Tras haber sido sometido a descargas eléctricas continuadas mientras se encontraba bajo custodia policial, la madrugada de este miércoles 9 de septiembre falleció en Bogotá, Javier Ordóñez, un abogado de 46 años, reporta el diario El País en una nota firmada por el periodista Santiago Torrado.

El incidente, que fue registrado en video por testigos del sector Engativá, al noroccidente de la capital neogranadina, pone nuevamente sobre el tapete el debate sobre el abuso policial, que aunque públicamente condenado por las autoridades, es materia corriente en Colombia.

En una pieza difundida a través de distintos medios de comunicación, se aprecia a un Ordóñez tendido en el piso completamente dominado por los agentes, mientras estos le agreden sin parar con una pistola de electroshock, a pesar de que él suplica que paren.

«Por favor, no más, me ahogo», dijo, pero los policías hicieron caso omiso de su súplica y continuaron la agresión, mientras la víctima se retorcía visiblemente adolorida y clamaba porque se detuvieran.

Tampoco sirvieron los llamados de atención de uno de los testigos, quien en repetidas ocasiones increpó a los agresores sobre su conducta abusadora.

«Le está diciendo que por favor, hace rato les dijo que por favor. ¿Por qué lo siguen agrediendo, si hace rato les dijo que por favor? Hace rato dijo ‘por favor’. Déjenlo quieto». Hace rato dijo: ‘por favor’. Déjenlo ya tranquilo», insistió inútilmente. 

Incluso, al escuchar el reclamo del testigo, el malogrado abogado le preguntó si los estaba filmando y éste respondió afirmativamente, en la esperanza de que ello sirviera para poner fin a la dramática situación. Lamentablemente, no fue así.

Por su lado, la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, en declaraciones recogidas por El País, se refirió al evento como «una noticia que nos entristece y nos indigna» y envió su solidaridad y condolencias a los familiares de Ordóñez. 

«El abuso policial es absolutamente inaceptable. Lo que legitima la actuación de una autoridad es que ejerza su autoridad sin ningún tipo de abuso», agregó la funcionaria.

En su trabajo periodístico, Torrado indica que a raíz del incidente, López «ha prometido actuar en conjunto con los organismos de control para buscar una reforma estructural que detenga los episodios de abusos policiales que han agitado el debate público».

La versión policial recogida por el medio español sostiene que los policías se desplazaron al lugar tras recibir una llamada «por una presunta riña» y allí se toparon con ocho personas que mantenían una discusión acalorada, presuntamente influenciadas por el consumo de alcohol.

«Se trata de disuadir a estas personas pero se vuelven agresivas contra la Policía. La Policía debe someterlas y unas de estas personas son conducidas hasta el CAI [Centro de Atención Inmediata]. En estos momentos, una presenta molestias en su salud física y de inmediato es trasladada al centro médico más cercano. Lastimosamente llega sin signos vitales», justificó el coronel Alexander Amaya, comandante operativo de Seguridad Ciudadana de la Policía durante una rueda de prensa.

Empero, esta versión no concuerda con lo registrado en los testimonios audiovisuales ni con lo declarado por quienes acompañaban a Ordóñez en el momento de su detención, pues aparentemente, uno de los agentes habría dicho: «De esta no se salva», cuando el abogado, consciente de que había violentado la restricción de consumo de alcohol decretada por las autoridades durante la pandemia, le exigía que le pusiera la multa correspondiente, algo que ocurrió antes de que los efectivos le agredieran. 

Según El País, el ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, también rechazó y condenó «cualquier acto de un miembro de la Policía que incurra en violaciones a la ley o desconocimiento de los reglamentos internos» e informó que los dos agentes fueron sometidos a sendos procesos de investigación penal y disciplinaria. 

Desde el pasado año, el abuso de la fuerza pública ha regresado al debate ciudadano en Colombia, luego de que durante una protesta antigubernamental pacífica en el centro de Bogotá, el Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad) de la Policía asesinara a Dilan Cruz, un jovencito que participaba de la manifestación. 

«Aunque la protesta social se ha visto desactivada por la pandemia, las denuncias de pequeños episodios de abusos policiales –hasta ahora sin víctimas mortales– han abundado durante el último semestre, con distintos grados de medidas de confinamiento en vigor para atender la crisis sanitaria», remata la investigación de El País.

(LaIguana.TV)