Un internauta ecuatoriano sorprendió al mundo al revelar cómo funciona el cobro y pago de productos en pequeñas localidades rurales de Suiza: las tiendas permanecen abiertas, sin nadie tras el mostrador y los dueños simplemente confían en que quienes necesiten alguna mercancía, dejarán el importe correspondiente. 
 
Según el hombre, la práctica no es infrecuente en el país alpino: «Hay muchos lugares, muchos puntos, donde la gente campesina pone puestos de venta, pero no hay nadie que los cuide», indicó mientras se dirigía a un pequeño establecimiento en el que se ofrecen insumos comunes en la zona, tales como leña, golosinas, bebidas y helados.
 
Guiados por el paradigma de la confianza mutua, el lugar dispone de una caja –debidamente señalizada– con una ranura en la superficie, para la que los clientes depositen la cantidad de dinero equivalente a su compra.   
 
Durante su visita, el suramericano tomó dos helados y una botella de té. Como se supone que hace el resto, extrajo unas monedas de su bolsillo y las deslizó por la ranura de la caja. No había nadie que pudiera comprobar si el monto depositado era correcto y de haber querido, incluso habría podido marcharse sin pagar. 
 
Sin embargo, tal conducta parece inadmisible en ese contexto cultural. «La gente confía en la gente. Es algo que, en lo personal, me deja siempre muy asombrado», destacó.
 
(LaIguana.TV)