Autoridades de la ciudad estadounidense de Kenosha, en el estado de Wisconsin, retiraron los cargos que pesaban contra el afroamericano Jacob Blake, quien el domingo pasado fue víctima de un nuevo episodio de brutalidad policiaca, informó su abogado.

Blake, de esta manera, quedó formalmente en libertad el viernes y ya no está bajo custodia policial, por lo cual le retiraron las esposas, pero sigue hospitalizado tras haber recibido siete disparos por la espalda por parte de un policía blanco.

El abogado Ben Crump informó en días pasados que Blake, quien quedó herido por los disparos de la policía, sufre parálisis en la mitad inferior de su cuerpo.

La familia del afroestadounidense había revelado el jueves pasado que Blake estaba esposado a la cama del hospital donde se encuentra.

El gobernador de Wisconsin, el demócrata Tony Evers, mostró su estupor al declarar que no entendía «la necesidad» de tenerlo esposado.

Sobre Blake pesaban órdenes de arresto por agresión sexual, ingreso ilegal a una propiedad y comportamiento violento.

El tiroteo policial contra Blake generó nuevas protestas en varias ciudades de Estados Unidos (EE.UU.), similares a las ocurridas tras el asesinato del afroamericano George Floyd, por parte de un agente policial blanco, el 25 de mayo pasado en la ciudad de Mineápolis.

(teleSUR)