El académico, filósofo, historiador y teólogo argentino, Enrique Dussel, habló recientemente con el filósofo y analista político venezolano Miguel Ángel Pérez Pirela en su programa Desde donde sea, que transmite LaIguana.TV, sobre distintos puntos de la vida, la política y la modernidad.

Durante la conversación realizada a través de una videollamada desde la Ciudad de México, lugar donde Dussel vive desde hace años, el académico destacó que al analizar en profundidad la teoría de la biopolítica de Michel Foucault, es fundamental entender que su visión está enmarañada en la perspectiva neoliberal, que incluso no se acerca al primer principio de la ética, que es la vida, sino todo lo contrario, es una tesis para la necropolítica, es decir, a favor de la muerte.

«Jorge Zúñiga, mi alumno, ha defendido una tesis en Filosofía a nivel de Doctorado en Frankfurt, justamente sobre el principio vida; y acaba de escribir un artículo mostrando que Foucault si tiene una biopolítica neoliberal, porque realmente no es una biopolítica, por que él (Foucault) dice: ‘el que tiene Poder, juega y puede definir sobre la vida y la muerte’, pero no define el Poder como vida sino que hay un Poder que tiene dominio sobre la vida».

Entonces, explica Dussel, esa visión sobre la vida, o mejor dicho contra la vida, donde el Estado tiene el Poder y hasta el ‘derecho’ de quitarla, no es una teoría para la vida sino una política de muerte.

«La vida es instrumental, de ninguna manera la vida en Foucault es vida, la biopolítica de Foucault es una necropolítica, una política de muerte», remarcó Dussel.

Al respecto dice que este planteamiento que él defiende junto a Zúñiga, «es tan novedoso, que estoy en una especie de júbilo, porque lo he pensado por nuestro pueblo Latinoamericano, por nuestra gente que defiende la vida y por (Karl) Marx».

El catedrático añade que este nuevo planteamiento sobre Foucault, se evidencia y ha sido probado con la actual situación de la pandemia de la COVIID-19, donde se pueden ver Estados opresores, con acciones fundamentadas en la necropolítica, como sucede en los países más afectados por el nuevo coronavirus, entre ellos Estados Unidos, Colombia, Brasil, Perú, Chile, entre otros; y otros Estados que a pesar de estar también afectados buscan soluciones y actúan con medidas preventivas para evitar que el impacto en la población sea el más mínimo posible.

«Este virus pone en cuestión la vida de la humanidad. La naturaleza misma, como un efecto negativo de la modernidad, se levanta contra el ser humano y le dice ‘si sigues por este camino te vas a suicidar’. Es decir, ¿vas a incumplir el primer principio de la ética que es la afirmación de la vida?», acotó.

Añadió que la humanidad no necesita Estados mínimos sino Estados fuertes; no un mercado libre, neoliberal, porque el mercado atenta contra la vida.

«El virus lo han producido las transnacionales del sistema de la alimentación, hay que ser ciego para no verlo (…) es producto de la revolución tecnológica que no vio sus efectos negativos, no tomó la ética en consideración sino el aumento de la tasa de valor, es decir la ganancia y en nombre de la ganancia es capaz de matar a la humanidad», subrayó.

Acotó que para sostener la vida, la humanidad y los Estados están entre dos principios: «o aumenta la ganancia o aumenta la calidad de vida».

(LaIguana.TV)