El gobierno de facto de Bolivia, tras siete meses del golpe de Estado, finalmente aceptó celebrar elecciones generales.
 

Este domingo en la noche, la presidenta transitoria, Jeanine Áñez, aseguró que promulgará la ley que define el 6 de septiembre como el día para celebrar los comicios.

A través de un mensaje al país, Áñez señaló que firmará la Ley 691, foliada así en el Órgano Legislativo, pero en contra de su voluntad.

Aunque Áñez, en el puesto que se adjudicó el 12 de noviembre último, tenía como misión convocar a nuevas elecciones, además de inscribirse como presidenciable, demoró todo lo que pudo la promulgación de la normativa para los comicios.

«Con fecha fijada, corresponde, ahora, a los órganos del Estado garantizar elecciones limpias y transparentes, preservando la salud y el derecho a una participación sin persecuciones políticas», expresó el expresidente Evo Morales y por medio de su cuenta en Twitter.

«Que sea el pueblo el que defina democráticamente el destino de nuestra querida Bolivia», añadió el líder indígena quien fue obligado a abandonar su puesto en el contexto del golpe de Estado del 10 de noviembre en su contra.

La asonada so pretexto de un fraude electoral en los comicios del 20 de octubre, rompió el hilo constitucional de este país, generó masacres amparadas por el gobierno de Áñez, desmantelamiento de la economía, de las políticas sociales, persecución política y corrupción.

La Organización de Estados Americanos avaló el supuesto fraude en ese proceso, el cual es desmentido por al menos cinco estudios de prestigioso analistas.

 
(Prensa Latina)