El gobierno de Iván Duque informó que fueron capturados dos hombres, quienes laboran como guardias de seguridad en una plantación de caña de azúcar, como los presuntos responsables de la masacre contra cinco adolescentes entre 14 y 15 años ocurrida en agosto de este año en las afueras de Cali, Colombia.

Los sujetos fueron identificados como Jefferson Marcial Angulo Quiñonez y Juan Carlos Loaiza Ocampo.

Este hecho conmocionó a la opinión pública colombiana, ya que los jóvenes Juan Manuel Montaño, Jean Paul Perlaza, Leyder Cárdenas, Álvaro José Caicedo y Jair Andrés Cortés, todos afrodescendientes, fueron encontrados acribillados y con signos de tortura el pasado martes 11 de agosto en medio de un sembradío.

Sobre este caso el fiscal general de Colombia, Francisco Barbosa, afirmó que “el día de los hechos los tres adultos que trabajaban como vigilantes de los alrededores del cañaduzal observaron a los cinco menores acercarse y sin mediar palabra, en un acto de total barbarie, los asesinaron». 

¿Fue “sin mediar palabras” como dice el Fiscal? Los cuerpos mostraban claras evidencias de que habían sido golpeados, tenían rayones en los brazos, heridas con arma blanca en el cuello y tiros de gracia en la cabeza. Según la propia versión del Ministerio Público, los jóvenes se acercaban al lugar a comer caña de la plantación.  ¿Por qué el ensañamiento con que fueron asesinados?

Esta es una de las 8 masacres ocurridas durante este mes de agosto en Colombia. Además de la masacre en Cali, han sido perpetradas otras en los departamentos de Nariño, Cauca, Antioquia, Arauca y Norte de Santander, que dejaron 40 muertos.

(LaIguana.TV)