Este jueves 20 de agosto, Miguel Ángel Pérez Pirela disertó en Desde Donde Sea sobre la posibilidad de una invasión a Venezuela antes de las elecciones presidenciales del próximo 3 de noviembre, posibilidad que fuera denunciada desde el pasado 17 de agosto por el embajador de Venezuela ante la Organización de las Naciones Unidas, Samuel Moncada. 
 
Dedicó el programa a la memoria del muralista revolucionario Miguel Mejías, alias «Sancocho Power», quien falleció el día de hoy. 
 
¿Operación de bandera falsa para justificar una guerra preventiva?
 
Durante esta semana, refirió el experto, se han sucedido un conjunto de acciones que avalan las advertencias de Moncada, entre las que se destacan las declaraciones del presidente colombiano, Iván Duque, en las que acusa falsamente al gobierno venezolano de pretender comprar armas a Irán, Rusia y Bielorrusia. 
 
Pérez Pirela opinó que tras esta operación de bandera falsa, amén de servir de peón dentro del tablero electoral de Donald Trump, le sirve Duque para desviar la atención de los gravísimos problemas que enfrenta en su propio país, hoy devenido en uno de los epicentros de la pandemia dentro de la región, registrando más de 13.000 infectados por día; donde las masacres de líderes sociales, jóvenes e indígenas son materia corriente y en donde las violaciones de niñas por parte de efectivos del Ejército y de marines se suceden con absoluta impunidad.
 
Adicionalmente, siguió relatando, Colombia, con un expresidente y exsenador, Álvaro Uribe Vélez, en casa por cárcel, debido a los resultados de investigaciones en las que se le sindica de manipular de testigos para que ofrecieran falso testimonio; cuyo presidente está siendo sometido a investigaciones por fraude electoral y con una crisis social y económica sin precedente en los años recientes. 
 
Sería esto lo que, en su juicio, motiva al gobernante para «jugar a la Guerra Fría» y tras recibir la visita del jefe del Comando Sur, Craig Faller, construye un falso positivo con base en fuentes que nunca especifica, asegurando que Venezuela está por comprar armamento a Rusia, Bielorrusia e Irán».
 
Sin embargo, para él es evidente que este nuevo falso positivo del gobierno colombiano no es de autoría propia, en tanto «Colombia se ha convertido en un instrumento de Donald Trump y sus marramucias electorales para garantizar su reelección» y en ese orden de ideas, trajo a colación las declaraciones de Elliot Abrams relativas a la eliminación de Maduro antes de diciembre. 
 
En su óptica, es evidente que el término «eliminar» que empleara Abrams, alude directamente al asesinato y por ello, el presidente Nicolás Maduro dijo ayer que estaba «enfrentando una guerra con un francotirador apuntando a su cabeza».
 
Sin embargo, no se trata de una acción aislada, pues desde 2018 Colombia ha jugado un papel protagónico en los intentos por expulsar al presidente venezolano por cualquier vía, especialmente las violentas. 
 
No en balde, comentó, quienes estuvieron a cargo del intento de magnicidio en contra de Maduro y todos los altos personeros del Gobierno Bolivariano en 2018, recibieron entrenamiento en Colombia. Lo mismo sucedió con los mercenarios que ejecutaron la fallida Operación Gedeón: fueron entrenados en territorio colombiano y partieron desde La Guajira hacia las costas de Venezuela, y con el intento de invasión desde Cúcuta, para el que se usó como mampara un concierto para «recabar ayuda humanitaria». 
 
«Colombia es la punta de lanza que utilizan Estados Unidos y Trump para invadir y desestabilizar a Venezuela y para ganar sus elecciones», apuntó el analista, asunto para el que cuentan con la absoluta colaboración del gobierno uribista de Iván Duque, que es capaz de poner las necesidades de su país en segundo plano y priorizar los intereses estadounidenses. 
 
El guión se desarrolla sin pausas: las advertencias del embajador Moncada
 
Seguidamente, Miguel Ángel Pérez Pirela leyó y comentó las «gravísimas denuncias» que realizara Samuel Moncada, embajador de la República Bolivariana de Venezuela ante la ONU a través de su cuenta en Twitter, unas denuncias que han comenzado a mostrarse indubitables a través de los movimientos más recientes de la administración Trump y las declaraciones de Iván Duque el día de hoy. 
 
«Trump arranca fase superior de agresión contra Venezuela. La campaña de “máxima presión” va más allá del terrorismo económico y pasa a la dimensión militar. Buscan la ‘sorpresa de octubre’ en sus elecciones. En Venezuela debemos prepararnos para la provocación en ciernes», se lee en el primero de los tuits del diplomático del 17 de agosto. 
 
