Un hombre de 36 años de Brasil parece estar experimentando una remisión a largo plazo del VIH después de ser tratado con drogas antivirales. Hasta ahora, solo dos personas en todo el mundo se habían curado, y ambas después de arriesgados tratamientos con trasplantes de médula ósea por sus cánceres.

El paciente, de Sao Paulo no ha mostrado signos de infección persistente por VIH en los análisis de sangre que detectan el virus, según los investigadores de la Universidad Federal de Sao Paulo. Tampoco parece tener anticuerpos detectables contra el virus. Por ahora, su identidad se desconoce.

Aunque todavía es un caso aislado, podría representar la primera remisión a largo plazo del VIH sin un trasplante de médula ósea, destacan los científicos que han presentado los prometedores resultados en la conferencia médica AIDS 2020.

Después de recibir una combinación agresiva de medicamentos antirretrovirales (ARV) y nicotinamida (vitamina B3), el hombre abandonó todo el tratamiento del VIH en marzo de 2019 y no ha vuelto a tener el virus en su sangre.

El paciente de Sao Paulo ha pasado 66 semanas sin signos de la infección. Las pruebas sensibles que detectan el material genético viral no encontraron el VIH en su sangre. Tampoco lo hizo una prueba aún más sensible que consiste en mezclar la sangre con células son susceptibles a la infección por VIH.

La historia del paciente es «notable», pero causa escepticismo, cree Steven Deeks, especialista en VIH/SIDA de la Universidad de California, que no participó en este estudio. En su opinión, la enfermedad por ahora no ha remitido durante el tiempo suficiente como para calificar el tratamiento de cura. La mayoría de las personas que suprime el VIH con ARV y luego abandona el tratamiento ven cómo la carga vírica vuelve a niveles altos en cuestión de semanas.

De momento solo dos personas se han curado del virus de inmunodeficiencia humana. Timothy Ray Brown y un hombre conocido como el paciente de Londres; ambos recibieron trasplantes de médula ósea como parte de un tratamiento para el cáncer. Los trasplantes eliminaron sus infecciones y les dieron nuevos sistemas inmunológicos que resisten la infección.

Sin embargo, los trasplantes de médula ósea son intervenciones caras y complicadas que pueden tener graves efectos secundarios, por lo que son una cura poco práctica para los 38 millones de personas que actualmente conviven con el virus.

El VIH es tan difícil de eliminar porque entrelaza su material genético en los cromosomas humanos, donde puede permanecer inactivo, escapando de la vigilancia inmunológica que típicamente elimina a los invasores extraños. Los investigadores han ideado varias estrategias para limpiar los depósitos de células que albergan infecciones latentes de VIH, pero ninguna ha resultado eficaz hasta ahora.

(Sputnik)