Un auténtico triángulo del odio es el que se ha conformado entre el paramilitarismo colombiano, el gobierno de Colombia y el de Estados Unidos para planificar acciones violentas contra Venezuela.

El programa Desde donde sea, que dirige el filósofo y comunicador Miguel Ángel Pérez Pirela, se enfocó el jueves 27 de agosto en la amenaza sobre la que ha alertado reiteradamente el embajador venezolano ante la Organización de las Naciones Unidas, Samuel Moncada: diplomáticos colombianos en EEUU, con notorios vínculos con el paramilitarismo, conspiran con el gobierno norteamericano para perpetrar acciones violentas contra Venezuela.

En un hilo de tuits, Moncada plantea, de entrada, que las masacres de Colombia y el ataque militar a Venezuela tienen un punto en común: los embajadores colombianos en Washington son expertos en masacres en su país y trabajan para imponer el modelo de las matanzas en Venezuela con apoyo del moribundo gobierno de Donald Trump. El diplomático ha advertido que son crímenes contra la humanidad en pleno desarrollo.

Moncada se apoya en una investigación publicada en el diario colombiano La Nueva Prensa, titulada «`Pacho´ Santos es el encargado de extraditar a Salvatore Mancuso de EEUU, pero ha sido cómplice suyo,  junto con Alejandro Ordóñez, en la creación de escuadrones de la muerte».

Explica Moncada que las masacres ejecutadas en Colombia las quieren poner en práctica en Venezuela, bajo la dirección de los embajadores colombianos Francisco Santos (en EEUU)  y Alejandro Ordóñez (ante la Organización de Estados Americanos), con la ayuda de EEUU. El escenario electoral adverso que enfrenta Donald Trump, podría ser un catalizador para este tipo de perversos planes.

Moncada señala que Santos ha propuesto expresamente una invasión a Venezuela, en el caso de que Trump vea las elecciones difíciles. En virtud de que ese panorama negativo para el republicano ya es una realidad, «debemos prepararnos para las consecuencias».

En su cadena de mensajes a través de la red social, Moncada hizo la denuncia de manera frontal: «El actual embajador colombiano en Washington, Francisco Santos; y el actual embajador colombiano en la OEA, Alejandro Ordóñez, se reunieron en el año 2000 por lo menos 16 veces con jefes paramilitares para planificar masacres contra ciudadanos inocentes».

Según el reportaje de La Nueva Prensa, en el que se respalda el diplomático e historiador venezolano, la conformación de esas bandas criminales se programó durante 16 reuniones y la principal de ellas –celebrada en Bogotá el 20 de noviembre de 2000– contó con la presencia de los personajes ya mencionados. De acuerdo al artículo, sí se llevaron a cabo las reuniones y Salvatore Mancuso fue invitado para crear un grupo de limpieza en Bogotá.

El trabajo periodístico cita el testimonio de un militar, Julio César Bustamante, quien señala que en una de las reuniones se decidió el asesinato del sindicalista Wilson Borja y la creación de escuadrones de la muerte en Bucaramanga, al estilo del que ya se conocía en Medellín.

Borjas sufrió un atentado y sobrevivió, sin saber que los actuales embajadores fueron quienes ordenaron su muerte, asegura la nota, reseñada por Pérez Pirela.

El medio colombiano consultó a Ordóñez, quien niega haber asistido a las reuniones y anunció acciones legales contra quienes, según él, le difaman.

«¡Qué Cancillería tiene Colombia -comentó el moderador de Desde donde sea-. Aparte de este par de personajes, vinculados a los paramilitares, recordemos que hace poco al embajador de Duque en Uruguay le descubrieron un laboratorio para procesar cocaína en su finca».

«La Fiscalía conoce el testimonio de Bustamante desde 2001, pero congeló el expediente y ningún fiscal ha promovido la investigación. Lejos de ordenar una investigación, Duque premió a Ordóñez con un cargo en Washington. Resulta peligroso es premiar a personas que planificaron asesinatos selectivos con embajadas en EEUU. Es reflejo de la crisis del gobierno de Duque, que quieren desviarla haciendo pagar a los venezolanos y las venezolanas», enfatizó Pérez Pirela.

El origen de los falsos positivos

Con el sustento de los tuits de Moncada y el trabajo del diario colombiano, prosiguió ofreciendo a su audiencia los escabrosos detalles de las actuaciones de los dos embajadores neogranadinos en EEUU.

