Tres factores tuvieron peso en el golpe de Estado del que fue víctima, según la visión de Evo Morales: la aversión por lo indígena, el interés por destruir un modelo económico alternativo que había funcionado eficazmente y el empeño de Estados Unidos por tomar el control de las reservas de litio, un mineral estratégico para todas las tecnologías actuales.

El análisis lo hizo Morales en entrevista con el filósofo y comunicador Miguel Ángel Pérez Pirela, en una emisión especial de su programa Desde donde sea.

En la conversación, el depuesto mandatario boliviano reveló que ha tenido contacto con cuadros militares y policiales  que han tomado conciencia del grave error que cometieron los altos mandos de estos cuerpos armados cuando se sumaron al golpe de Estado en contra de la decisión electoral del pueblo boliviano.

A continuación, una versión del diálogo entre Morales y Pérez Pirela:

Miguel Ángel Pérez Pirela (MAPP): Hoy tendremos el honor de conversar con Evo Morales, una personalidad que ha marcado la historia del siglo XXI en América Latina y el mundo. Acompañó el proceso de cambio del comandante Hugo Chávez y Lula Da Silva. Esta entrevista es una coproducción de LaIguana.TV con la revista del ALBA, con el apoyo de la embajadora de Venezuela en Bolivia, Cris González. Bienvenido, presidente.

Evo Morales (EM): Gracias, hermano, por este contacto, conversar sobre la patria grande, algunas reflexiones sobre Unasur y CELAC. Por ahora estoy amargado porque en poco tiempo el gobierno de facto ha destruido la economía nacional. Es importante recordar el pasado y evaluar el presente para proyectar la esperanza de las futuras generaciones. Felicito a la revista del ALBA, en sus diez años. Es un medio de comunicación con mucha claridad ideológica, al servicio de los pueblos.

MAPP: Siete meses después de los hechos, el New York Times dice lo que ya sabíamos y usted había denunciado, que se trataba de un golpe de Estado contra usted y su gobierno. ¿Qué opina?

EM: Vengo de una familia muy humilde, como lo saben ustedes, lo sabe Bolivia y lo sabe el mundo. En mi familia me enseñaron a no robar, no mentir ni ser flojo, Ama Sua, Ama Llulla, Ama Q’ella (en aymara), valores de la comunidad indígenas originaria de Bolivia. Digo esto porque no tenía ninguna razón para pedirles a las instituciones responsables de conducir las elecciones que hicieran un fraude para seguir siendo presidente. Nunca, jamás, no conozco eso. Algunos grupos que perdieron en la primera vuelta, dijeron “fraude”, dijeron “movilícense”, como los dirigentes de la Comunidad Ciudadana, que en la tarde del 21 de octubre hicieron quemar dos tribunales electorales departamentales y cinco en total durante la semana. Lo que querían era desaparecer los resultados oficiales para que no se pudiera concluir el cómputo. Cuando denunciaron fraude, yo dije que cualquier institución del mundo, venga de donde venga, podía hacer la auditoría electoral. Lo rechazaron públicamente, en los distintos medios de comunicación. No querían auditoría porque sabían que habíamos ganado. Pero hubo sospechosas reuniones de algunos representantes de la derecha boliviana con la OEA. Y entonces aceptaron la auditoría. No hubo fraude, sí hubo golpe. Ahora, seis investigaciones del mundo, de universidades, de medios de comunicación, 133 docentes de las mejores universidades de América Latina y Europa afirman y reafirman que no hubo fraude. Entonces, hay que entender que la OEA es un instrumento de conspiración, un instrumento de intervención, un instrumento de dominación. A esa conclusión he llegado. No sé cuál sería el camino, si al equipo jurídico cree que corresponde algún proceso penal o que responda Luis Almagro a alguna demanda internacional. Nuestras instituciones, fundamentalmente, deben ser para defender a los más humildes, a la gente más pobre, a las mayorías nacionales, y no estar sometidas al imperio norteamericano para perjudicar elecciones, democracias, destruir instituciones de integración, como la Unasur. Felizmente, tarde o temprano se saben las verdades, y nosotros estamos con la verdad y con la razón. Por eso estamos convencidos de que esto se va a saber, es cuestión de  tiempo.  Tengo mucha esperanza en que esta clase de actitudes políticas, de intromisiones, tal vez no de toda la OEA, sino de algunos personajes que con su actitud sumisa ante el imperio norteamericano, perjudican a un país.

