La administración del régimen de Donald Trump en Estados Unidos incluyó este jueves en su lista de «sancionados» a dos supuestos «testaferros» y “socios de confianza” de Nicolás Maduro Guerra, hijo del presidente de la República, Nicolás Maduro.
 
La decisión de Washington se produjo sobre la base de un supuesto apoyo a “actividades corruptas” de estas personas con el Gobierno venezolano, al cual quiere derrocar la administración estadounidense al calificarlo de manera unilateral como un «ilegítimo régimen».
 
Según reseña la agencia EFE, los dos «sancionados» prestan apoyo a Venezuela en actividades vinculadas con «la industria del oro».
 
“Mientras el pueblo venezolano sufre, el régimen ilegítimo de Maduro se concentra en sus esfuerzos para retener el poder. EEUU está comprometido a perseguir a individuos que facilitan o permiten que este régimen continúe ignorando el bienestar del pueblo venezolano”, dijo Steven Mnuchin, secretario del Tesoro, en un comunicado.
 
Los sancionados, dice EFE, son los hermanos Santiago José Morón Hernández y Ricardo José Morón Hernández.
 
Ambos «están dedicados a distribuir activos del mandatario en todo el mundo, a la vez que actúan como testaferros de sus negocios», indicó el Tesoro estadounidense.
 
Estados Unidos considera a los dos venezolanos sancionados, junto con el hijo de Maduro, como “figuras centrales” en la industria del oro de Venezuela a través de la supuesta «venta ilícita del metal precioso».
 
Como consecuencia de la medida adoptada por el Tesoro, quedarán «bloqueados los activos que puedan tener bajo jurisdicción estadounidense y se prohíbe cualquier tipo de transacción financiera con entidades estadounidenses».
 
Estas sanciones se suman a las anunciadas este miércoles por el secretario de Estado de Trump, Mike Pompeo, quien volvió al viejo oeste y ofreció 5 millones de dólares por información que lleve al arresto y enjuiciamiento del presidente del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) de Venezuela, Maikel Moreno.
 
En un comunicado, Pompeo acusó a Moreno y a su esposa de estar envueltos “en una significativa corrupción” y aseguró que este “había recibido sobornos para influir en el resultado de casos criminales y civiles en Venezuela”.
 
Desde la llegada a la Casa Blanca de Donald Trump, en enero de 2017, el régimen norteamericano ha intensificado el asedio, saboteo, injerencismo, bloqueo y acciones sediciosas para derrocar al presidente Maduro y su Gobierno, reelecto en 2018 con más de 60% de los votos.
 
De hecho, en enero de 2019 ideó un plan sedicioso que intentó crear un Estado paralelo en Venezuela, al reconocer como supuesto presidente a Juan Guaidó, un diputado que se autojuramentó como «presidente interino» para ejecutar este plan, que les ha permitido adueñarse y robar miles de millones de dólares, euros y toneladas de oro pertenecientes a Venezuela y que se encuentran en el extranjero secuestradas por la Unión Europea y EEUU.
 
De hecho, dos empresas filiales a Petróleos de Venezuela, CITGO y Monómeros, también han sido urispadas y robadas por este grupo sedicioso perteneciente a extremistas de Voluntad Popular que cuenta con el espaldarazo de Washington y la UE para cometer sus delitos contra la República.
 
Además, EEUU ha presionado a la ciudadanía del país al incentivar un paquete de medidas coercitivas unilaterales que deterioran la calidad de vida de los venezolanos, buscan asfixiar su economía para ver si pueden generar una implosión social que derroque a Maduro. 
 
Sin embargo, todas estas acciones no han tenido éxito y lo único que han ocasionado es un rechazó generalizado a Juan Guaidó y a todo aquel que se promueva las mal llamadas sanciones contra Venezuela.
 
(LaIguana.TV)