El presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, aseguró hoy después de votar en las elecciones presidenciales que ha reforzado la vigilancia en la frontera con Rusia, a la que ha acusado de intentar desestabilizar la situación en el país.

“En la frontera hay un control muy estricto. Se ha redoblado la vigilancia en el sector ruso-bielorruso”, dijo Lukashenko a la prensa tras depositar su voto en un colegio electoral del centro de Minsk.

Lukashenko, que busca hoy un sexto mandato tras gobernar desde 1994, destacó que, según datos oficiales, 170 personas vieron ya rechazada esta mañana su solicitud para entrar en Bielorrusia.

“Barajamos todas las variantes. Pero no hay motivos para afirmar que desde mañana el país se verá abocado al caos y a la guerra civil. No perderemos el control de la situación. Se lo garantizo”, subrayó.

Lukashenko, que se negó a firmar el tratado de Unión Estatal con Rusia ante la falta de acuerdo sobre las tarifas del petróleo, el gas y otras disputas comerciales, acusa a Moscú y, en particular, al consorcio gasístico Gazprom de apoyar a los candidatos opositores.

Las tensiones bilaterales se dispararon la pasada semana con la detención de 33 supuestos mercenarios de la compañía militar privada Wagner, vinculada con el Kremlin, cuya extradición ya ha sido solicitada por el presidente ucraniano, Vladímir Zelenski.

Al respecto, Lukashenko desveló hoy que el viernes en conversación telefónica acordó con el presidente ruso, Vladímir Putin, esclarecer conjuntamente lo ocurrido.

“Puede ser que todo esto haya sido provocado por una tercera parte. Me da igual. Eso es secundario. Lo importante es que hemos montado un incendio en el centro de Minsk”, dijo, sobre las acusaciones de Moscú a Kiev de meter cizaña e instigar la detención de los mercenarios.

Aunque también destacó que este incidente no repercutirá negativamente en las relaciones con Moscú y se mostró convencido de una normalización de los lazos con el Kremlin tras los comicios.

Lukashenko también negó la represión de la oposición, aunque dos de los principales aspirantes a la Presidencia, el bloguero Serguéi Tijanovski y el banquero Víctor Babariko, fueron detenidos y un tercero, Valeri Tsepkalo, se tuvo que exiliar.

La principal rival del presidente es Svetlana Tijanóvskaya, esposa de Tijanovski, a la que se han sumado otras dos mujeres: la esposa de Tsepkalo, Veronika, y la representante de Babariko, María Kolésnikova.

Tijanóvskaya, que ha prometido convocar nuevas elecciones presidenciales en un plazo de seis meses en caso de victoria, ha llamado a los bielorrusos, “civiles de uniforme”, a no recurrir a la violencia tras el cierre de los colegios.

Más del 40 % de los bielorrusos votaron por adelantado, lo que la oposición y los observadores independientes consideran un instrumento de fraude. También concurren a la Presidencia otros tres candidatos: Andréi Dmítriev, copresidente del movimiento «¡Di la verdad!»; la exdiputada Anna Kanopatskaya y el líder de los socialdemócratas, Serguéi Cherechen.

(EFE)