Los satélites del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales de Brasil detectaron este viernes 1.669 focos de incendio en el Pantanal, santuario de la bioversidad situado al sur de la Amazonía.

La cifra es más del triple que los 494 focos detectados en el mismo periodo del 2019, y caracteriza a este mes de julio como el peor desde el comienzo del monitoreo de las deflagraciones, en 1998. Hasta la fecha, el peor mes de julio había sido en 2005, cuando se registraron 1.259 focos.

Entre enero y el 31 de julio se registraron en ese humedal, considerado uno de los mayores del planeta, albergue de numerosas especies animales y territorio compartido con Bolivia y Paraguay, un total de 4.203 focos de incendios.

Desde el sábado pasado, cinco aeronaves de las Fuerzas Armadas y un contingente de 320 militares, bomberos y civiles combaten las llamas en una operación desplegada en el estado de Mato Grosso del Sur, que junto a su vecino Mato Grosso forman el Pantanal.

En tanto, la selva amazónica, situada al norte del Pantanal, registró 6.091 incendios durante julio. Debido a la estación seca, los especialistas temen que esta situación empeore en agosto, pese a que el Gobierno federal prohibió realizar quemas y prometió reducir la deforestación, que está vinculada a los incendios.

Entre enero y junio, la deforestación de la Amazonía abarcó 3.070 km cuadrados, área que es un 25 por ciento más grande que la deforestada durante el primer semestre del año pasado.

Los ambientalistas acusan al Gobierno ultraderechista de Jair Bolsonaro de promover la deforestación como una vía para legalizar las actividades agropecuarias y mineras en áreas protegidas.

Consideran, además, que en lugar de penalizar a quienes practican crímenes ambientales, el Ejecutivo está junto a quienes lucran con esa destrucción.

(teleSUR)