Colombia vive una profunda crisis de derechos humanos, con masacres y asesinatos cotidianos; es uno de los epicentros de la pandemia de Covid-19; el principal líder de la derecha está haciendo jugarretas jurídicas y políticas  para evitar la cárcel; y el presidente es investigado por fraude electoral. En medio de ese cuadro extremadamente grave –que la prensa del país vecino y los medios globales maquillan y ocultan–, la élite política neogranadina recibe a altos funcionarios de Estados Unidos y se pone a la orden para nuevos ataques contra Venezuela.

El programa de Miguel Ángel Pérez Pirela, Desde donde sea, arrancó este martes 18 de agosto con una noticia recién salida de los hornos de la política bogotana: Álvaro Uribe Vélez acababa de renunciar a su cargo de senador. Pero la investigación realizada previamente, pone en evidencia las múltiples dimensiones del problema colombiano.

«Son muchísimas  las reacciones a la renuncia de Uribe al Senado porque parece ser, y de hecho es, una jugarreta legal para sacar su caso de la Corte Suprema de Justicia, que es la instancia judicial con competencia  por la investidura de senador del acusado y también por otros aspectos relacionados con el caso. La intención es llevar el caso a la Fiscalía, donde los miembros del partido de Uribe tienen una gran ascendencia. Dice Uribe que él no tiene las garantías necesarias si el juicio sigue en la CSJ. «Su abogado, Fernando Bernate, dijo que la CSJ pierde competencia para continuar la investigación y esta pasaría  la Fiscalía», explicó el moderador.

En su opinión, Colombia se ha vuelto un bululú, una gran anarquía institucional y  es risible observar como la defensa no se da solo por los abogados de Uribe, sino que comienza por los medios de comunicación y por  el presidente Iván Duque, que devino en abogado defensor, acabando con cualquier tipo de separación de poderes que haya podido nacer en los siglos XVII y XVIII.

«El partido de Uribe salió a hacer presión para cambiar la Constitución o para reformar la justicia de manera que su líder escape. Es lo que siempre ha hecho: ha pagado gente cercana, pero él no. Ahora recurre a deshacerse de la investidura como senador para eludir a la CSJ», recalcó.

Uribe renunció mediante una carta entregada al presidente del Senado, Arturo Char, que es uno de los financistas ilegales de la candidatura de Duque. «Todo queda en familia», comentó Pérez Pirela y pasó a leer algunos pasajes de la carta:

«Insisto en la necesidad de una economía fraterna, sin odio de clases y sin egoísmo, que  lleve de la mano un gran apoyo a la empresa privada y a la política social».

Con respecto a este punto, el conductor del programa expresó: «No sé qué tiene que ver esto, pero allí está escrito».

«Hago votos por una reforma a la justicia que la despolitice al cambiar el sistema de elección de magistrados. Estos deberían llegar a la alta corte en edad madura que haya disuelto las vanidades y afianzado el apego a la rectitud, estar allí por largo tiempo en lugar de utilizar la silla giratoria hacia los negocios o la política». 

Entiende Pérez Pirela que en este párrafo, Uribe pide que la justicia sea un traje a su medida. «Como Berlusconi, que tilda a cualquier juez que abra una investigación en su contra de comunista o socialista».

«La lucha por la defensa de la libertad de Colombia es un imperativo irrenunciable», finaliza la carta de Uribe.

«La pregunta es ¿libre de quién?», comentó el presentador.

Hace días, en su primera declaración como detenido, Uribe propuso referendo para modificar la justicia y reducir el Congreso.

Pérez Pirela subrayó que a Uribe se le está procesando solo por soborno y fraude procesal, no por los gravísimos delitos de los que podría acusársele, como formar grupos paramilitares, los falsos positivos, las fosas comunes, los desaparecidos, los asesinatos, las masacres, etcétera.

Reacciones

La dimisión de Uribe generó inmediatas respuestas. La contraparte del expresidente en el juicio que se le sigue, el senador Iván Cepeda, dijo que la renuncia no implica que la CSJ pierda competencia para llevarlo a juicio. Está preso por soborno y creación de falsos testigos lo que significa que hay un fraude procesal. Utilizó gente de su partido, del mundo político y la diatriba nació en el seno mismo del Congreso por lo que la investigación debería quedarse en la CSJ.