El comunicador acotó que se trata de la elaboración del casus bellis al que apela todo presidente estadounidense cuando ve su popularidad mermada, pues al emprender una guerra ficticia –en este caso, ora contra Irán, ora contra Venezuela, que la tiene todavía más cerca–, logra que el pueblo se aglutine en torno a él y, en el contexto electoral actual, el mandatario lograría imponerse en una reelección que, hasta el momento, se le muestra esquiva.
 
Así, a Donald Trump, abajo en las encuestas gracias a los más de 40 millones de desempleados, con su país convertido en el epicentro mundial de la pandemia, en medio de una crisis económica no vista desde los tiempos de la Gran Depresión y atravesado por protestas antirraciales, una de las pocas bazas que le quedarían para jugarse, es lo que Moncada denominó «la sorpresa de octubre». 
 
Sin embargo, el inquilino de la Casa Blanca estaría al corriente de que la invasión a Venezuela debe ser indirecta y al respecto, el embajador precisa: «Órganos de propaganda de Washington ya promueven la fuerza multinacional invasora de Venezuela. La estabilización debe ser con ocupación militar pero sin la presencia visible de EEUU en primera fila. Son los ejércitos de Colombia y Centroamérica los que harán el trabajo sucio».
 
A este respecto, Pérez Pirela acotó que el eufemismo «fuerza multinacional» quiere decir un ejército que llegará a invadir, a bombardear y a asesinar a venezolanos. 
 
«Duque y militares colombianos ya entrenan a militares en Centroamérica preparando fuerza multinacional de países subordinados. Lo que viene tiene años en preparación», añade Moncada e insiste en recordar las declaraciones de Faller,»jefe militar de la agresión», quien explicó «cómo sus 22 países están siendo alineados para invadir a Venezuela». 
 
Para el también director de La Iguana.TV, lo anterior es indicio de que «este traje a la medida de Venezuela se va cosiendo» y ya sus partes dan cuenta de un relato aparentemente coherente que, excusas mediando, permitiría justificar una eventual invasión a Venezuela. 
 
La primera parte de este traje sería la tocante al narcotráfico, es decir, presentar a Venezuela como epicentro del narcotráfico en la región y para armarla, ya se han adelantado numerosas acciones, entre las que resalta el anuncio de la «mayor operación antinarcotráfico en la región» por parte de Washington y las constantes denuncias de Colombia al respecto y la segunda y más reciente parte, sería la que se muestra actualmente: una presunta compra de armas a países como Irán, Bielorrusia, Rusia.
 
Por su lado, el mandatario brasileño, Jair Bolsonaro, justo antes de la visita del asesor de seguridad de Trump y el jefe del Comando Sur a Bogotá, dijo que Brasil no descartaba una intervención militar a países vecinos. 
 
De este modo, enfatizó el analista, se ve cómo las frases dichas por funcionarios de Estados Unidos y los gobiernos cipayos de la región , muestran cuáles son los planes inmediatos de Trump para conseguir mantenerse en su puesto por cuatro años más. 
 
Pero para poder emprender acciones bélicas militares, en su criterio, debe emprenderse primero una guerra de propaganda que, en este caso, ya tiene lugar, pues hoy mismo, medios venezolanos ligados con la ultraderecha venezolana titularon: «Maduro negocia la adquisición de misiles de mediano y largo alcance con Irán» y en sus «trabajos» invocan como fuente las declaraciones que Iván Duque le ofreciera a la revista Semana, medio recientemente adquirido por grupos aliados a la oligarquía y la derecha colombiana y que tras el arresto de Uribe, han emprendido una campaña de defensa a ultranza del exmandatario y de ataques arteros contra Venezuela. 
 
Asimismo, el filósofo estimó que la gira de Robert O’Brien por Latinoamérica para exponer la nueva doctrina estadounidense para la región, «complejiza toda la situación» y al respecto, recordó los cinco ejes que la sustentan: «asegurar la patria, fortalecer la democracia, fomentar el crecimiento económico, contrarrestar la influencia extranjera y fortalecer las alianzas con gobiernos de ideas afines»
 
Así, para él, «un moribundo Donald Trump está planteando este plan estratégico sustentado en estos cinco ejes; eufemismos que se traducen en una determinación bélica, política, económica y cultural de Estados Unidos, que se ve mermada por la influencia creciente de potencias como China y Rusia, en lo que ellos consideran que es su patio trasero».
 
Por otro lado, si se hila fino, es posible darse cuenta que al inicio de la pandemia, se construyó una matriz de opinión según la cual en Venezuela se sucedería una crisis humanitaria sin precedentes, que requeriría forzosamente de la intervención de otros países, pero «les salió el tiro por la culata», porque a pesar de las deficiencias del sistema de salud y de las consecuencias del bloqueo estadounidense, el país ha sido capaz de responder al desafío.
 
