Tras divulgarse una misiva en la que cinco excancilleres brasileños de todas las posiciones ideológicas rechazaron la utilización de Brasil como cabeza de playa para ejecutar una agresión a Venezuela, el canciller de la República, Jorge Arreaza, señaló que ese país y «sus instituciones democráticas», antes del Gobierno de Jair Bolsonaro, nunca habían sido guerreristas y, por lo contrario, «promovieron la paz y el multilateralismo». 

Esa sería la razón por la cual, según Arreaza, «políticos y excancilleres de todas las tendencias rechazan que se permita a EEUU usar suelo brasileño para agredir a Venezuela».

El domingo, seis excancilleres brasileños publicaron una carta para apoyar las críticas que formulara Rodrigo Maia, presidente de la Cámara de Diputados, en contra de la política de relaciones exteriores de Bolsonaro y su jefe diplomático, Sergio Araújo, particularmente a lo que se refiere a su supeditación a los dictámenes de la administración Trump y de la que la visita del secretario de Estado, Mike Pompeo, es claro ejemplo.

De acuerdo con Maia, el que ésta se haya producido apenas a 46 días de los comicios presidenciales «no se corresponde con una buena práctica diplomática» e internacional, refiere Folha de São Paulo en un trabajo firmado por la periodista Mônica Bergamo. 

El documento fue suscrito por Fernando Henrique Cardoso (expresidente y canciller de Itamar Franco), Celso Lafer (canciller de Fernando Collor de Mello y Fernando Henrique Cardoso), Celso Amorim (canciller de Itamar Franco y Luiz Inácio «Lula» Da Silva), José Serra y Aloysio Nunez Ferrara (cancilleres de Michel Temer).

Además, lo rubricaron Rubens Ricupero (exministro de Hacienda, diplomático y exembajador en Washington) y Hussein Kallout, exsecretario de Asuntos Estratégicos de Temer. 

Los excancilleres, «de igual forma que el presidente de la Cámara de Diputados, reafirman que la Constitución establece los principios por los cuales Brasil debe guiar sus relaciones internacionales: independencia nacional, autodeterminación de los pueblos, no-intervención», indica Bergamo.  

Los antiguos jefes de la diplomacia brasileña estiman que tienen «la obligación de velar por la estabilidad y la convivencia pacífica y respetuosa con los vecinos, pilares de la soberanía», reza el texto. 

La reciente visita de Pompeo al estado de Roraima, fronterizo con Venezuela, en el marco de una gira relámpago por Brasil, Colombia, Guyana y Suriname, generó un fuerte repudio dentro de Brasil, puesto que la pretensión de utilizar el territorio brasileño como base de operaciones militares para atacar a Venezuela, no goza prácticamente de respaldo en esa nación, independientemente de la alineación en el espectro político.

(LaIguana.TV)