Uribe intenta descalificar a Cepeda diciendo que es un alto dirigente de las FARC. Lo respaldan los medios de comunicación, que dicen que la justicia no actúa cuando se trata de exmiembros de las FARC, pero sí cuando se trata de Uribe.

«Luis Eduardo Garzón, exalcalde de Bogotá dijo que los señalamientos del expresidente contra Cepeda son muy graves y ponen en riesgo su integridad en un país donde abundan las detenciones arbitrarias y la persecución de líderes sociales, excombatientes y disidentes», refirió.

También citó al caricaturista «Matador», quien declaró: «Lo que no pudo ganar con la justicia lo quiere ganar con chismes. Acusar a Cepeda de pertenecer a las FARC es desesperado. De tanto calar en las FARC, parece que Uribe sin las FARC no es nadie y por eso necesita andar reviviendo a ese muerto».

Señaló que Uribe dio entrevista a la revista Semana y específicamente a la periodista Vicky Dávila. «Dijo algo que nos dejó anonadados: que lo tienen  secuestrado. Está en una hacienda de no sé cuántas hectáreas; el pasado domingo dio una entrevista estelar y el mismísimo presidente de la República, que él puso ahí, casi se despoja de su investidura para asumir el rol de defensor; el gobierno de EEUU lo tilda de héroe, pero él se siente secuestrado».

Volvió a citar a Garzón, quien expresó: “Si Uribe está secuestrado, yo soy astronauta. Mil quinientas hectáreas en El Ubérrimo; tiene frecuencia lengüilarga, es decir habla; le pone la agenda a Duque; le pone a la sociedad la agenda del pasado con el referendo de 2003, el mismo referendo, con algunos matices, que lo perdió; fuera de eso, acorrala a la Corte diciéndole mafiosa, células de las FARC, etcétera”.

Otro de los mecanismos que está usando es decir que si lo juzgan, Colombia se convertirá en Venezuela. “Cuidado con 2022, aquí estamos viviendo una especie de prechavismo. Quieren llevar a los colombianos a la supresión de las libertades en nombre de la libertad. En nombre de la transparencia nos quieren llevar al manejo chavista de la justicia”.

«Si a él la justicia lo persigue, la justicia es chavista. Una manipulación burda y ridícula.
¿A qué libertades se refiere: será a la de los jóvenes masacrados y las niñas violadas por marines, la de los líderes sociales que son asesinados a diario?», enfatizó Pérez Pirela.

Guerra silenciada

Más allá de la noticia del día, el programa tenía el propósito de mostrar la explosiva situación colombiana, que es la de una guerra civil continuada y silenciada por los medios comunicación.

En ese sentido, reseñó los homicidios de nueve jóvenes en Nariño, segundo departamento productor de cocaína en Colombia.

«50 jóvenes se reunieron en una finca a las afueras de la ciudad para celebrar una fiesta de cumpleaños. A eso de las 10:30 de la noche llegaron dos motos con cuatro hombres encapuchados que empezaron a disparar contra quienes se les cruzaran por delante o intentaran huir», leyó una nota de prensa y comentó que es difícil distinguir el estilo de estos hechos de aquellos que ocurrían en los tiempos de Pablo Escobar.

El usuario Javier Galindo acotó que durante el día habían asesinado a otros jóvenes en Colombia.

Siguió leyendo extractos de los reportes periodísticos:

«La masacre de nueve jóvenes en Samaniego (Nariño) sucede pocos días después de que ocurriera el múltiple homicidio de cinco adolescentes en Cali, el asesinato de dos menores que iban a llevar la tarea en la frontera entre el Cauca y Nariño y la muerte de dos indígenas en el municipio de Corinto».

Señaló que la frecuencia de este tipo de crímenes demuestra que la guerra civil está desatada en Colombia, pero Colombia prefiere hablar de Venezuela. Como prueba, ofreció las declaraciones del presidente colombiano respecto a tales sucesos.