MAPP: Al parecer, en América Latina ya no es posible salvarse de los golpes de Estado ni siquiera con una buena gerencia, con una buena gestión. Usted, por ejemplo, aumentó el Producto Interno Bruto de 11 mil 452 millones de dólares en 2006 a 40 mil 288 millones en 2018. Redujo la pobreza de 59,9% en 2006 a 34,6%, y la esperanza de vida aumentó de 65 a 71 años. El salario mínimo pasó de 72 dólares a 307 dólares. Al parecer, en Latinoamérica ya no basta ser un buen gerente si se es un gobierno de izquierda, progresista, alternativo.  Si estos datos fueran de países europeos, serían gobiernos intocables. Pero ni siquiera eso bastó para evitar un golpe de Estado.

EM: En mi propia evaluación personal, primero el golpe ha sido del gringo al indio; segundo, el golpe a nuestro modelo económico; y tercero, el golpe por el litio. El primero, grupos racistas y fascistas que usan la Biblia para matar al pueblo, para la discriminación y hacen orar para odiar al pueblo con la Biblia en la mano. Es como si estuviéramos volviendo al tiempo de la Inquisición. Sobre todo, su empeño es contra el indio, contra los indígenas. Lamentablemente, ese pequeño grupo dice “nosotros hemos estudiado para dominar, para mandar a los indios”. Recuerdo cuando era diputado (que también fui expulsado en ese tiempo) llegó un proyecto de ley del partido de la derecha, de Santa Cruz, de los más racistas y separatistas, que exigía que los diputados o senadores debían ser profesionales. No podía entender esa forma de hacer proyectos de ley. Por supuesto que con los 27 diputados que teníamos, rechazamos y batallamos junto a los movimientos sociales para que no se aprobara esa ley. También recuerdo que el año pasado tuve una invitación de jóvenes de la clase media alta en Santa Cruz. Sentí que eran jóvenes comprometidos, que consideraban que estaba bien la economía y era necesario continuar. Pero uno de ellos me preguntó qué debían hacer los politólogos. Yo lo dije que hicieran política como nuestra senadora Adriana Salvatierra. Entonces me propuso hacer un proyecto de ley para que solo los politólogos puedan hacer política. Bueno, propuse discutir y debatir, porque no iba a estar comentando ahí esa clase de mensajes. Ahora me doy cuenta de que  hay grupos que no aceptan que los indígenas y trabajadores hagan política. Nuestro gran logro es haber derrotado la doctrina imperialista dentro de las luchas sociales. Esa doctrina dice que los movimientos sociales son terroristas. Luego dice que el sindicato no puede hacer política. Bajo esa doctrina imperialista proclaman la independencia sindical y pluralismo ideológico, para que unos puedan ser de derecha y otros de izquierda. Nosotros, desde el movimiento indígena nos hemos preguntado cuál es la herencia que nos dejaron nuestros antepasados. Automáticamente, desde que luchamos contra la invasión europea, ya somos anticolonialistas, antiimperialistas. Esa es la ideología que nos dejaron. Tenemos por tanto una ideología definida: la liberación frente a la opresión, la sublevación frente a la intervención. Entonces, nuestra lucha es por los recursos naturales, pero solo con el poder comunal no podíamos nacionalizarlos. Era importante el poder político y por eso impulsamos un instrumento político, que es el MAS-IPSP. Entonces acá, la derecha racista  y el imperio norteamericano no quieren que los indígenas y otros sectores sociales hagamos política y demostremos como se administra un país. En cuanto al modelo económico, recordemos que nosotros, sin la Cuenta del (Desafío del) Milenio (fondos de EEUU), sin Atpdea (preferencias arancelarias por erradicación de cultivos que EEUU considera ilícitos), sin dinero de la USAID, porque los expulsamos, y especialmente sin el Fondo Monetario Internacional hemos demostrado que otra Bolivia es posible, como usted señalaba, con crecimiento, reducción de la pobreza, reducción de las desigualdades. Tres millones de hermanas y hermanos pasaron de la clase pobre a la clase media. En 