En su visita a la frontera colombo-venezolana, la periodista Madelein García recabó testimonios que dan cuenta de las terribles experiencias que debieron vivir quienes optaron por regresar al país a través de las llamadas «trochas».
 
El desespero por volver a Venezuela, huyendo de la precariedad y de la pandemia, hoy completamente fuera de control en Colombia, aderezado con cuotas de mentiras difundidas por los contrabandistas de personas que operan en Maicao acerca de lo que les esperaría si decidían ingresar por la frontera regular y guardar la cuarentena en los Puestos de Atención Social Integral (PASI), se conjugaron para que estos compatriotas arriesgaran sus vidas, en procura de reunirse con sus seres queridos. 
 
Una mujer joven, detenida junto a otras personas por las autoridades en un paso fronterizo irregular y trasladada a uno de los ocho PASI dispuestos en la Guajira venezolana, confesó que fue maltratada, estafada y puso en riesgo su vida al cruzar por una trocha. 
 
Refirió que, de haberlo sabido, habría optado por ingresar a través de un puesto fronterizo. «No les recomiendo que se metan por trochas. Arriesgan su vida», advirtió.   
 
Otro migrante trasladado al PASI de Sinamaica, donde García recogió los testimonios, explicó que en Maicao se les incitó a cruzar por los caminos ilegales, asustándolos con información fraudulenta acerca del trato que recibirían al arribar a Venezuela. 
 
«Nos habían dicho que esto aquí no nos daban comida, que esto aquí nos encerraban como presos, que se han muerto niños, que le inyectaban a uno el virus, que lo mataban aquí, que le pagaban a la gente, a los gestores por cada virus que había», relató el hombre. Sin embargo, admitió que todo cuanto le habían dicho era falso, pues en el PASI les habían tratado «de lo mejor». 
 
Madelein García le inquirió acerca de quiénes manejaban el negocio del contrabando de personas desde Colombia hacia Venezuela y el connacional manifestó que en Maicao «hay de todo», desde paramilitares hasta niños armados. 
 
No obstante, la lucha contra los contrabandistas –trocheros– es compleja. La corresponsal de teleSUR reconoce que en este contexto las autoridades también deben lidiar con «la corrupción a todo nivel», al punto tal que se decidió habilitar temporalmente una Zona de Defensa Integral (ZODI) en Zulia, para atender la contingencia que supone la llegada de miles de migrantes en breve tiempo. 
 
A este respecto, un efectivo castrense que la acompañaba en el trayecto hacia el PASI de Sinamaica, previno a quienes se arriesguen a colaborar con el paso de migrantes por las trochas: «La persona que ayude a pasar a un trochero enfermo de Covid-19 a Venezuela es un bioterrorista». 
 
Afortunadamente, esta difícil vivencia ha tenido un final feliz: en ese grupo no había nadie enfermo de Covid-19 y hoy, después de haber guardado la cuarentena reglamentaria y haberse sometido a la correspondiente prueba PCR, abordaban autobuses dispuestos por el gobierno para volver a sus hogares. 
 
(LaIguana.TV)