diaz-rangel.jpg

A una hora incierta del martes 8, la Embajada de EE.UU. informó formalmente a la Cancillería que al día siguiente llegaría a Caracas un enviado especial del presidente Obama, Thomas Shannon, quien traía una propuesta para examinarla con el presidente Maduro, y que agradecía la mayor discreción posible. Antes, como era de protocolo, y tras consultar con Maduro, la canciller Delcy Rodríguez lo recibió en su despacho; se supo que le había planteado la necesidad de derogar el decreto, sin respuesta del emisario, acertadamente escogido porque él y Maduro se conocían desde el Grupo de Boston.

 

Era un nuevo signo revelador del cambio que comenzaba a producirse en la Casa Blanca, pues la noche del Viernes Santo, a las 8:55 pm, Roberta Jacobson, adjunta a la Secretaría de Estado, reconoció en rueda de prensa que habían fracasado en sus esfuerzos por aislar a Venezuela porque los países latinoamericanos (todos, aunque no lo reconoció) se mostraban solidarios con ese país y, por el contrario, demonizaban a EE.UU., reformamos nuestro titular principal, y el sábado pudieron leer:

 

«Fracasó EE.UU. contra Venezuela»

 

El cambio estadounidense fue producto de una evaluación en Washington, la reacción tanto en el interior de Venezuela, como en el exterior, no era la que esperaban. Había sido un error de apreciación, informaron de la sala situacional, los informes llegados eran equivocados, el Presidente decidiría qué hacer. Aquí en Caracas nos cansamos de esperar reacción de la Presidencia o de la Cancillería y, finalmente, hablamos con Jacqueline Faría y Ernesto Villegas. El título del domingo fue “Obama se cayó de un coco”, muy ultimeño, y en mi página hice un balance de las perspectivas de la Cumbre, lo titulé “La victoria de Panamá”.

 

Supimos que Shannon sería recibido en el Palacio el miércoles por la tarde, y que tendríamos foto y una declaración del Presidente. Inútil la espera. Entre tanto, llegaron otros dos altos funcionarios, Ben Rhodes, asesor de seguridad de Obama, dijo que “Venezuela no era amenaza”, título nuestro en primera.

 

«EE.UU.: Venezuela no es una amenaza»

 

En contradicción con el decreto del 9 de marzo, ahora no amenazamos ni la seguridad interna ni la política exterior. Maduro saludó las declaraciones y dijo que eran “interesantes”, pero no cesaba sus ataques a EEUU y al propio Obama. Lo interpreté como un esfuerzo por mantener la discreción pedida a la visita de Shannon. Entre tanto, seguía la millonaria recolección de firmas. El otro funcionario era Ricardo Zúñiga, asesor del Consejo de Seguridad, aclarando que no tenían palabras hostiles contra Venezuela y que deseaban su desarrollo y prosperidad. Como podrán imaginarse, opiniones como esas no podían ser expresadas sin órdenes del Presidente.

 

Por la noche fue la reunión, larga y muy tensa. No trascendió nada, pero el lenguaje de Maduro siguió siendo duro. En Panamá, Maduro dijo que le planteó cuatro problemas o puntos; que reconozcan “que somos un país independiente” y la derogatoria del decreto en primer lugar, desmantelar el aparato de guerra en la embajada; las respuestas fueron negativas y evasivas. Al día siguiente Shannon, luego de reunirse con tres dirigentes de la oposición, regresó como llegó, de bajo perfil.

 

En tales condiciones, con la distensión Cuba-EE.UU., Maduro llegó a Panamá como ningún otro Presidente visitando El Chorrillo, el barrio bombardeado por aviones de EE.UU. en 1989, de cuyas víctimas, dijo, que sería vocero en la Cumbre, donde no se pudo aprobar el documento general por la oposición de EE.UU. y Canadá, ¡pese a que los otros 33 países lo aprobaron! Igual pasó con el decreto de Obama.