2005, el PIB era de 9 mil 500 millones de dólares, mientras en enero de 2019 dejamos más de 40 mil millones de dólares. Yo decía en mi informe de interpretación que en 180 años, de 1825 a 2005, nos dejaron con 9 mil millones de dólares de PIB y en trece años lo llevamos a más de 40 mil millones de dólares. Lo que teníamos mínimamente proyectado para 2025 era 50 mil millones o hasta 60 mil millones. Para un país que tiene 11 millones de habitantes, son recursos económicos importantes para atender las demandas de nuestro pueblo. Entonces, me di cuenta de que EEUU y el capitalismo no quieren otro modelo que sea mejor que el suyo. Por eso, el golpe también fue a nuestro modelo económico. La tercera razón fue el litio. Recuerdo cuando fui invitado a Corea del Sur a ver una planta de baterías de litio. Algo lindo y hermoso por supuesto. Les pregunté cuánto costó. Me dijeron que en ese momento, creo que era 2009 o 2010, valía 300 millones de dólares. Como nuestras reservas habían comenzado a crecer, pensé que podíamos comprar una planta así. Les dije que había que hacer una planta gemela en Potosí, Bolivia. Pero ellos dijeron que no. No aceptaron. Lo que quieren es litio, que nosotros, como siempre, solo seamos exportadores de materia prima, que no le demos valor agregado a nuestros recursos naturales. Una vez me pasó con Japón. El presidente me dice que quieren litio. Yo le respondo que no hay problema, pero si Toyota, que vende carros en todo el mundo, monta una ensambladora en Bolivia y con litio boliviano. Tampoco quisieron. El occidente solo nos quiere por las materias primas. Aquí saludo a Álvaro García Linera, nuestro vicepresidente, quien siempre se empeñó en industrializar el litio, como Estado. Como había crecido nuestra economía nacional, empezamos con unos laboratorios y luego llegamos a una planta piloto. Inicialmente contratamos a algunos expertos extranjeros, pero cuando estuvimos en planta piloto, ya los jóvenes habían aprendido. Empezamos un lindo proyecto. En 2018  inauguramos la primera planta, de cloruro de litio, y exportamos en tres meses 15 mil toneladas a Brasil. Este año estaba prevista la inauguración de la primera industria de carbonato de litio. Lo han paralizado todo. Es algo que realmente duele. Soy sincero no tengo por qué mentir: dije que la industria del litio iba a ser sin EEUU. Por una cuestión de mercado aceptaríamos socios, tal vez China, Rusia, Alemania, pero sin EEUU. Eso no me lo perdonaron a mí ni se lo perdonaron a los bolivianos. Hace unas semanas, un senador republicano dijo que Donald Trump había participado en el golpe y lo había hecho por el litio. Es gravísimo porque se trata, otra vez, de la lucha por los recursos naturales. Evidentemente, hemos demostrado tanto, pero pudieron más algunos poderes externos y sectores internos que, lamentablemente, no estaban todavía convencidos, como el de la policía. Las Fuerzas Armadas en general, sí estaban claras, pero algunos comandantes actuaron motivados no sé por qué, tal vez por plata. Se volcaron y generaron ese golpe de Estado que fue cívico-militar-policial, pero sobre todo del Imperio norteamericano. Aunque ahora, últimamente, he estado en contacto con algunos policías que condenan la actitud de sus excomandantes y están arrepentidos, igual que algunos militares también

MAPP: ¿Qué les dicen policías y militares, luego de esa triste historia que protagonizaron?

EM: Por supuesto que saben que hicieron una mala historia. Oficiales desde coroneles, mayores, tenientes y capitanes dicen que ahora sí es razón de patria. Condenan a su excomandantes y dicen lo mal que está Bolivia. Por eso digo que es cuestión de tiempo, hay patriotas, hay militares y policías nacionalistas. Inicialmente eran solo militares, pero últimamente han comenzado a comunicarse también policías. Se trata de garantizar las elecciones y, sobre todo, de respetar la Constitución. Así estoy convencido de que, tarde o temprano llega la razón, que es del pueblo.