De acuerdo con los testigos, en una de las reuniones, Francisco Santos Calderón expuso crudamente la lógica de quienes patrocinan estos escuadrones de la muerte y mostró su conexión con la figura de los falsos positivos: “Hay mucho vago, entonces imagínese recogiendo todos esos males de la calle y ganamos por partida doble: quitamos a esa gente de la calle y los montamos como muertos en combate».

«Estos son los ya célebres falsos positivos de los cuales los colombianos se han vuelto especialistas, su gobierno y su Ejército –explicó Pérez Pirela-. Asesinar campesinos, indígenas y jóvenes y vestirlos de guerrilleros. Solo que, como dijo el caricaturista El Matador, son tan idiotas que algunas veces les ponían los zapatos al revés a los asesinados. O a alguien que era zurdo, le ponían el fusil del lado derecho».

«Según el teniente Bustamante, Santos Calderón aplaudió en esas reuniones las tareas de limpieza social que practicaba en Antioquia el escuadrón de la muerte Los 12 apóstoles de los hermanos Álvaro y Santiago Uribe Vélez. No sé si les suena, pero uno de ellos  fue gobernador de Antioquia, senador y dos veces presidente de Colombia», precisó Pérez Pirela.

Abundó en datos sobre Salvatore Mancuso y su vínculo con Uribe:

«Mancuso comandó los ejércitos del narcotráfico aglutinados en las Autodefensas Unidas de Colombia –AUC– y es responsable de más de 30 mil crímenes, de acuerdo con la justicia colombiana, que lo reclama. Su extradición ha sido mal tramitada por Colombia y el próximo 4 de septiembre sería deportado a Italia por Estados Unidos, donde acaba de purgar una pena de 190 meses de prisión por narcotráfico”.

Según el reportaje, Mancuso delató a Santos Calderón hace ya muchos años, en 2007. «En versión libre ante la jurisdicción transicional de Justicia y Paz reveló que en 1997 Francisco Santos –para entonces jefe de redacción de su diario familiar El Tiempo– se reunión con el asesino y narcotraficante Carlos Castaño a quien le propuso crear un escuadrón de la muerte en Bogotá.

Mancuso es testigo de excepción de innumerables operaciones de lavado de activos del narcotráfico a través de empresas de las que él hizo parte y que usaron la banca nacional para ese efecto. También, durante lo que va de 2020 le han sido emitidas para su captura tres circulares rojas de la Policía Internacional, Interpol, por solicitud de los tribunales de Justicia y Paz de Bogotá y Barranquilla. En Italia tiene antecedentes por delitos de narcotráfico, inferiores a los más de 30 mil crímenes –casi todos de lesa humanidad– por los que lo reclama la justicia de Colombia. Entre estos figura la masacre del Aro, de 1997, por la cual está sindicado también Álvaro Uribe Vélez».

«Me quiero detener en esta masacre de El Aro porque en ese tiempo Uribe era gobernador de Antioquia y la Corte suprema de Justicia ha reabierto ahora el caso, por lo que ha citado a Uribe. Por eso él intenta escapar de la Corte y que lo juzguen en tribunales de menor jerarquía, en los que su partido tiene mucha influencia», acotó el director de LaIguana.TV.

Avanzó citando de nuevo a Moncada: «El encargado de tramitar la extradición de Mancuso a Colombia es el embajador Francisco Santos. El mismo que planificó con Mancuso las masacres de indigentes para presentarlos como muertos en combate. Su misión es protegerlo. El 4 de septiembre sabremos el resultado del proceso”.

Quieren exportar sus masacres

Pérez Pirela subrayó que estamos hablando de embajadores ligados al narcotráfico y ligados a masacres. «Lo que nos preocupa a los venezolanos es que están triangulando para exportar las masacres colombianas a Venezuela, que no conoce ese tipo de hechos en los últimos 20 años. En la IV República hubo varias masacres a cargo de presidentes de Acción Democrática y Copei, pero 10 masacres en un mes es algo que no lo conoce ni de lejos la República Bolivariana de Venezuela».

Francisco Santos y su rol contra Venezuela

En su hilo de tuits,  Moncada recordó el prontuario injerencista de Francisco Santos respecto a Venezuela. «En septiembre 2018 Santos participó en una reunión del Centro de Estudios Estratégicos Internacionales (CSIS) en Washington, donde pidió el ataque militar a Venezuela como repuesta colectiva de EEUU y Colombia. Desde 2018 repite que todas las opciones deben ser consideradas. Dice que ‘el régimen debe ser presionado políticamente, económicamente y en todos los niveles y ha dicho que Colombia y Venezuela tienen las sillas más importantes en esa mesa’”.

