Este jueves 16 de julio, Miguel Ángel Pérez Pirela tuvo como invitado al intelectual español Juan Carlos Monedero, profesor universitario, experto en Ciencias Políticas familiarizado con la realidad de América Latina y fundador del partido de izquierda Podemos, actualmente parte de la coalición que gobierna el país ibérico. 
 
Al inicio de la conversación, Monedero precisó que su país atraviesa «una crisis especial», toda vez que la hasta ahora sacrosanta figura del monarca emérito, Juan Carlos I, siempre protegida por los medios de comunicación, ha sido puesta bajo sospecha, luego de que se demostrara que su comportamiento «no estaba a la altura de la exigencia ética de su cargo». 
 
Añadió que en su criterio, una operación similar de engaño sistemático, pero con propósitos diametralmente opuestos, es la que se ha implementado para justificar las satanizaciones en contra de los gobiernos y líderes de izquierda.  
 
Entrando en materia, Pérez Pirela comentó que creíamos estar en «un mundo de seguridades, donde todo estaba claro y estructurado», pero apareció «un organismo microscópico» capaz de romper las dinámicas societales del mundo contemporáneo –eventos deportivos de masas, puentes aéreos, mercados petroleros, etcétera–, a partir de lo cual quedaron relativizadas las distintas áreas del quehacer humano. 
 
Inclusive, refirió, la aparición del virus causante de la Covid-19 hizo que Boris Johnson estuviera al borde de la muerte, que Donald Trump esté a punto de perder los comicios de noviembre y que Bolsonaro, enfermo, se queje porque está aburrido. 
 
Para el profesor español, las conductas de Johnson, Trump o Bolsonaro se ajustan a una perspectiva clasista de la enfermedad, según la cual solamente los pobres –que son muchos, porque se reproducen en exceso– están en riesgo de contagio, aunque la realidad se encargó de desmentirlos. 
 
Recordando al poeta uruguayo Mario Benedetti, destacó que «cuando teníamos las respuestas nos cambiaron las preguntas» y en ese orden de ideas consideró que «el coronavirus ha hecho cosas espectaculares, puesto que un evento multitudinario, como el funeral de la Princesa de Gales, fue seguido por unas 2.300 millones de personas y durante esta crisis sanitaria, cerca de 4.000 millones hemos tenido que permanecer confinadas. Asimismo, resaltó que el «Estado ha emergido como una autoridad que debe imponer orden», hecho importante, dada la preponderancia del discurso y prácticas neoliberales en el mundo.
 
Por ejemplo, en España, en el marco de la pandemia, el actual gobierno izquierdista ha conseguido implementar cosas que «parecían imposibles», como que las empresas prestadoras de servicios no los suspendieran ante la imposibilidad de pago, se estableció un salario mínimo ajustado a las circunstancias y se visibilizaron los trabajos ingratos, aquellos dedicados fundamentalmente a labores de cuidado, tanto de personas como de espacios.
 
Aludiendo a su libro más reciente El paciente cero eres tú, Juan Carlos Monedero advirtió acerca de la inconveniencia de cifrar demasiadas esperanzas en un resurgimiento espectacular de lo público tras la pandemia. «Hay un surco por el que caminamos y países que mantienen un surco socialdemócrata o socialista insistirán en él, mientras que los que están en el neoliberalismo seguirán en él», acotó.
 
Como ilustración, mencionó que tres días atrás, en Madrid, la segunda Comunidad Autónoma más rica de España, después de Cataluña, su presidenta decretó la privatización de un ala de un hospital, pese a la tragedia sanitaria que hace pocas semanas hace tuvo que enfrentar el país. 
 
De ahí que considere que acabará por imponerse lo que la canadiense Naomi Klein definió como la doctrina del shock. «Lo que va ocurrir es que el shock lo van a aprovechar los ricos, como hicieron con el huracán Katrina, el tsunami en Indonesia o el golpe de Pinochet»: van a aprovechar de privatizarlo todo, argumentó, pues ya durante la crisis económica de 2008, la vocería europea del neoliberalismo advirtió que «había que humanizar el capitalismo», so pena de que la gente se soliviantara. Empero, recordó, «después de ese momento, todo ha ido a peor y no es verdad que haya emergido alguna clase de conciencia». 
 
En la práctica, en el corto plazo esto se traducirá en que las grandes empresas seguirán apostando por sus ganancias y el Fondo Monetario Internacional seguirá insistiendo acerca de la necesidad de implementar recortes para hacer reflotar la economía, mas, en el mediano y largo y plazo, tiene la aspiración optimista de que se instale una «política para las mayorías, antecedida de «una gran conversación», puesto que si bien «la posguerra de la Covid-19 será mucho más dura», cuando esa «gran conversación» acontezca, los argumentos que podrá esgrimir izquierda serán mucho más fuertes que los que dispone el neoliberalismo.
 