MAPP: Usted es víctima de un golpe de Estado siendo Bolivia una de las dos economías más florecientes de América Latina. La otra era Uruguay, del Frente Amplio. Se había roto el mito de un neoliberalismo y un capitalismo que darían buenos resultados económicos. Usted fue depuesto por un golpe de Estado y el Frente Amplio perdió las elecciones. Mire usted qué ironía: ni siquiera siendo las mejores economías pudieron mantenerse en el poder. Pero hay un aspecto político. Los resultados electorales de la región muestran que tampoco bastan grandiosas victorias en votos para mantener un gobierno de izquierda en América Latina. Usted gana la primera vuelta con 44% y Duque en Colombia lo hace con 21%. Bolsonaro gana la primera vuelta con 33% y Piñera con 16%. Es decir, usted duplica los resultados de otras elecciones que sí fueron aceptadas porque eran candidatos de derecha. Además, a usted primero le dicen que tiene que ir a segunda vuelta porque no logró una ventaja de 10%. Luego, los mismos que le dijeron eso, dicen que no habrá segunda vuelta, sino nuevas elecciones, y luego dicen que en esas nuevas elecciones, usted no puede participar. Se lo sugieren generales y líderes de la policía. Vuelvo con el coro de la canción: no basta tener una gran economía y ganar con más de 10% de ventaja. ¿Qué dice usted, presidente?

EM: En 2005 gané con 54%; en 2009 con 64% y en 2014 con 61%. Eso marcó una diferencia con los tiempos neoliberales, después de la década de los 50, cuando había una hegemonía pactada: el pueblo votaba pero no elegía al presidente, sino a los asambleístas, los congresistas de entonces. En 2019 logramos 48% en la primera vuelta. La OEA dice que hubo irregularidades en 226 mesas. ¿Irregularidades? En cualquier elección las hay y no es fraude. En Bolivia hay de 35 mil mesas en total, es decir, que 226 no es ni 0,5%. Si sumamos todos los votos de esas mesas y se los asignamos numéricamente a la Comunidad Ciudadana, y ni así nos alcanzan. Hemos ganado en la primera vuelta. Está demostradísimo. Hay un tema de fondo: a los partidos, movimientos líderes sociales, de izquierda, antiimperialistas, populares, EEUU no los perdona. La gran ventaja es que ya se acabaron las dictaduras militares, no son los golpes militares, sino golpes congresales y judiciales que en Bolivia los combinaron con mucha plata. Pero eso también se va a terminar. Estoy confiado en que eso se va a acabar. Confío en los oficiales de las nuevas promociones que tienen mucha convicción de patria y de pueblo. Cuando dispararon al helicóptero, los muchachos me dijeron que no podían responder porque abajo estaba su papá o su mamá. Pero sé que van a hacer respetar los intereses del pueblo boliviano. Ese grupo de neoliberales que llegaron con golpe de Estado han decepcionado al pueblo, que ahora sabe, las nuevas generaciones, cómo se vive con la derecha y cómo se vive en dictadura. Algunos dicen que esto va a ser ventajoso para el pueblo porque identifican claramente a los enemigos internos y externos de Bolivia.

MAPP: Las elecciones tras el golpe de Estado se han aplazado al menos en tres ocasiones ¿Es posible hacer las elecciones el 6 septiembre, como lo anuncio el gobierno de facto? De ser así, ¿el MAS podría participar? ¿Qué mensaje envían estas dilaciones, esta espera larga de los comicios a los bolivianos y las bolivianas?

