Miguel Ángel Pérez Pirela abordó en Desde Donde Sea el debate sobre la tensión existente entre la privacidad –privacy– y el rastreo de contactos para detectar casos de Covid-19 a través de aplicaciones móviles, que hoy atraviesa a las sociedades dentro del contexto pandémico.

A este respecto, refirió la advertencia que realizaran epidemiólogos estadounidenses acerca de la ausencia de rastreo de casos de Covid-19 en el estado de California, en donde se concentran aproximadamente el 10 % de todas las infecciones registradas en los Estados Unidos, «debido a la preocupación de los usuarios por su privacidad», según consta en una investigación aparecida en la prestigiosa revista Science.

La preocupación surge en virtud de que para realizar el rastreo y seguimiento de contactos, se requiere el uso de aplicaciones móviles, una estrategia que ya ha sido ensayada con éxito en países como China y Corea del Sur, aunque no solo, pues algunas naciones europeas también «han ensayado sistemas análogos aunque en función de distintos modelos de privacidad, de privacy«, explicó Pérez Pirela.

Así, por ejemplo, mientras que en Alemania o Italia el registro de usuarios es anónimo, en Francia y en Reino Unido no lo es, por lo que las autoridades pueden saber «cuántos y quiénes están contagiados».

Por su parte, en España, el Ministerio de Asuntos Económicos desarrolló la aplicación RadarCovid siguiendo un modelo similar al implementado por los gobiernos alemán e italiano. Actualmente está siendo probada en la isla canaria de La Gomera.

El experto considera que el rastreo de personas infectadas por Covid-19 a través de aplicaciones móviles está claramente vinculado con la «gran discusión a nivel mundial sobre el tema del biopoder», definido por el filósofo francés Michel Foucault como la gestión-vigilancia de la vida de las poblaciones humanas por parte del Estado.

En virtud de lo anterior, bien cabe la pregunta: «¿Dónde está el límite entre la vigilancia sobre la vida, entre la vigilancia a un individuo para prevenir contagios masivos en medio de una pandemia y la vigilancia al individuo mismo?».

El también director de LaIguana.TV opina que no es fácil responder a esta interrogante, puesto que se trata de un tema álgido sobre el cual las sospechas de utilización de los datos recabados con propósitos distintos a los declarados, es lo menos que se puede pensar al respecto.

«Resulta difícil o ingenuo pensar que empresas privadas o gobiernos que posean la data sanitaria de los individuos a través de una aplicación, no hagan otro uso que no sea sanitario, que sea político, comercial, etcétera, de dicha data», puntualizó.

Empero, pese a las dificultades que entraña una discusión de este calibre, Pérez Pirela estima que «Filosofía, la Filosofía Política, la Filosofía de la Ética tienen mucho que decir» y, justamente por ello, está muy lejos de estar concluida.

«¿Dónde termina la privacy, la privacidad y toda la normativa que la protege, de un individuo, y dónde comienza la validez de la utilización de estas aplicaciones con fines sanitarios, que, evidentemente, entran en la vida privada de los individuos?», dejó como indagación, de cara a futuras reflexiones.

(LaIguana.TV)