Pasando a otro tema, Pérez Pirela mencionó que la crisis actual desmoronó el dogma en torno a la presunta cooperación entre la Unión Europea (UE) y sus aliados, pues cuando el continente era el epicentro de la pandemia, se mostraron sin tapujos prácticas poco cooperativas, como el robo de mascarillas, las acusaciones múltiples de falta de ayuda mutua e incluso, llamados a incrementar la presencia del Estado en áreas estratégicas, como la salud. 
 
El intelectual español ofreció una respuesta anclada en la historia de la articulación y consolidación del neoliberalismo como modo gubernamental dominante, que supuso paralelamente estocadas sucesivas a los gobiernos socialistas en el mundo. El proceso inició con el golpe de Estado de Pinochet en contra del presidente Salvador Allende; seguido de la designación de un papa polaco, Juan Pablo II, en 1978 para debilitar el bloque soviético y el ascenso al poder de Margaret Tatcher en 1980 y de Ronald Regan en 1981.
 
Sobre ese cuadro particular, se inició la desregulación, desde el propio Estado, de los Estados desarrollistas, un proceso que está lejos de haberse detenido, explicó. Por ello, aunque la izquierda accede al gobierno, no controla el poder, mientras que cuando la derecha tiene el gobierno, tiene también de su lado al poder: escuelas, medios de comunicación, bancos, etcétera.
 
En su parecer, esto último fue bien comprendido por el presidente Hugo Chávez, que en un punto se convenció que para poder cambiar las cosas y que una realidad diferente pudiera tener lugar, imperaba asumir el control del aparato del Estado. 
 
Sin embargo, puntualizó que esa nueva realidad resultaba intolerable para los adversarios, quienes a través de jueces y medios de comunicación corruptos, intentaron e intentan debilitarla por todas las vías. 
 
Ya desde una perspectiva más global, Monedero reflexionó acerca de los alcances y limitaciones que tienen los análisis elaborados por la izquierda en relación con las causas de la pandemia, a saber, los efectos negativos de la mercantilización de la naturaleza en el contexto de un mercado global consumista que la depreda y «trastoca» los equilibrios, en este momento, la naturaleza está respondiendo a la agresión. 
 
«Tenemos un problema: el modelo neoliberal está amenazado de muerte», dijo y señaló que «las grandes amenazas» referidas a enfermedades que debe enfrentar la humanidad, son las zoonosis, es decir, la transmisión de enfermedades a los humanos a través de los animales, como es el caso de la Covid-19, cuyo agente causal, el SARS-CoV-2 se aloja de forma primaria en murciélagos. 
 
El modelo de consumo actual se sustenta en prácticas altamente cuestionables, como acciones lesivas de los seres humanos en contra de la naturaleza –la agroindustria, por ejemplo–, los fondos buitre, con lo que países ricos intentan dominar financieramente a los más «débiles» o directamente con el robo de las riquezas de las naciones, como le hacen hoy a Venezuela, detalló el analista español.   
 
Otro factor relevante dentro de este contexto pandémico, ha sido la «conversión del conocimiento en una mercancía», una situación que «le genera problemas a todos». Desde su óptica, «al privatizarlo, se le ha bajado la estatura a instituciones como la Organización Mundial de la Salud», que debió estar a la vanguardia en la gestión de la crisis y no lo estuvo, porque ya antes cedió ante algunas farmacéuticas en la promoción de «vacunas innecesarias» y perdió credibilidad por ello. 
 
Además, está el antecedente de la gestión de la epidemia de Ébola en África Occidental, frente a la cual la OMS no solamente mantuvo una presencia de segundo nivel, sino que suspendió las investigaciones con las que se pretendía obtener una vacuna para la letal enfermedad, aduciendo falta de rentabilidad. 
 
En este último caso, para él está claro que la falta de interés y de compromiso de la OMS tiene un fuerte componente racista y clasista, puesto que al estar la epidemia focalizada en el continente africano, no se estimó prioritario encontrar una cura. 
 
Monedero estima que estos problemas preexistentes han sido acelerados –pero no iniciados– por el Covid-19 y le preocupa profundamente que los medios tengan la capacidad de hacernos olvidar que, por ejemplo, hace tres meses, Australia ardía. 
 
Esto es indicio de que está desapareciendo la conciencia de que hay un futuro y en su lugar, las empresas de entretenimiento nos hacen creer que «parece que alguien lee en nuestra cabeza lo que nos gusta». También, agregó, asistimos a una suerte de pérdida de nuestra condición humana, que en su parecer, se define a partir de dos parámetros: la sonrisa y el pensamiento.
 