EM: La línea de EEUU y de los golpistas es que no haya elecciones, porque saben que vamos a ganar. A pesar de que nos arrebataron el poder por la fuerza, con muertos y heridos, el MAS-IPSP vamos a recuperarlo con la conciencia del pueblo en democracia. De eso estamos convencidos. Nuestra lucha siempre ha sido por la democracia. Desde que nos enfrentamos a la dictadura de los años 70 y 80. Fue el pueblo el que defendió y recuperó la democracia. Somos quienes más luchamos por la paz, pero con justicia social, la paz con igualdad, esa es nuestra lucha. No quieren que haya elecciones. Usan cualquier pretexto, el coronavirus, provocan una convulsión, se comenta que la Áñez puede renunciar para empantanar la situación y que nadie garantice las elecciones. Por fortuna estamos informados porque también hay patriotas en el interior del gabinete. El comité político nos informa. El grupo de Áñez está arrepentido de no haber hecho las elecciones el 3 de mayo, porque entonces estaban mejor, según las encuestas estaban segundos, aunque igual les ganábamos en la primera vuelta. Ahora se destrozaron. Se equivocaron. No sé si es que a la inteligencia de la dictadura le falta inteligencia o a la inteligencia de EEUU le falta inteligencia porque quien gobierna es EEUU, mediante Erick Foronda, que fue agente de la CIA, como él mismo lo reconoció en forma pública. Pero si siguen dilatando las elecciones, no solamente habrá muertos en la calle por coronavirus, hasta puede haber muertos de hambre en las calles. Lamentablemente, Bolivia tiene dos pandemias, la del coronvirus y la dictadura. La mejor vacuna es la democracia, las elecciones. El pueblo está convencido de eso. Por eso, el pueblo, respetando la cuarentena, está batallando por el futuro. El MAS, por supuesto, es uno de los actores importantes, estamos preparando la campaña para bien de Bolivia y de las futuras elecciones

MAPP: ¿De ganar el MAS, como lo dicen las encuestas, cómo podrá gobernar teniendo una cúpula militar golpista y una institucionalidad desmantelada? ¿Habrá gobernabilidad?

EM: Últimamente estamos conversando con los militares, los comandantes y subcomandantes…

MAPP: ¿Usted nos confirma que está en contacto con militares y policías?

EM: Últimamente también hemos conversado con algunos policías, sobre todo con excomandantes que están más comprometidos porque se han dado cuenta de cómo hemos trabajado por Bolivia, con esfuerzo y sacrificio. Incluso hemos tomado contacto también con empresarios. Hay algunos fascistas, pero muchos estuvieron trabajando con nosotros, son patriotas. Recuerdo que algunos no querían pagar el doble aguinaldo y los convencimos porque con un crecimiento de 4,5%, los obreros lo merecían, había que hacer el esfuerzo porque traía más actividad económica y más compromiso de los trabajadores con sus empresas, sean públicas o privadas. Lo entendieron perfectamente. Entonces, soy optimista de que el resultado va a ser respetado. Evidentemente va costar reponer la institucionalidad, eso toma tiempo, pero con el compañero Lucho Arce, que ha sido ministro de Economía, vamos a reactivar la economía, vamos a ver cómo se inyectan nuevos recursos, cuál va a ser la inversión social, qué empresas se van a reactivar primero, cómo vamos a seguir avanzando en la sustitución de importaciones que permite el crecimiento económico. Es una gran responsabilidad. Quiero que sepan que el MAS, Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos, es el único que puede garantizar la estabilidad social. Cuando se garantiza la estabilidad social, hay estabilidad política. Y cuando hay estabilidad social y política puede haber crecimiento económico. Saben los empresarios que no es sencillo alcanzar la estabilidad social. En 2005 nos dejaron el país arruinado, había habido cinco presidentes en cinco años. Cada año uno. No había estabilidad política. Con nosotros hubo 14 años de estabilidad política y de crecimiento hasta que se produjo este golpe, algo como un contragolpe en el fútbol, cuando se suma la policía y las Fuerzas Armadas y listo, se acabó nuestro proceso de cambio y ahora nos toca recuperarlo.

MAPP: ¿Usted venía venir, intuía o estaba alertado de este golpe?

