El papa Francisco instó este viernes 25 de septiembre a aliviar las sanciones internacionales, que a su juicio afectan ante todo a la población civil, sin citar ningún país en particular.
En su discurso grabado, ante la Asamblea General de las Naciones Unidas, Francisco también lamentó una «erosión del multilateralismo» y el «clima de desconfianza» que impera en el mundo.
«Debemos poner fin al actual clima de desconfianza. En la actualidad nos enfrentamos a una erosión del multilateralismo tanto más grave cuanto se produce en momentos en que se desarrollan nuevas tecnologías militares», dijo.
Por otra parte, sin citar a los países afectados, el sumo pontífice hizo un llamamiento para que se «alivien las sanciones internacionales» que, según él, afectan en primer lugar a las poblaciones civiles.
Sociedad más justa, menos individualista
«La comunidad internacional tiene que esforzarse para terminar con las injusticias económicas», ha señalado el papa en su discurso leído en italiano, al tiempo que ha pedido «un modelo económico que promueva la subsidiariedad, respalde el desarrollo económico a nivel local e invierta en educación e infraestructura que beneficie a las comunidades locales».
En este sentido, Francisco consideró que la actual crisis derivada de la pandemia del coronavirus puede ser una oportunidad real para la transformación de las formas de vida actual y los sistemas económicos y sociales, para reducir la brecha entre ricos y pobres, pero al mismo tiempo reconoció que puede derivar en una «retirada defensiva con características individualistas y elitistas».
El papa indicó que hay dos caminos posibles tras la crisis actual: «uno conduce al fortalecimiento del multilateralismo», de la solidaridad y de la unidad; y el otro «da preferencia a las actitudes de autosuficiencia, nacionalismo, proteccionismo, individualismo y aislamiento, dejando afuera los más pobres, los más vulnerables».
Vacunas contra el covid deben ser universales
Francisco argumentó que «la pandemia ha puesto de relieve la urgente necesidad de promover la salud pública y de realizar el derecho de toda persona a la atención médica básica».
Y renovó el llamamiento reciente a la comunidad internacional y al sector privado para que garanticen «el acceso a las vacunas contra la COVID-19 y a las tecnologías esenciales necesarias para atender a los enfermos».
«Y si hay que privilegiar a alguien», prosiguió, «que ése sea el más pobre, el más vulnerable, aquel que normalmente queda discriminado por no tener poder ni recursos económicos».
Las víctimas, los niños
En relación a la crisis actual, el papa indicó que los niños son los que más sufren las consecuencias derivadas de esta crisis de la pandemia y citó a los menores migrantes y refugiados no acompañados, a los que sufren abuso infantil y también a las víctimas de la pornografía.
«Millones de niños no pueden regresar a la escuela. En muchas partes del mundo esta situación amenaza con un aumento del trabajo infantil, la explotación, el maltrato y la desnutrición», apuntó.
Migrantes no pueden ser devueltos
Francisco también se refirió a los migrantes y refugiados que abandonan sus hogares en busca de un futuro mejor, pero que con frecuencia son marginados, «interceptados en el mar y devueltos a la fuerza a campos de detención donde se enfrentan a torturas y abusos», o son «víctimas de la trata, la esclavitud sexual o el trabajo forzado».
Celebró la firma de los dos Pactos Mundiales sobre Refugiados y para la Migración, que calificó de «gran promesa», pero condenó que «muchos carecen del apoyo político» y otros «fracasan porque los Estados individuales eluden sus responsabilidades».
Disuasión nuclear
También habló de las guerras y dijo que «el uso de armas explosivas, sobre todo en áreas pobladas, tiene un impacto humanitario dramático a largo plazo».
«Las armas convencionales se están volviendo cada vez menos convencionales y (se convierten) cada vez más (en) armas de destrucción masiva, arruinando ciudades, escuelas, hospitales, lugares religiosos, e infraestructuras y servicios básicos para la población», argumentó.
Preguntó si «la pobreza, las epidemias y el terrorismo» que amenazan la paz pueden ser afrontadas de forma efectiva «cuando la carrera armamentista» desperdicia «recursos preciosos que sería mejor utilizar en beneficio del desarrollo integral de los pueblos y para proteger el medio ambiente natural».
Y criticó la disuasión nuclear porque «un espíritu de miedo basado en la amenaza de la aniquilación mutua, que termina envenenando las relaciones entre los pueblos y obstruyendo el diálogo».
Otros de los temas que abordó Francisco fueron la necesidad de cuidar el medio ambiente y combatir la crisis climática para proteger, entre otras cosas, la Amazonía y a las comunidades indígenas.
Y también apostó por la promoción de las mujeres «en todos los niveles de la sociedad» para que no sean «víctimas de la esclavitud, la trata, la violencia, la explotación y los tratos degradantes».
(AFP)
La #pandemia nos ha mostrado que no podemos vivir sin el otro, o peor aún, uno contra el otro. Las Naciones Unidas fueron creadas para acercar a las naciones, como un puente entre los pueblos; usémoslo para construir juntos el futuro que queremos. #ONU75 @UN
— Papa Francisco (@Pontifex_es) September 25, 2020
Renuevo mi llamado para que, considerando las circunstancias actuales, se ponga a todos los países en condiciones de afrontar las grandes necesidades del momento, reduciendo o condonando la deuda de los más pobres. #ONU75 @UN
— Papa Francisco (@Pontifex_es) September 25, 2020
Hemos de desmantelar la lógica perversa que atribuye a la posesión de armas la seguridad personal y social. Esta lógica sólo sirve para incrementar las ganancias de la industria bélica, alimentando un clima de desconfianza y de temor entre las personas y los pueblos. #ONU75 @UN
— Papa Francisco (@Pontifex_es) September 25, 2020