Un equipo de científicos estadounidenses elaboró una contramedida eficaz contra la propagación del SARS-CoV-2 en el cuerpo del paciente, según un estudio publicado este miércoles en la revista NANO Letters.

El método prevé la creación de las llamadas ‘nanoesponjas’, unas estructuras microscópicas compuestas de un núcleo de polímero y una cobertura hecha de membranas de macrófagos o células del epitelio de los pulmones. Están dotadas de receptores ACE2 y CD147, a los que el virus se une para penetrar dentro de la célula. De este modo, las nanoesponjas pueden interceptar el patógeno antes de que infecte una célula real.

El método representa un enfoque novedoso en el tratamiento de infecciones, explica uno de los autores del estudio, Liangfang Zhang.

«Tradicionalmente, los desarrolladores de medicamentos para enfermedades infecciosas se sumergen profundamente en los detalles del patógeno para encontrar objetivos que puedan ser alcanzados con un fármaco. Nuestro enfoque es diferente. Solo necesitamos saber cuáles son las células objetivo. Y luego nos proponemos proteger sus objetivos mediante la creación de señuelos biomiméticos«, cita al investigador un comunicado de la Universidad de California en San Diego.

«Otro aspecto interesante de nuestro enfoque es que, incluso cuando el SARS-CoV-2 muta, siempre que el virus pueda invadir las células que estamos imitando, nuestro enfoque de nanoesponja debería funcionar. No estoy seguro de que esto pueda decirse de algunas de las vacunas y terapias que se están desarrollando actualmente», agregó Zhang.

Neutralizante de citocinas

Asimismo, señaló que es posible que las nanoesponjas que simulan los macrófagos puedan ayudar en la lucha contra la llamada tormenta de citocinas, una reacción inflamatoria descontrolada en algunos pacientes con covid-19 que frecuentemente es mortal.

«Veremos si las nanoesponjas de macrófagos pueden neutralizar la cantidad excesiva de estas citocinas, así como neutralizar el virus», afirmó Zhang.

Pruebas ‘in vitro’ de laboratorio mostraron que el método puede reducir en alrededor de un 90% la infectividad del covid-19. Además, ha mostrado ser seguro, por lo menos a corto plazo, en ratones. Se desconoce cuando será probado en humanos, pero los investigadores quieren hacerlo lo más rápido posible.

(RT)