EM: Nos habían informado unas dos o tres semanas atrás, pero como habíamos derrotado tantos anteriores golpes. ¿Recuerdan?  En 2008, hubo uno que fue contrarrestado por Hugo Chávez, quien propició una reunión de la Unasur, con Kirchner, con Lula, en La Moneda con Bachelet. Así se derrotó el golpe de los separatistas. Luego vino otro golpe, el del Tipnis, una marcha de hermanos indígenas pagados por la derecha que decían que “el Evo debe dar un paso al costado”, pidiendo mi renuncia. Se quedaron dos semanas en la plaza y no pudieron. Luego vino un paro de la policía y también los derrotamos. La marcha de los discapacitados, que era parte del golpe también, pero no pudieron. En este caso, pensamos que había que aguantar un par de semanas, pero sorpresivamente algunos oficiales de la policía y la Fuerza Armadas estaban infiltrados en la CIA. Ahora lo sabemos. Pero son personas, no es la institución. Especialmente en lo que se refiere a las Fuerzas Armadas. No es la institución, sino algunos comandantes y eso se sabrá en el futuro.

MAPP: El golpe no solo depone a un presidente, sino que atenta contra los derechos humanos. Se dieron actos atroces ¿Qué hace el MAS sobre las masacres de Sacaba y Senkata? ¿Cómo se defiende a los presos políticos y perseguidos que han visto vulnerados sus derechos fundamentales?

EM: Mi renuncia fue precisamente para que no hubiese masacres ni quemas de casas de nuestros ministros, gobernadores, alcaldes y sus familiares. Hasta que renuncie no hubo muertos porque estoy convencido de que el derecho a la vida está por encima de cualquier otro derecho. Pero después de mi renuncia sí hubo masacres, destrozaron a Bolivia. Y hasta ahora sigue la persecución política. Ayer, por ejemplo, un grupo de jóvenes dirigentes de los barrios populares de Cochabamba, zona sur, se habían organizado para recolectar alimentos y medicamentos para llevar al Trópico y fueron detenidos. Es la solidaridad y la complementaridad criminalizadas y penalizadas. No quieren que los hermanos y hermanas puedan compartir lo que tienen para enfrentar la pandemia, respetando la cuarentena. Estoy convencido de que al gobierno no le interesa contener la pandemia. Mejor si empeora para suspender las elecciones. El MAS ha trabajado denunciando las detenciones injustas, hemos saludado y acompañado al defensor del Pueblo. Mi jefa de gabinete, doctora Patricia Hermosa, es una joven profesional comprometida, que trabajaba desde las cinco de la mañana hasta las doce de la noche. Como es una compañera de confianza, me comuniqué con ella y como habló con Evo por teléfono es terrorista sediciosa, ya tiene cinco o seis meses en la cárcel. Los corruptos sancionados pasan cuatro horas presos y luego los mandan a su casa. A la trabajadora del hogar que ayudaba al compañero Juan Ramón Quintana la acusaron de tener armas y también la metieron a la cárcel. Esa persecución es otra de las razones por las que el pueblo está indignado, decepcionado, arrepentido. Inclusive, la gente que no nos apoyó el 20 de octubre dice que se equivocaron. Esa es una de nuestras ventajas. El MAS nace del movimiento indígena para defender los derechos humanos. Eso es lo que han hecho nuestros asambleístas y, como dije antes, también estamos buscando el camino legal, jurídico, para sentar precedentes frente a las actuaciones de organismos como la OEA y el fraude que hizo.

MAPP: Situación sanitaria de Bolivia es grave. Recuerdan escenas que vimos en Ecuador: personas que mueren en la calle, personal médico afectado por pésimas condiciones sanitarias, médicos que anuncian paros para exigir insumos. El gobierno de facto ha dejado al pueblo desprotegido y desnudo ante una pandemia mundial. Los laboratorios no se dan abasto para hacer las pruebas. Y algunos ministros de la dictadura, como este de Obras Públicas, llega al extremo de acusar al pueblo por tener la enfermedad o por fallecer por Covid-19  y termina mostrando unos muñequitos de Avengers para explicar la pandemia. ¿Qué está pasando?

