El animador Leonardo Villalobos, radicado en República Dominicana, narró el proceso que vivió tras ser contagiado de COVID-19 e indicó que la situación que pasó fue “bastante grave”.

Las declaraciones del presentador de televisión fueron emitidas a través de un video que compartió en sus redes sociales: “Tuve  COVID, ya salimos de eso, gracias Dios.  La pasé muy feo, fue bastante grave (…) gracias a Dios y a mucha gente que tengo que agradecer».

Agradeció a Dios, a La Chinita y a José Gregorio Hernández: «Dios me regaló una nueva oportunidad, volví a nacer en República Dominicana, tengo mucho que agradecer a Dios, a mi Chinita, a José Gregorio por (que) fueron días eternos hospitalizados».

Villalobos sostuvo que la situación tan difícil por la cual tuvo que atravesar la logró superar hace un mes, por lo que espera que a través de sus palabras la gente tome conciencia con respecto a este virus, ya que -según opinó-  en las plataformas digitales no se muestra ni el 50 por ciento de la realidad.

En este orden de ideas, el artista exhortó a todos los usuarios a comprender la gravedad de la enfermedad y sobre todo a entender que «no es un juego».

“¿Que si me cuidé? Como un psicópata pero en algún momento me descuidé y ahí estaba el virus», comentó el venezolano, quien mencionó que era hipertenso, por lo que se vio complejo su estado de salud.

También dio las gracias al doctor Manuel Patete, cardiólogo venezolano en República Dominicana, y demás galenos, enfermeras y todo el personal que le brindó atención.

Evolución  de la enfermedad 

«Comenzó una noche con una tos, hubo varios días con fiebre, me hice la prueba en el dedo y eso no sirve; que si hay o no carga viral (…) me dio negativa; luego perdí el olfato y me hicieron en la clínica una tomografía y la prueba PCR  dio positiva. Estuve dos días más con fiebre y el viernes la fiebre desapareció”, explicó Villalobos.

Agregó que el sábado y domingo estuvo bien, sin embargo el lunes ya no podía respirar.

Luego lo internaron y aparte del coronavirus le detectaron una tenía una bacteria, “porque el COVID debilita. Eso fue una odisea lo que se vivió allí, (…) aún hay secuelas, hay cansancio, algunos dolores que aparecen inexplicablemente, pero que forman parte del proceso, dicen los médicos”.

Precisó que tuvo cinco días muy rudos. “Hay un tema, la muerte de mi tío Daniel Alvarado, hermano de mi mamá y padrino de bautismo”.

“Fueron días dependiendo del oxígeno, no sé cuántos medicamentos me dieron ni cuánta sangre me sacaron (….) Cuídense, la única forma de que esto termine es cuidándonos (…) no es paja», añadió.

Por último, apuntó que el proceso de la enfermedad es extenso y pesado. Aconsejó que de tener alguna duda o sospechas de estar contagiados no se debe arriesgar la salud, ni la de otras personas porque a su juicio “el COVID-19 no discrimina”. 

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