Para conocer la opinión del español en torno al panorama de la crisis en Europa y en España, Miguel Ángel Pérez Pirela mencionó que en América Latina, la pandemia había sido aprovechada en países como Colombia o Brasil, para agravar situaciones preexistentes. En el primer caso, trajo a colación lo expresado por la exsenadora Piedad Córdoba hace unas semanas en la entrevista que concedió a Desde Donde sea, en la que denunció que se aprovechaba el confinamiento para asesinar líderes sociales, mientras que en el segundo, se cercenaban las libertades sociales y Bolsonaro conducía a su pueblo a «una especie de genocidio». 
 
Monedero coincidió que la pandemia ha permitido que se aceleren los problemas de los países. Así, ilustró, en India se radicalizó el autoritarismo; en Israel el fascismo antipalestino está en su peor punto y en Filipinas, el retroceso de la democracia es evidente. 
 
Para él, producto de la crisis del capitalismo, como ocurrió durante la década de 1930, en el mundo se gesta un proyecto de cuño fascista, cuyo principal indicio está en la «involución» de la democracia. 
 
Em contraste, considera que en su propio país, la situación es «poderosa», puesto que ya hubo una «gran conversación»: 15-M, a partir de la cual se produjeron importantes transformaciones dentro del tejido sociopolítico, como la ruptura del bipartidismo, la caída del velo que resguardaba a la familia real e incluso, hoy está en el gobierno un partido contrario al plan neoliberal.
 
El movimiento de los indignados, nominado por el profesor como el 15-M, «politizó a España» de una manera similar a como lo hizo América Latina, después de padecer cerca de 20 años de neoliberalismo y pobreza, si bien en este último caso hubo líderes que lograron interpretar esa pobreza generada por el neoliberalismo y la transformaron en una forma distinta de hacer política y de gobernar. 
 
En el caso del gobierno de coalición izquierdista de España, luego de presionar a la UE para que se implementen políticas de asistencia y apoyo a la población alejadas de las medidas de austeridad que rigen en ese organismo, logró aprobar un salario mínimo vital y consiguió se prohibieron los despidos a través de una hibernación de los contratos hasta que dure la crisis. Se trata de un conjunto de medidas que han beneficiado a entre cinco y seis millones de españoles que antes estaban desprotegidos.
 
El experto también mencionó que en medio de la crisis de la Covid-19, el PSOE ha recuperado, al menos parcialmente, sus fundamentos de izquierda y la alianza PSOE-Unidas Podemos ha producido discursos en apoyo de una vacuna gratuita y universal, de defender el Estado –salud y educación pública–, contraponiéndose a las tesis neoliberales que apuestan al individualismo y a la privatización de todas las empresas públicas, incluyendo las relativas a la sanidad. 
 
Por su lado, mencionó que la derecha española, hasta ahora incapaz de ofrecer una alternativa para el país, ahora se concentra en derrocar al gobierno. 
 
Seguidamente, Pérez Pirela abordó la invisibilización mediática que sufren las estrategias exitosas para abordar la pandemia que han implementado países como Cuba o Venezuela, largamente satanizados por la prensa hegemónica. 
 
En el caso de Cuba, relató, su curva aplanada se contrapone con lo que se vive en la ciudad de Miami, hoy devenida en epicentro de la pandemia dentro de los Estados Unidos –a su vez, epicentro mundial–, mientras que Venezuela, después de cuatro meses y fronteras abiertas para el ingreso de connacionales provenientes de naciones vecinas, ha diagnosticado con Covid-19 a cerca de 10.000 personas. Uno y otro caso, en su parecer, dan cuenta de una buena gestión gubernamental, pero eso no se dice y en su lugar, se exaltan las experiencias de Uruguay o Nueva Zelanda, cuyos gobiernos son afines a la UE y a Washington. 
 
Para Juan Carlos Monedero, este desconocimiento no es sorprendente. «Es difícil que lo acepten, porque hay una satanización en contra de Venezuela», puesto que, como los medios ya no podían atacar a Moscú, crearon a otro enemigo para criticar a líderes y gobiernos de izquierda, algo que no se ha detenido por causa de la crisis de la Covid-19. 
 
Se les deja fuera porque se les desmantela el argumento que siempre han esgrimido: que el socialismo no sirve, cuando la verdad es que Cuba siempre ha priorizado su sistema de salud, produce el Interferón, el medicamento que utilizaron para tratar la enfermedad e incluso envió médicos a Italia cuando la UE se negó a ayudar.
 
También opinó que la construcción de Cuba y Venezuela se ha hecho «de manera muy eficaz» y en el caso de nuestro país, se asientan en el bloqueo –que generó el empobrecimiento súbito de la nación y que obligó a cientos de miles de personas a buscarse la vida en otros lugares– para insistir en que se trata de un modelo inapropiado.
 
