El diálogo nacional sigue abriéndose paso, muy a pesar de la negativa a sumarse y los saboteos del sector que ha tenido el protagonismo en la oposición durante los últimos años. Y esa es la vía para la solución del problema fundamental del país, que es de naturaleza política.

El foco de Desde donde sea del martes 23 de junio estuvo puesto en la importancia de avanzar hacia acuerdos políticos, y fue de esa manera porque este día se llevó a cabo una importante reunión de la Mesa de Diálogo Nacional.

El moderador del programa, el filósofo y comunicador Miguel Ángel Pérez Pirela, hizo una revisión de los esfuerzos que se han realizado a lo largo de los últimos siete años para encontrar caminos de conciliación y destacó los avances alcanzados en la más reciente de estas iniciativas, la que arrancó en septiembre de 2019 y sigue en desarrollo.

«Hoy hemos querido hablar no solo de los problemas, sino también de las soluciones. Ustedes saben que en mi opinión el problema fundamental de Venezuela no es económico ni social, sino político. Si eso es así, la solución también  ha de ser política», dijo y, en ese sentido, ponderó positivamente la  reunión de la Mesa Diálogo Nacional que tuvo lugar en el palacio de Miraflores.

El  encuentro fue encabezado por el presidente Nicolás Maduro y participaron representantes de la oposición democrática, dándole continuidad a una búsqueda de puntos en común que comenzó  el 18 de septiembre del año pasado. «Desde entonces se está tratando de generar un ámbito de paz, equilibrio y concordia», expresó.

Para comenzar la revisión del tema, leyó las palabras del presidente Maduro:

«Hemos tenido una conversación intensa, escuchando críticas, propuestas, caminos hacia adelante, una buena conversación en privado, con todos los partidos políticos de la Mesa de Diálogo Nacional que se instaló el año pasado y ha jugado un papel estelar de este camino de paz y que le ha dado buenos resultados para abrir las compuertas de las más amplia participación política para elegir una nueva Asamblea Nacional».

Tras leer esta apreciación del jefe del Estado, comentó que esa ruta del entendimiento es la adecuada porque apunta al nudo principal de Venezuela, que es político, el fruto del  desencuentro entre opiniones, visiones, ideologías  e intereses políticos. «El diálogo es la única salida de este atolladero donde nos metimos y donde nos han metido, porque todos tenemos responsabilidad, no en el mismo nivel, claro está, pero todos la tenemos. Todo proceso de paz debe comenzar por un mea culpa, en un ámbito de verdad, conversación, sinceridad y equilibrio».

Recordó que esta mesa fue inaugurada a mitad de septiembre de 2019 y está trabajando con la metodología de una agenda consensuada. «La idea es ponerse de acuerdo en los puntos a discutir. Es difícil, pero funciona eficazmente porque consiste en fundamentarse no en lo que yo pretendo o quiero imponer, sino en lo que el otro y yo tenemos en común como pretensión. En una negociación cada una de las partes debe perder algo. El que se siente a negociar y crea que va a mantener sus pretensiones impolutas, intocables, se equivoca. La primera característica necesaria para negociar es el respeto. Sin él no puede darse un paso hacia adelante”.

Puntualizó que desde septiembre hasta ahora, la instancia de diálogo ha tenido logros, lo que es muy importante, ya que amplios sectores del país esperan resultados concretos, no una extensión infinita de las conversaciones.

Hizo una revisión de esos logros:

Reincorporación de la bancada del gobierno a la Asamblea Nacional en desacato. «Un hecho que vivimos todos con algo de optimismo y mucho de alegría porque el revenir del PSUV a la AN era una oportunidad para que el gobierno y las dos oposiciones pudieran llegar a algunos acuerdos en el hemiciclo. Desgraciadamente el 5 de enero, Juan Guaidó y sus grupos aliados resolvieron formar una AN paralela, luego del golpe de Estado que le dieron unos opositores a otros opositores. El PSUV, recién reincorporado, vio con estupor como la bancada mayoritaria se estaba peleando, incluso a golpes”.

Nueva conformación del CNE. «Es cierto que lo eligió el Tribunal Supremo de Justicia, pero quienes fueron al tribunal a pedir dicha acción, visto el silencio del Comité de Postulaciones de la AN, fueron los partidos de la oposición democrática, a los que el otro bando opositor llama ‘la Mesita’. Lo que es indiscutible es que con el nuevo CNE se abren las puertas para unas elecciones en noviembre o diciembre».

Defensa de la Guayana Esequiba. «La parte democrática de la oposición entendió que está de acuerdo con el gobierno  en la defensa de la Guayana Esequiba. Y alguien puede preguntarse si acaso no existe ese consenso con la otra parte de la oposición. La respuesta es no, porque se han visto pseudofuncionarios de ese sector que ofrecen regalar el territorio a las grandes potencias bélicas que tutelan la región, a cambio de apoyo al supuesto gobierno de Guaidó».

Críticas a las agresiones de Estados Unidos. «El sector opositor que participa en el diálogo coincide con el gobierno en rechazar las sanciones, el bloqueo, el intento de magnicidio, el intento de invasión, los blackout eléctricos. En eso tampoco coincide la oposición de Guaidó, que por el contrario, sigue pidiendo más sanciones y bloqueos».

Luego de enumerar los puntos de coincidencia, expresó que «en Venezuela parece estar dándose un triángulo en el que una de las partes se está autoexcluyendo y las otras dos partes se consolidan para ir hacia adelante».