«Duque manifestó que los hechos de violencia ocurrían por las actividades del narcotráfico en el departamento y ‘la presencia de grupos que quieren llenar de actividades ilícitas muchos lugares del territorio. El mandatario mencionó a organizaciones de microtráfico de carteles internacionales y al ELN».

«Creo que a Duque se le olvidó que a su embajador en Uruguay le descubrieron laboratorios de cocaína en su finca», puntualizó y agregó que el ELN negó su vinculación a la masacre y responsabilizó al Ejército y a la Policía de mantener una alianza que ha hecho que se haya incrementado la violencia. Precisó que el ELN se refiere a la alianza del narcotráfico, el paramilitarismo, el Ejército y la policía colombiana.

«Todo se inscribe en la lógica del lejano oeste de EEUU. Toman el mal ejemplo al ofrecer recompensa de 52 mil dólares a quienes ayuden a dar con los responsables de la masacre. ¡Qué hipocresía!», deploró.

«Líderes sociales han alertado sobre el abandono de la zona por parte del Estado y acerca de la necesidad de que se cumpla lo establecido en el Acuerdo de Paz y se abra el diálogo en las comunidades afectadas», prosiguió la lectura y observó que la supuesta paz solo sirvió para regalarle un Premio Nobel a Juan Manuel Santos, un presidente que fue colocado ahí por Uribe, pero que después le dio la espalda. «Dejó un acuerdo de paz donde las FARC entregaron las armas y ahora sus integrantes son masacrados».

Continuó con las declaraciones del ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, quien aseveró que no era el momento de hacer política y anunció una serie de medidas para militarizar la región, entre las que se encuentran:

– Creación de un grupo de tarea especial compuesto por miembros de la Fiscalía, la Dirección de Investigación Criminal e Interpol y el Cuerpo Técnico de Investigación.

– Creación grupo de reacción especial de 30 unidades.

– Llegada a la zona de 20 expertos de inteligencia de la Policía Nacional y del grupo de antiterrorismo de la Dijin para liderar las investigaciones.

– Creación del Centro de Fusión Operacional de Inteligencia para los grupos armados organizados.

– Despliegue de 120 hombres de la Fuerza de Despliegue Rápido 4 del Ejército en la región y de la Armada en operaciones fluviales.

«Es decir, que las comunidades denuncian que son los militares y policías quienes matan a la gente y el ministro envía más policías y militares a la zona de la masacre. Allí radica la violencia centenaria y la guerra civil centenaria que se está dando en Colombia», significó el director de LaIguana.TV.

Otro pasaje de la nota periodística reseñada explica las causas profundas de este tipo de masacres.

«En Nariño está ubicado el puerto de Tumaco (costa pacífica), que es una zona que ha tenido presencia de tropas de EE.UU, y tiene unos niveles impresionantes de desempleo y de pobreza, y una ruta constante de entrada y salida de armas, dólares, insumos para el narcotráfico y cocaína. Harold Montufar Andrade, líder social de Samaniego, afirma que en ese municipio de 20.000 habitantes han ocurrido 30 asesinatos por arma de fuego en lo que va de año, por lo que, según él, es el que tiene más homicidios por cada 100.000 habitantes en el mundo. (…) El ELN, los grupos paramilitares, los carteles del narcotráfico de Colombia y de México, y las élites locales comenzaron la disputa por el control territorial, lo que generó incremento de los cultivos ilícitos. Según la ONU, de las 121 mil 4 hectáreas de coca que hay sembradas en Colombia, 36 mil 964 están en Nariño, el segundo departamento productor de esta planta en el país».

Duque también acusado

La crisis  también toca al presidente en funciones y al muy corrompido sistema electoral colombiano. Actualmente se desarrolla un juicio contra Duque por fraude electoral. «Yo soy de los que piensan que el presidente de Colombia debería ser el señor Petro. Está metida la familia Char, cuyo capo es el presidente del Senado, al que Uribe le mandó la carta de renuncia», dijo Pérez Pirela y pasó a ofrecer detalles del caso, publicados por medios neogranadinos.