No obstante, considera que tanto en España como en la UE, «habrá gente que analizará lo que se ha hecho en Cuba y en Venezuela» e implementará lo que ha tenido éxito, en lugar de replicar las prácticas de «los acerebrados que hacen fiestas para contagiarse de Covid-19» en Estados Unidos, enfatizó. 
 
En este punto, Pérez Pirela aludió a la flexibilización que se está implementando en la mayoría de los países europeos, tras la trágica situación que atravesaron y comentó que en Cataluña ya empezaron a decretar confinamientos, luego de que se produjera un importante incremento en la cantidad de casos de Covid-19 registrados. 
 
En referencia a las cifras más recientes, Monedero precisó que se trataba de 1.360 infectados durante las últimas 24 horas y gracias a las presiones de Podemos, se frenó una macrofiesta en un estadio. «Hay una tensión entre la comunidad respecto a la salud», agregó, puesto que el modelo capitalista no va a priorizar la salud por encima de la economía.
 
A ese respecto, recordó que «la mortandad horrible que ha habido en Italia, se debió a que la patronal italiana se negó a parar las actividades», mientras que en España, las dos terceras partes de las muertes se produjeron en las residencias de ancianos, que desde la crisis del 2008 pasaron a manos de fondos buitre. «El neoliberalismo genera desarrollo económico, pero mata».
 
Aprovechándose de esa debacle, la extrema derecha, representada por el partido Vox, ha responsabilizado al gobierno de Sánchez-Iglesias y prácticamente aseguró que la solución sería dar un golpe de Estado, acotó Miguel Ángel Pérez Pirela.
 
Monedero coincidió con su apreciación, pero explicó que históricamente, la derecha española no tolera que haya un gobierno de izquierda y «usan la violencia para despojar del poder a los que ganan las elecciones». Lo hicieron en contra Felipe González, cuya posición política podría ser objeto de debate, luego se lo hicieron a Zapatero y ahora se lo hacen a Sánchez, a quien culparon de las muertes e inclusive «intentaron forzar la dimisión del ministro del Interior para derrocar el gobierno», ofreciendo la conformación de «un gobierno de coalición».
 
En esa jugada golpista, la gran prensa española, representada por el diario El País –ahora propiedad del Banco Santander– y Felipe González, encargado del vínculo entre el medio y el banco, jugaron papel. El exjefe del gobierno, que hace largo renunció a todo ideal de izquierda, en un editorial exigió la renuncia de Sánchez y de Iglesias.  
 
Por otra parte, detalló que Vox es una escisión del PP que no tiene ningún respeto por la democracia. Apoyó el golpe en Bolivia y apoya todas las intentonas desestabilizadoras en contra de Venezuela. «Son como Bolsonaro y si por ellos fuera, convertirían a todos los países en Siria», cuestionó el experto.
 
Mas por fortuna, el Estado de Derecho es más fuerte en la UE que en los propios Estados, lo que impide que jueces de extrema derecha hagan lo que les dé la gana y eso ha obstaculizado las pretensiones de la derecha española, que hoy vive su propio descrédito interno, como demuestra la más reciente encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas de España (CIS), en la que Podemos aparece como la tercera fuerza política del país.  
 
Pérez Pirela intervino para mencionar que hace pocos años, Podemos era una «anécdota política», por la que no demasiados habrían apostado, pero hoy en día está en el gobierno y en ese sentido, preguntó cuál fue el secreto para llegar hasta allá.
 
Juan Carlos Monedero indicó que se enfocaron en consolidar un movimiento, antes que un partido político, puesto que por mucha fortaleza estructural que pueda aportar, si no se cuenta con la base social, no se tiene la posibilidad de acceder al gobierno a través de las urnas. Por ello, estima que es más importante trabajar en la indignación social; transformando el dolor en conocimiento que permita, a su vez, transformar la realidad.
 
De allí que rescate el carácter politizador que tuvo el 15-M sobre España, pues empezaron con «un programa por Internet que educó políticamente a una generación», al punto tal que en los últimos comicios, Unidas Podemos captó casi seis millones de votos. 
 
Redondeando la respuesta, admitió que no hay receta. Por ejemplo, Chávez creyó que la vía era armada, pero salió de la cárcel, se dedicó a recorrer Venezuela y se dio cuenta que la salida era electoral. Algo similar les ocurrió: cuando el movimiento creció, se decidió crear el partido, con un liderazgo concentrado en la figura de Pablo Iglesias y por otro, un equipo de gente con voluntad de poder, para montar un partido orientado a ganar elecciones, con capacidad de análisis y presencia mediática.
 
(LaIguana.TV)