Las pérdidas del olfato (anosmia) y del gusto (disgeusia) fueron incluidas hace meses en la lista oficial de la OMS de los síntomas más habituales del covid-19. Muchos pacientes incluso pierden el sentido del olfato aunque no desarrollen ningún otro síntoma de la enfermedad.

No obstante, en las últimas semanas, numerosos usuarios de chats, foros y comunidades en línea se están quejando cada vez frecuentemente de un nuevo síntoma inusual. Varias semanas e incluso meses después de recuperarse de la enfermedad, algunas personas experimentan una fuerte distorsión de los olores cotidianos.

Muchos de ellas señalan que las nuevas sensaciones no se parecen a nada familiar y son muy difíciles de describir. La intensidad del malestar también varía, pero en la mayoría de los casos, quienes padecen el raro síntoma concuerdan en que se trata de olores definitivamente desagradables.

Un problema inexplorado

«Una vez fui a visitar a mi abuela y comencé a sentirme mal por el olor de la comida que estaba preparando», contó al portal Afisha una joven rusa llamada Liuda, que enfermó de coronavirus en junio. «Era tan insoportable que contuve la respiración y me escapé: pensé seriamente que estaba friendo carne humana con cebollas«, recuerda.

Algún tiempo después de recuperarse, Liuda de repente perdió el sentido del olfato, que fue recobrando gradualmente en el transcurso de un mes, pero luego se dio cuenta de que muchos olores habituales habían cambiado. Poco a poco, un olor que describe como «algo nauseabundamente dulce y refrito» se propagó a champús y perfumes, y ahora le cuesta pasar frente a cafés y restaurantes en la calle y «es aún más difícil estar en casa en la cocina o ducharme».

Una historia similar vivió otra joven de 20 años, Tatiana, que trabaja en el departamento de radiología de un hospital ruso. Su madre contó a Afisha que tras sufrir una distorsión del olor, su hija acudió a diversos médicos y fue diagnosticada con síndrome del sistema arterial vertebrobasilar y edema de la mucosa, que también pueden ser consecuencia de otros virus, como el herpes agudo o el citomegalovirus.

El otorrinolaringólogo prescribió a Tatiana vitaminas B e hipoxeno (un medicamento para los vasos cerebrales) y el psiquiatra le recetó un fuerte neuroléptico. «Los médicos que visitamos dijeron que nosotras somos las primeras [pacientes] con ese problema», afirmó la mujer. «En resumen, entendimos una cosa: el problema está inexplorado y, lo peor, nadie quiere estudiarlo y explicarlo«, agregó.

¿Qué puedo hacer si tengo un trastorno del olfato?

La organización sin fines de lucro AbScent es una de las entidades que apoya a las personas que padecen la pérdida y distorción del olfato. Su equipo está formado por otorrinolaringólogos, investigadores y activistas que recopilan información de diferentes pacientes con el objetivo de estudiar y concienciar a la población sobre estos trastornos. 

Después del brote de covid-19, AbScent agregó en su sitio web una sección separada para aquellos que han desarrollado problemas de olfato a causa del coronavirus. La compañía comparte una lista de publicaciones científicas sobre el tema y ha preparado una guía detallada para los pacientes con trastornos de este tipo.

  • En primer lugar, es recomendable evitar los alimentos con sabores fuertes o artificiales como el café, los fritos, carne, huevos, ajo, cebolla, pasta de dientes con menta y chocolate. Si la comida le huele tan desagradable que no puede comer, le podría ayudar tomar batidos de proteínas sin sabor.
  • La compañía recomienda una técnica de apoyo llamada ‘entrenamiento del olfato’, que consiste en inhalar cuatro aceites esenciales dos veces al día para reparar el nervio olfatorio dañado. Esta técnica ha ayudado a mejorar el sentido del olfato a los participantes de al menos 14 estudios revisados por pares publicados desde 2009.
  • Si los síntomas persisten durante mucho tiempo, es mejor buscar atención médica. Un otorrinolaringólogo podría realizarle una endoscopia para examinar el interior de su nariz y un neurólogo podría estudiar otros síntomas en busca de posibles problemas cerebrales.
  • Su médico también puede verificar la intensidad mínima del olor que puede percibir y hacerle comparar diferentes olores, así como observar su anatomía olfativa mediante una resonancia magnética.
  • Brindar información específica ayudará a su médico a comprender mejor su afección. Trate de explicar cómo su problema le afecta física, emocional y socialmente e intente describir la gravedad de sus síntomas usando una escala del 1 al 10.

(RT)