Añadió Moncada que «en abril 2019, Santos participó en reunión secreta del mismo CSIS donde se discutió con funcionarios de EEUU y traidores venezolanos la invasión militar a Venezuela. Santos es el experto en guerra sucia y masacres, ese es su aporte a la reunión».

«En noviembre de 2019, en conversación con canciller de Colombia afirmó que EEUU usará el TIAR para atacar y que su trabajo es ‘inventar cosas ‘ para mantener agresión. Según Moncada, las mentiras de Duque son las que inventa Santos». Ejemplo de esas cosas inventadas es la compra de armamento iraní y ruso que denunciaron Duque y su ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo.

«Esto se hace más peligroso si sumamos el factor de las elecciones en EEUU que acrecientan las amenazas. Moncada asegura que Santos llegó a decir: ‘si Trump ve las elecciones muy difíciles se mete a Venezuela y ha propuesto acciones encubiertas para apoyar a los traidores venezolanos’. Esto en cualquier otro país es causa de guerra».

Reiteró Pérez Pirela que, según Moncada, las condiciones propuestas por Santos se están cumpliendo y debemos prepararnos para las consecuencias de este macabro plan.

Ordóñez, otro enemigo

Sobre Alejandro Ordóñez, embajador de Colombia en la OEA, el reportaje citado señala que es el ideólogo de los escuadrones de la muerte y un defensor de la quema de libros como método educativo. Desde 1987 defendía en la prensa a los grupos paramilitares.

Moncada comentó sobre esta persona que “Alejandro Ordóñez es el encargado en la OEA de pedir la invasión a Venezuela con una fuerza multinacional usando el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR)».

Dijo Pérez Pirela que ese tipo de planteamientos ha dado pie a la actuación de grupos mercenarios como el dirigido por Jordan Goudreau, el asesino contratado por Guaidó para ejecutar masacres en Venezuela.

En forma de conclusión, el moderador señaló que los datos presentados por el embajador Moncada sirven para sustentar la tesis de que detrás de las masacres y de la intención de exportarlas a Venezuela está una cruenta traición política para conquistar espacios de poder a través de la más cruel de las violencias.

«El partido dominante en el Estado colombiano es el de políticos y narcotraficantes unidos. Santos y Ordóñez son de hecho embajadores, pero embajadores de masacres. Esa es su tarea fundamental y su vocación: exportar ese modelo de conquista violenta, desaparecidos, fosas comunes y falsos positivos a la República Bolivariana de Venezuela, con el más escandaloso de los silencios internacionales. Y voy más allá: esto ocurre con el aval de EEUU y algunos países de la Unión Europea. Y voy más lejos todavía: ocurre con  la participación de una parte irracional de la oposición venezolana. Guaidó, López, Smolansky, Ledezma, Borges, Tintori… Mientras nosotros hablamos, esta gente trata de importar la masacres colombianas a Venezuela».

En el tramo final del programa, en interacción con el público, Pérez Pirela advirtió que existen muchas posibilidades de nuevas acciones armadas contra la soberanía nacional. «Ya lo han hecho, pero sus planes no han calado en el pueblo venezolano, que ha estado unido librando una dura batalla contra el Covid-19».

Recalco que «Venezuela va a defender su soberanía y no está desarmada. Es un país de gente nacionalista. No estamos para agredir a nadie. Solo hemos salido para luchar por la independencia de otros. Los llaneros, los orientales, los caraqueños, los zulianos, se fueron descamisados a luchar en el resto del continente. Venezuela tiene una gran tradición libertadora. No nos vamos dejar imponer por un magnate de la inmobiliaria a un ignorante de la política como Juan Guaidó. Cuando escojan a alguien que al menos sepa hablar, poner un artículo, un pronombre y un adjetivo, podemos empezar a conversar. Nosotros estamos aquí».

Consultado sobre las objeciones del Partido Comunista de Venezuela a integrar candidaturas con el Polo Patriótico, respondió: «Unidad, unidad y más unidad. No concibo una izquierda que se está peleando por unas curules en medio de una situación tan grave. Si nos encuentran divididos, se la ponemos facilita. El tiempo de las peleas entre partidos debió haber pasado. No es nueva esa tendencia, desde el siglo XIX, cuando Bolívar estaba muriendo. A la Gran Colombia la desmadró la Cosiata, Santander por Colombia y Páez por Venezuela».

Aplaudió a un usuario que dijo ser reservista del Ejército colombiano, pero que de ninguna manera  se sumará a una agresión contra Venezuela.

Libro

La obra recomendada fue Operación Cóndor, pacto criminal, de la periodista y escritora argentina Stella Calloni.

(LaIguana.TV)