EM: No hay presencia de Estado contra la pandemia. Bolivia tiene dos pandemias contra la vida y contra la economía: el coranavirus mata de virus y el gobierno de facto, mata de hambre al pueblo. El coronavirus paraliza el aparato productivo por la cuarentena y el gobierno de facto paraliza todas las obras por una cuestión de codicia, de mezquindad, de corrupción, de nepotismo y de sometimiento al FMI. La peor pandemia se llama la dictadura en Bolivia. He conversado con dirigentes sociales, especialmente en Cochabamba, ya no van a los hospitales porque están colapsados y dicen que se está asumiendo medicina tradicional. Les está yendo bien. Justamente ayer los líderes estaban llevando medicamentos naturales al Trópico y los detuvieron. Se nota que el gobierno de facto no está combatiendo la pandemia, sino al pueblo que está combatiendo la pandemia. Eso se ve a simple vista. Dijimos en una conferencia del ALBA, con el compañero Maduro, el compañero Miguel (Díaz Canel) y varios otros compañeros, que en el momento en que se encuentre la vacuna, vamos a distribuirla gratuitamente. Es una enfermedad muy rara, se contagia muy rápido. Lo peor es que no podemos abrazarnos, darnos las manos, besarnos… ¿qué es eso, qué está pasando? A partir de esta pandemia, el mundo tiene que cambiar y quiero decirles que estoy convencido de que la pandemia es parte de una guerra biológica. Años atrás había leído que para la política del nuevo orden mundial es importante reducir la población innecesaria. ¿Y cuál es esa población?, pues los viejos, las viejas, los discapacitados y la gente humilde. Cuando se ve lo que está pasando en EEUU y Brasil, entiende que esta pandemia no llega por casualidad. EEUU es potencia mundial, pero para la pandemia no lo ha sido, tiene la mayor cantidad de contagiados y muertos por día en el mundo. A ese gobierno no le interesan los pobres. Mueren los latinos, los afrodescendientes. Siento que es parte de una guerra biológica. En este tipo de situaciones nos hace mucha falta Unasur. En el tema de las vacunas, por ejemplo, para que impulse el desarrollo científico y tecnológico. Nosotros, después de nacionalizar queremos industrializar nuestros recursos naturales y eso implica comprar tecnología, pero en América Latina no se puede comprar casi nada de tecnología, salvo algo, poquísimo, de Argentina y Brasil. Hay que ir a Norteamérica, Europa y Asia. ¿Cuándo nos vamos a liberar de esa dependencia? Podemos liberarnos socialmente, culturalmente, políticamente, ideológicamente, económicamente, pero esto es lo más importante. América Latina, con tantos recursos naturales,  necesita liberarse en ese campo. Es una gran responsabilidad que tenemos como movimientos sociales y como países, como Estados.

MAPP: Bolivia era epicentro de la arquitectura integracionista de la región, por su gestión en política internacional, Bolivia era motor de la unión regional. Hoy día hay una desconexión de Bolivia de los organismos de integración y también de los multilaterales. Por el golpe de Estado fueron expulsados, contraviniendo todas las normativas, diplomáticos de Venezuela, Cuba y Nicaragua. Se habla de un posible acuerdo de la dictadura con el gobierno de Sebastián Piñera por la salida al mar con Chile. ¿Cómo cree que es percibida Bolivia internacionalmente en estos momentos?

EM: El país está aislado de los organismos de integración y de liberación. Vuelve aquel tiempo de sumisión a las políticas del imperio. ¿Qué es el Grupo de Lima? Un mecanismo para acompañar a EEUU para intervenir Venezuela. ¿Qué es la Alianza del Pacífico? Un esfuerzo para retomar las políticas del Consenso de Washington, una nueva versión del ALCA. Todo es privatización y privatización, hasta de los servicios básicos. Esa es nuestra profunda diferencia con los gobiernos de derecha de América Latina y el Caribe. Por eso tengo mucha esperanza en que nuestros países vamos a retomar la senda, vamos a restablecer los tiempos de Lula, de Kirchner, de Chávez, de Fidel. Estamos con la verdad, con los pueblos y la justicia social.

MAPP: ¿Es optimista sobre el regreso de los movimiento progresistas en América Latina?

