieran quemarle su casa. Ella nunca quiso ir a un lugar más seguro, dijo que esa era su casa y se mantuvo incólume. Hoy, triunfante, triunfadora, con la mirada al sol, entregó el coroto y salió saludando a los trabajadores del CNE. Si hay una mujer vilipendiada, de la que se han dicho las cosas más horrendas, esa es Tibisay Lucena. Lo digo a pesar de lo crítico que soy. Pero si hay una mujer ejemplar en Venezuela, se llama Tibisay Lucena. Desde aquí le mando un abrazo, mis mejores energías y los más bellos augurios de salud a esa tronco de mujer. La historia la absolverá de tanta injusticia, de tanta maldad, de tanto odio que ha sido derramado sobre esta mujer pequeña de estatura, pero gran mujer. Violonchelista, amiga de la música venezolana, defensora de los derechos electorales de la mujer. Mi saludo, respeto y amor profundo para ti, amiga Tibisay».

Esta opinión recibió amplio respaldo del público, a través de las redes sociales. Entre las opiniones de apoyo, el presentador destacó la del saxofonista de jazz y profesor de música Manuel Barios, quien expresó que Lucena «está en el cuadro de honor de la historia contemporánea de Venezuela».

Libro

La recomendación de lectura de la noche fue  Cinco piezas del dramaturgo y cineasta venezolano Román Chalbaud.

Corolario bíblico

Entre los participantes del programa surgió un  tema paralelo: la Biblia, su autenticidad y su valor histórico. Alguien preguntó si los filósofos creen en la Biblia. “Es un libro histórico. No lo escribió Dios. Fue escrito por muchas tradiciones, muchas plumas. ¿Los escribieron los discípulos u otra gente, mucho después?, es una pregunta que ha dado lugar a muchos debates. Ahora, lo que no creo es en esto de tenerlo como libro de autoayuda para abrirlo al llegar a casa a ver qué te aconseja. Tampoco acepto que se use la Biblia para pedirles plata a los otros o esa actitud de no decir dos o tres frases sin citarla”.

Pérez Pirela propuso tomar el tema para un programa completo, pues es mucho lo que puede debatirse. Como doctor en Filosofía de la Pontifica Universidad Gregoriana de Roma, ha estudiado mucho estos temas y puede afirmar, por ejemplo, que el dogma de la virginidad de María se decidió siglos después de su existencia en El Vaticano. “También eso de que Dios es uno y trino, que se decidió para tratar de captar también a los pueblos politeístas. En El anticristo, un gran libro de filosofía, Nietzsche dice que a Jesucristo lo cargaron de tantas cosas que lo desvirtuaron”.

Tras la mención de un participante acerca de El evangelio según Jesucristo, de José Saramago, citó una de sus frases favoritas en ese libro: “Tú no me puedes hacer todas preguntas, yo no te puedo dar todas las respuestas”.

La avalancha de comentarios llevó también a comentar sobre la imagen de Jesús, que fue pintada bajo los criterios estéticos de Florencia como si hubiese sido un rubio italiano de ojos verdes. “Él era judío, nacido en Palestina, moreno tirando pa negro. En este tiempo, en lugares como EEUU, más de uno le hubiera puesto una rodilla en el cuello, no hubiera esperado la cruz para matarlo”.

Reiterando la promesa de abordar el tema en profundidad, señaló que ante esas versiones occidentalizadas y asociadas a los sectores poderosos, doctrinas como la teología de la liberación han intentado rescatar la esencia de Jesús como aquel que se puso contra el imperio romano, que fue quien, a fin de cuentas, lo mató.

(LaIguana.TV)