Estados Unidos alcanzó la noche del lunes 7-S la cifra de 6.299.169 casos confirmados de COVID-19 y la de 189.168 fallecidos, según el recuento independiente de la Universidad Johns Hopkins.

Este balance a las 8:00 de la noche fue de 24.781 contagios más que el domingo y de 259 nuevas muertes, y acerca al país a la cifra de 190.000 fallecidos por la enfermedad provocada por el nuevo coronavirus.

Pese a que Nueva York ya no es el estado con un mayor número de contagios, sí sigue como el más golpeado en cuanto a muertos en Estados Unidos con 33.002 fallecidos, más que en toda Francia o España.

A Nueva York le siguen en número de fallecidos -de acuerdo con el mapa de Johns Hopkins- la vecina Nueva Jersey (15.991), California (13.758), Texas (13.674) y Florida (11.871).

Otros estados con un gran número de muertos son Massachusetts (9.133), Illinois (8.398), Pensilvania (7.771) y Michigan (6.810).

En cuanto a contagios, California lidera la lista con 741.071, seguido de Texas con 658.900, mientras que el tercero es Florida con 648.269, y Nueva York cuarto con 440.021.

El balance provisional de fallecidos (189.168) supera con creces la cota más baja de las estimaciones iniciales de la Casa Blanca, que proyectó en el mejor de los casos entre 100.000 y 240.000 muertes a causa de la pandemia.

El presidente estadounidense, Donald Trump, rebajó esas estimaciones y se mostró confiado en que la cifra final estaría más bien entre los 50.000 y 60.000 fallecidos, aunque luego auguró hasta 110.000 muertos, un número que también se ha superado.

Por su parte, el Instituto de Métricas y Evaluaciones de Salud (IHME) de la Universidad de Washington, en cuyos modelos de predicción de la evolución de la pandemia se fija a menudo la Casa Blanca, calcula que para las elecciones presidenciales del 3 de noviembre Estados Unidos habrá superado los 258.000 fallecidos y para el 31 de diciembre los 400.000.

(EFE)