 

Naturalmente, a estas alturas del sábado no sé lo que ocurrió (salvo la entrevista Castro-Obama) con la materia esencial, como debieron ser las demandas de América Latina y el Caribe de derogar el decreto del presidente Obama. Es de suponer que hubo acercamientos, pasos hacia un acuerdo, o una declaración conciliatoria, tal como lo insinuó Maduro con su disposición de reunirse con Obama, que él no respondió; tal era el ambiente de la VII Cumbre así como los cambios en la política de Washington. Si admitieron que Venezuela no es una amenaza, parecía lógico concluir que ese decreto no tiene sentido ni razón de ser.

 

Pero les costará reconocerlo, es como si ellos mismos se torcieran el brazo.

 

¿Y qué le pasará a Uruguay? Primero fue el Vicepresidente y ahora su canciller Nin Novo «preocupado», como un Obama más, por los presos políticos y torturas en Venezuela, ¡tal como los hubo en la dictadura militar de su país! ¿Cómo se portará el presidente Tabaré?, porque ayer sábado fue muy discreto.

 

La política de EE.UU., de la Unión Europea y la Otan contra Rusia continúa su desarrollo, buscan cercarla y aislarla; el ministro de la Defensa inglés, Michael Fallon, acaba de declarar que Rusia “es una amenaza tan grande para Europa como la de los estados islámicos”. Hace poco enviaron a Polonia 120 carros de combate y les han hecho creer a muchos polacos que es para enfrentar “una invasión rusa”. Aunque en el fondo les preocupa mucho más la alianza estratégica Rusia-China, que acaba de consolidarse con nuevos acuerdos y la formación del Banco de Inversiones asiático, que empezó con 27 países, algunos incluso europeos, y que en el futuro reemplazará al Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.

 

Las agencias lo han ocultado, pero Islandia acaba de retirar su solicitud de ingresar a la Unión Europea (UE), expresión de que ya no interesa tanto y comienza a declinar. Otra manifestación de ese proceso es que Tsipras, el premier griego, se reunió con Putin buscando acuerdos bilaterales, con el desacuerdo de la UE.

 

Enorme trabajo tendrá la Defensoría del Pueblo para demostrar que la fiesta taurina “puede causar daños sicológicos a algunas personas”, sobre todo a quienes se comen el bistec después de la lidia. En todo caso, el mundo de los toros debe moverse, porque la ley prohibiéndolos está en elaboración.

 

No sé si la construcción está en crisis, lo que es cierto es que ha disminuido sensiblemente la cuota del sector privado para construir en la Gran Misión Vivienda, y que igualmente las metas del Gobierno se han reducido. Uno de los factores es el déficit en la producción de insumos (cemento, cabillas), y ahora se suma la especulación que existe. Por ejemplo, en Gaceta Oficial apareció oportunamente el precio del cemento a intermediarios en Bs 20, pero la Corporación Socialista del Cemento lo vende selectivamente en Bs 40 más IVA. Sin embargo, usted en la calle no lo consigue en menos de Bs 500. Lo peor es que esa especulación llegó a las farmacias: el Alurión escasea, vale Bs 5, pero algún empleado ¡te lo consigue por Bs 200!

 

En nuestro último Consejo de Lectores escuchamos denuncias concretas de la matraca de la Guardia Nacional Bolivariana en Catia y otros sitios, pero la gente prefiere atender la demanda de “alguito” antes de denunciarlos, por temor a las represalias. Por supuesto, no es ninguna novedad, el propio Defensor del Pueblo, Tarek W. Saab, lo informó hace muy poco. ¿Se supone que en la Defensoría estarán armando mecanismos para enfrentarla a fondo, “caiga quien caiga”, como se dice? También le pidieron a Freddy Bernal que antes de reorganizar el Cicpc, del cual anunció cambios radicales, “díganle que se ocupe más de las policías que están más cerca de uno”. Razonable la petición, que ojalá escuchen.

 

Y a propósito, ¿qué paso con el sistema de cuadrantes desarrollado por el Ministerio del Interior, Justicia y Paz? ¿Fue desmantelado? Nos dicen que no funciona. ¿Cuánto le costó al país su estudio, instalación y funcionamiento? ¿Fue un fracaso y por eso eliminado por los nuevos ministros?

 

(ÚN)