Entonces, Colombia y Brasil apostaban a que, con la excusa de la pandemia, entraría la fuerza multinacional a «salvar a Venezuela» de la pandemia, pero resultó que el escenario pintó exactamente al revés, pues la población de esos países padece los embates de la Covid-19 y hasta ahora, los gobiernos de Duque y Bolsonaro han sido incapaces de ofrecer una respuesta adecuada. 
 
Esta agenda, no es improvisada, pues «el Centro para Estudios Estratégicos Internacionales es uno de los órganos de propaganda de Washington más activos en la campaña para la invasión a Venezuela. En 2019 organizó una reunión secreta para discutir ataque militar EEUU-Colombia con traidores venezolanos», indicó Samuel Moncada en un trino. 
 
«El más reciente producto de las mentes enfermas del CSIS usa al coronavirus como excusa para el nuevo ataque militar», detalló el diplomático y precisó que la operación se adelantaría en tres fases: 
 
«Según ellos, en primera fase, Venezuela sería desbordada por contagios y los venezolanos desesperados colapsarían los servicios de salud de Colombia y Brasil», mientras que durante la segunda fase «Colombia y Brasil, desesperados por la amenaza pandémica de Venezuela, pedirían la intervención de organismos internacionales sin obtener respuesta. Entonces ‘se verían obligados por auto-preservación’ a actuar contra Venezuela» y en la tercera fase «los ataques de los vecinos contra Venezuela serían antes de las elecciones presidenciales de EEUU y el tema será explotado en la campaña por los dos partidos». 
 
El embajador insistió en sus reflexiones que «esta división es una ventaja aprovechada por los agresores» y acusó a Trump de «empujar» a Duque hacia la guerra. Empero, este «plan criminal necesita una condición que no se ha cumplido: la lucha contra la pandemia en Venezuela es superior en sus resultados, hasta ahora, a la catástrofe de Colombia y Brasil», puntualizó. 
 
De este modo, reflexionó Pérez Pirela, la adecuada gestión de la pandemia en Venezuela impidió no solamente los contagios masivos de Covid-19 sino que, eventualmente, relentizó una invasión orquestada por Estados Unidos que sigue en planes y acaso en ciernes, en el que además de los gobiernos de Colombia y Brasil, están involucrados venezolanos como Guaidó, Borges, Smolansky, Simonovis, Pizarro, Vecchio o María Corina Machado.
 
En este punto, estimó importante recordar la última de las acciones de guerra emprendidas por este conglomerado variopinto comprometido con la campaña electoral de Donald Trump: la Operación Gedeón, incursión armada fallida cuyos mercenarios fueron entrenados en campamentos paramilitares de Colombia y partieron desde esa nación hacia Venezuela. 
 
Por ello, Moncada concluye con valiosa lección: «El plan nacional de salud pública es hoy un pilar de la defensa integral de la Nación. La disciplina pueblo-gobierno contra el virus es central en la lucha por nuestra independencia».
 
Y justamente, la disciplina mostrada por el pueblo venezolano todo, que en lugar de dar crédito a las «boberías de Guaidó», se enfiló detrás del gobierno de Maduro con el resultado ya conocido: Venezuela se presenta como uno de los países de la región con menor cantidad de infectados y fallecidos, acotó el analista. 
 
Mirar la paja en el ojo ajeno para no ver la viga en el propio
 
Esta disciplina y engranaje de pueblo-gobierno habría sido, en su opinión, «un catalizador para (…) la frustración del gobierno de Colombia» y de ahí se explicarían las infamias de Duque y de su ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, quienes argumentaron que la información acerca de la presunta compra de armas a Irán, Rusia y Bielorrusia por parte de Venezuela, se basaba en «información de inteligencia que se tiene desde hace mucho tiempo, confirmada, sobre la que hay evidencias», si bien nunca lo demostraron. 
 
En su falsía, Duque implicó directamente al ministro de Defensa venezolano, Vladímir Padrino López, quien enfrentó las acusaciones del mandatario colombiano, señalándole, a su vez, de «asesino seriado, responsable de las masacres y crímenes en Colombia» y de intentar «desviar de nuevo la atención hacia Venezuela lanzando como señuelo la estrategia del falso positivo, aprovechándose de la situación geopolítica». 
 
Asimismo, Padrino indicó que el «caliche» de Bogotá intentaba emular la crisis de los misiles «para intentar crear la opinión internacional que Venezuela importa el terrorismo».
 
Sobre este punto, Pérez Pirela planteó una inquietante especulación: «¿Tiene esto que ver con las metodologías aplicadas en asesinato de Soleimani?»
 
Por otra parte, destacó que durante 2020, se han producido 33 masacres en Colombia y  el gobierno de Duque solamente se limita a designar una comisión para abordar el tema y haciendo referencia a un trabajo periodístico elaborado por Enrique Cote, los asesinatos se concentran en los departamentos de Nariño, Cauca y Valle del Cauca. 
 
