El presidente depuesto de Bolivia, Evo Morales, denunció este viernes que en su país «se gesta un nuevo golpe de Estado» que busca «instaurar un gobierno de civiles y militares».

Según Morales, el plan corre a cargo de dos generales: Sergio Carlos Orellana, comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de Bolivia; e Iván Ortiz Bravo, jefe de Departamento de Tercero del Comando en Jefe.

Asimismo, señaló que para ejecutar el plan, «llegaron dos aviones con armas desde EE.UU. y desplazaron francotiradores a El Alto y Chapare».

El Alto, ciudad vecina de La Paz, y Chapare, provincia del departamento de Cochabamba, son los principales focos de la protestas contra del nuevo aplazamiento de las elecciones generales, que estaban previstas para el 6 de septiembre y fueron aplazadas al 18 de octubre.

Según el mandatario, en estos puntos «pretenden usar armas de calibre 22 y 25 para culpar de enfrentamientos a movimientos sociales».

«Condenable que el gobierno de facto envíe francotiradores a la ciudad de El Alto y el Trópico de Cochabamba para que actúen contra grupos ciudadanos que defienden elecciones y democracia», enfatizó Morales, quien dejó el cargo a finales de 2019 bajo presión de las Fuerzas Armadas y la Policía.

(RT)