EM: Sí, basta ver el movimiento de Chile, de la juventud, que hasta la Wiphala ha aparecido, cosa que saludo. La agresión a la Wiphala en Bolivia ha servido, más bien, para promocionarla, para que esté en todo el continente. La hemos visto en Venezuela, en México, en Colombia y hasta en EEUU y Europa. Es un símbolo originario, parte del Tahuantinsuyo, ahora llamado la Patria Grande. También hay que decir que la pandemia ha puesto en juicio a muchos presidentes de tendencia derechista. Eso va a ayudar a que sigan avanzando los movimientos populares y sociales hacia la liberación en toda América Latina.

MAPP: Presidente, estoy obligado a preguntarle algo que muchos se han preguntado, sobre todo desde la experiencia venezolana que usted conoce tan bien: ¿por qué confió tanto en la OEA? No digo ya en Almagro, quien será juzgado por la historia, sino en la OEA. ¿Por qué confió hasta el último momento?

EM: Es una institución y como organismo podía hacer los estudios que quisieran. No estaba invitada directamente, pero ellos se ofrecieron y estuvieron presentes. Pensamos que podía observar lo que quisieran. Pero ellos fueron a dar un golpe de Estado. El acuerdo con el canciller Diego Pary era que el informe tenía que ser presentado el 13 de noviembre, y el domingo 10 en la madrugada nos llamaron. Estuvimos reunidos en la terminal presidencial del aeropuerto de la ciudad de El Alto. Muestran el informe, que era prácticamente el golpe. Le dije al representante de Almagro (porque él no quiso hablar conmigo) que si sacaban ese informe, iban a convulsionar al país, que habría muertos bajo su responsabilidad. Los testigos fueron el canciller y el ministro de Justicia. Personalmente creo que las instituciones son para la defensa del pueblo, pero ahora nos damos cuenta de que la OEA no responde al pueblo. No sé si es necesario hacer alguna reforma. Cuando fundamos la CELAC festejamos bastante porque teníamos otra OEA sin EEUU y Canadá. Esa era una gran liberación. Aprobamos el acta constitutiva de la CELAC en una ciudad mexicana, no recuerdo cuál, y una semana después me llamó Fidel, hablamos casi una hora por teléfono y me dijo que cuidáramos a la CELAC porque era algo que él había soñado hace 50 años, y ahora tenemos a una América Latina y el Caribe liberados y tenemos que integrarnos más. Pero vuelven algunos presidentes de derecha en América Latina y han puesto a la CELAC en un congelador. Nuestra obligación es recuperarla, rescatarla, respetando nuestras ideologías, las de los presidentes electos democráticamente en cada país. Se ha demostrado que la OEA es el mejor aliado de EEUU para intervenir a los países de América Latina.

MAPP: Para terminar, una pregunta que tiene que ver con la identidad del pueblo boliviano que usted recuperó. Vuelvo con el ejemplo de este ministro de la dictadura que usa dos muñequitos hollywoodenses versus un proceso que es encarnado en la bandera Wiphala. Es una guerra del gringo contra el indio.

EM: No hay mucho que comentar  sobre el ministro de Obras Públicas. Los bolivianos lo conocemos. No sé si sería importante dotarlo de un veterinario para que cuide su salud. La bandera boliviana es la unidad del país. Tres veces ha sido modificada. La Wiphala es una parte del Tahuantinsuyo. Es milenaria, es nuestra identidad, es nuestra diversidad, es nuestra igualdad, es nuestra dignidad. Es cuadrada por igualdad y es de tantos colores por la diversidad. Ahora es un símbolo. Quienes ofenden a la Wiphala no quieren igualdad, no quieren diversidad, no aceptan ni siquiera nuestra identidad. Pero ahora la Wiphala es algo muy conocido, respetado y buscado en casi todo el mundo, especialmente América Latina y el Caribe y EEUU. No hay mal que por bien no venga. Muchas gracias por esta entrevista, volveremos millones y devolveremos la libertad y la dignidad al pueblo boliviano, el 6 de septiembre

MAPP: Reciba un abrazo a nombre de todo el pueblo venezolano que lo admira y está muy pendiente de usted, presidente. Usted es un ejemplo de dignidad latinoamericana y la historia lo absolverá.

EM: Muchas gracias.

(LaIguana.TV)