Asimismo, «»las barbaridades comenzaron el 10 de agosto en la localidad de Santa Lucía, Nariño, cuando dos adolescentes afrodescendientes de 12 y 17 años fueron asesinados aparentemente sin ninguna razón, cuando caminaban a su centro de estudios para entregar sus asignaciones académicas» y especifica que «las autoridades informaron que no hubo testigos de los asesinatos».
 
«Este crimen fue opacado (…) por el asesinato de cinco adolescentes entre 14 y 15 años, ‘brutalmente masacrados en Cali, Valle del Cauca’ mientras celebraban una fiesta de cumpleaños en un cañaveral. Sus agresores les propinaron ‘disparos al estilo ejecución’ y les infringieron heridas con armas blancas», citó el comunicador.
 
El 13 de agosto, durante el velorio de los cinco jóvenes, los asistentes fueron atacados con una granada, que en su detonación mató a una persona y dejó a 14 más heridas, precisó. Según Cote, ninguna organización delictiva se ha atribuido los crímenes, dijo.
 
El 15 de agosto, en Samaniego, un grupo de desconocidos abrió fuego contra universitarios que se encontraban reunidos en un festejo. El incidente dejó el saldo de ocho muertos más. 
 
Según esta contabilidad, solamente durante el mes de agosto, han sido masacrados 17 adolescentes en Colombia. 
 
«¿Es esto lo que está escondiendo el gobierno de Duque? ¿Está escondiendo acaso el desastre de un Álvaro Uribe Vélez encarcelado en su haciendo? ¿Esconder el proceso que se le abre a Duque por fraude electoral? ¿Quizá está escondiendo el desempleo y la crisis económica? ¿Esconde el hecho de que Colombia es uno de los epicentros de la pandemia en la región?», cuestionó.
 
Además, añadió que estamos a pocas semanas para las elecciones presidenciales y por tal motivo, vale la pena preguntarse si Trump atacará a Irán o Venezuela. O acaso a China a través de una guerra comercial.
 
«Después de semanas de silencio, «estamos seguros que, con la excusa del narcotráfico y la compra de misiles a Irán, se está fraguando un nuevo episodio que evoca a la crisis de los misiles entre Estados Unidos y la Unión Soviética», que en su día usó como excusa a Cuba, puntualizó. 
 
No parece, por tanto, para nada al azar que durante el último año, que coincide con la autoproclamación de Guaidó, prácticamente cada mes ha habido una acción en contra de Venezuela: intento de magnicidio, al menos dos intentos de invasión armada, golpes de Estado, ataques al sistema eléctrico, despojo de activos y largo etcétera. En ese escenario, en su criterio, lo único que cabe esperar es que en los próximos días o semanas se ejecute una nueva agresión. 
 
Paralelamente, mientras se suceden las visitas de funcionarios militares de la administración Trump a Colombia y Panamá, la Unión Europea trata de boicotear las elecciones parlamentarias, que no contarán con la participación de Guaidó, Leopoldo López, Julio Borges, Antonio Ledezma, Iván Simonovis, Miguel Pizarro, María Corina Machado y con ello, asegura, «quedarán fuera del juego político» mientras que en la nueva Asamblea Nacional hará vida una oposición a Maduro, pero también opuesta a este grupo antidemocrático. 
 
Además de la Unión Europea, insistió en que Donald Trump intentaría boicotear los comicios «de todas las formas posibles» través de los gobiernos de Duque y Bolsonaro, quienes en lugar de hacer frente a las crisis políticas y sociales de sus respectivos países, ven en Venezuela una cortina de humo que les permite ocultarlas. 
 
En ese sentido, el analista considera que, «para Donald Trump, Venezuela y Colombia son excusas y objetos para ganar elecciones» y las consecuencias de una contienda armada la pagarían solamente los pueblos de ambos países, a los cuales el gobernante supremacista considera seres inferiores. 
 
«No somos el patio trasero de nadie, no somos fichas para una reelección. Se trata de un tema de soberanía. Si el gobierno de Colombia o sus Fuerzas Armadas no la garantizan, lo hará el pueblo colombiano», concluyó.
 
Antes del cierre, denunció que la plataforma YouTube había cancelado el canal de Venezolana de Televisión, despojando a la cadena estatal de uno de sus principales medios para difundir contenido relevante, maniobra que le recordó a la «estrategia de guerra preventiva a lo Bush después del 11 de septiembre». 
 
Libro del día 
 
Pensamiento filosófico latinoamericano. Humanismo versus alienación, obra en dos volúmenes de la autoría de Pablo Guadarrama González editada por El Perro y La Rana. 
 
(LaIguana.TV)