Para ampliar la información a la audiencia, reseñó que en el encuentro participaron la vicepresidenta Delcy Rodríguez; el vicepresidente para el Área Social y Territorial, Aristóbulo Istúriz; y el gobernador de Miranda, Héctor Rodríguez, delegación gubernamental a la que calificó de «por demás musculosa». Por la oposición acudieron los dirigentes Claudio Fermín, Timoteo Zambrano, Javier Bertucci, Rafal Marín, Felipe Mujica, Segundo Meléndez y Juan Carlos Alvarado. El tema central fue una evaluación del proceso de convocatoria para las elecciones legislativas.»Se buscaron soluciones concretas de cara a dicha contienda electoral», enfatizó.

El moderador preguntó si es la primera vez que gobierno y oposición se reúnen y , tras responder que «absolutamente no», dedicó los siguientes minutos a revisar la historia de las intentonas fallidas de diálogo, utilizando como base un reportaje al respecto publicado en LaIguana.TV y agregado sus apreciaciones:

2013: Desde el 14 de abril de 2013, tras la primera victoria electoral, el jefe de Estado expresó su voluntad de discutir junto a los diversos sectores sociales del país: “Soy presidente de todos los venezolanos, estoy interesado en establecer diálogo fructífero, constructivo”, dijo en el acto de juramentación de su primer gabinete, el 22 de abril.

2014: Tras finalizar los hechos violentos apoyados por la derecha venezolana en febrero, el presidente Maduro llamó a la oposición a instaurar un diálogo para resolver la tensión política del país. Para ese momento la autodenominada Mesa de la Unidad Democrática (MUD) anunció que no asistiría. «Esto pasó después de actos terroristas. Es la misma oposición del G-4, que ahora se niega a ir a elecciones, aunque ahora sus propios militantes les han dado golpes de Estado a sus secretarios, como ocurrió con AD y Primero Justicia».

2015: En octubre la MUD rechazó nuevamente el llamado y luego de las elecciones parlamentarias, que se realizaron en diciembre, el dignatario, es decir, el presidente Maduro,  insistió en conversar, pero los dirigentes opositores continuaron en su negativa. «No hubo modo de que nadie los convenciera. Es conveniente decir que Maduro ha hecho más de 600 veces llamados al diálogo», acotó.

2016: En marzo de ese año se logra un consenso en la oposición y dicha dirigencia acepta participar en el diálogo fuera del país. República Dominicana fue la sede y durante la primera reunión, Gobierno y oposición estuvieron acompañados de la Unasur y los expresidentes José Luis Rodríguez Zapatero (España), Martín Torrijos (Panamá) y Leonel Fernández (República Dominicana), quienes fueron intermediarios.

2017: En septiembre, representantes del Gobierno y oposición iniciaron una reunión de dos días en Santo Domingo. El presidente dominicano, Danilo Medina, anunció que México, Chile, Bolivia y Nicaragua integrarán una comisión de seguimiento a las conversaciones y fijó la siguiente reunión para el 27 de septiembre. Ese día la oposición no acudió al encuentro (incumpliendo a su palabra) y anunció que continuarán con la fase exploratoria del diálogo político con el Gobierno de Maduro una vez que sean removidos los obstáculos. «Como ustedes notan no existía la más mínima intención de ir a un diálogo. El 23 de diciembre la Comisión de la Verdad de Venezuela propuso excarcelar a más de 80 personas que fueron detenidas durante los actos terroristas, mal llamados guarimbas, las protestas violentas de grupos radicales de la oposición, una solicitud de la oposición que el gobierno aceptó y cumplió. La oposición no hizo nada».

2018: En enero, el Gobierno y la oposición se reunieron nuevamente y acordaron otro encuentro el 18 de enero en Santo Domingo. Luego de siete reuniones, el 06 de febrero las partes se encuentran en la capital de la nación caribeña y solo se esperaba la firma del acuerdo, que fue suscrito por la delegación del Ejecutivo, sin embargo, la oposición no hizo lo mismo, pues ese sector opositor decidió levantarse de la mesa luego de una llamada desde los Estados Unidos. «Estaban las banderas, los dos bolígrafos, el presidente Medina, los garantes, los representantes internacionales, y todo quedó así solo porque recibieron una llamada», rememoró.

Así las cosas, el mecanismo conciliador  entró en receso indefinido luego de que la delegación opositora desconociera el acuerdo a pesar de estar consensuados los puntos de ese documento, la oposición presentó otra propuesta al alegar que “no estaba obligada a firmar lo que ya estaba pactado en las conversaciones”.

2019: Barbados fue el epicentro del  nuevo proceso de diálogo entre representantes del gobierno y oposición de Venezuela, cuyo mecanismo fue amparado por el Reino de Noruega. Este intento también fue fallido, pues el autoproclamado “presidente interino”, Juan Guaidó, anunció el retiro de sus delegados de las negociaciones, las cuales estuvieron empañadas por el apoyo de esta representación a las sanciones contra Venezuela.

La lectura y comentarios de la cronología se vio interrumpida por problemas técnicos en la transmisión del programa. Pérez Pirela abrevió el final (tenía pautado tocar también el tema del Covid-19), reiterando su mensaje de que el diálogo es la vía apropiada para resolver el problema medular del país, que no es económico ni social, sino político.

Libro
Recomendó la lectura de El gobierno de las palabras: política para tiempos de confusión, del politólogo y activista español Juan Carlos Monedero.

Antes de despedirse, invitó a la audiencia a sintonizar el programa del miércoles 24 de junio. «Desde donde sea tendrá el honor de recibir al presidente de Bolivia, Evo Morales. Un invitado de lujo, en el sentido etimológico de esa palabra: de luz», subrayó.

(LaIguana.TV)