«El Consejo Nacional Electoral (CNE) abrió indagación preliminar contra el presidente Iván Duque por presuntas donaciones del empresario venezolano Oswaldo Cisneros. La ley colombiana prohíbe donaciones de extranjeros. El punto de partida fueron llamadas interceptadas legalmente por la Fiscalía a María Claudia Daza la entonces jefa de campaña de Uribe. En dichas llamadas, Daza, quien se encuentra fuera del país, conversó con la directora del partido Centro Democrático, Nubia Stella Martínez, y con el ganadero y empresario José Guillermo “Ñeñe” Hernández, que fue asesinado en 2019 en Brasil».

«Una de las llamadas fue dada a conocer el 1 de julio por el diario El Tiempo. En la charla entre Martínez y Daza, esta última preguntó: ‘¿Qué pasó con lo del venezolano?’. A lo cual la directora del partido CD respondió: ‘Sí. ¿Sabes cuánto nos dio? 300.000 dólares'».

«El CNE inició el mismo proceso contra el gerente de la campaña presidencial de Duque, Luis Guillermo Echeverri, y su partido, el Centro Democrático (CD), por ‘la presunta vulneración de las normas electorales sobre financiación’.

También llamó a Echeverri, ‘en su condición de gerente de campaña’, para que explique los hechos relacionados con la financiación de la candidatura de Duque. En el auto se le solicita al Centro Democrático que remita copia de los soportes contables de la campaña electoral de Duque, con el fin de determinar la procedencia y cuantía de los aportes consignados en el reporte de ingresos y gastos de la campaña a la Presidencia. Adicionalmente, la Fiscalía inició en marzo investigaciones contra personas que pueden estar involucradas en las conversaciones interceptadas al ‘Ñeñe’ Hernández, en las que este habla de una supuesta compra de votos para la campaña de Duque en el departamento de La Guajira».

«El CNE citó a la excongresista Aída Merlano, detenida en Venezuela, para que ‘amplíe información con relación a las declaraciones a la revista Semana. Según lo dicho a esa publicación, el excongresista Julio Gerlein y la familia Char, un poderoso clan político del norte del país del cual hace parte el actual presidente del Senado, compraron votos para favorecer la elección de Duque en la segunda vuelta, en junio de 2018. Ese año Duque se impuso con más de 10 millones de votos al candidato de izquierda Gustavo Petro, que sumó cerca de 8,5 millones de votos. Ahora Petro dice que desconfía de las posibilidades de que esta investigación prospere».

A juicio de Pérez Pirela, no es de extrañar la desconfianza de Petro, pues según el diario El Espectador, la investigación será dirigida por tres magistrados: uno fue elegido por el Partido Conservador, que es parte del gobierno; otro, por el Partido Liberal, cercano al gobierno porque apoyó a Duque; y el otro, elegido por el Partido de la U y Cambio Radical.

Alianza para atacar a Venezuela

Pérez Pirela destacó que esta crisis sistémica ocurre mientras el gobierno se afana al recibir la visita de funcionarios de EEUU para acompañar a Donald Trump en sus amenazas contra Venezuela.

«Hay un juicio contra Uribe, renuncia de Uribe a su curul, hay masacres semanales, hay asesinatos cotidianos de líderes sociales, Colombia es epicentro de la pandemia en la región (con números que nada tienen que ver con los de Venezuela), pero en medio de todo eso, hoy se dio la visita del jefe del Comando Sur de EEUU. ¡Se cuenta y no se cree!», expresó.

Amplió la información indicando que  Duque recibió al asesor de seguridad de EEUU, Robert O’Brein, al asesor económico Mauricio Claver-Carone y al jefe del Comando Sur, Craig Faller, en el marco de una gira para presentar la nueva estrategia de EEUU para Latinoamérica.

«Lo irónico es que nadie habla a nivel internacional de la realidad colombiana. Los medios de comunicación son parte de la defensa a ultranza de Uribe. Estas autoridades llegan a Colombia, supuestamente para desarrollar estrategias conjuntas contra el narcotráfico, aunque  la CSJ declaró inconstitucional la presencia de tropas de EEUU en Colombia. En realidad, son parte de los planes para atacar a Venezuela de los que el gobierno colombiano participa».

Libro

Para matizar un programa con tan duros temas políticos, la recomendación de lectura fue de carácter literario, con la obra Los amores fugaces de Jorge Enrique Adoum.

(LaIguana.TV)