Vacío, vacuo, banal, sin profundidad ni contenido fue el debate entre los candidatos presidenciales de Estados Unidos, Donald Trump y Joe Biden, reflejo de la profunda debacle social, política, moral y generacional de esta nación, que se vende mundialmente como la democracia ejemplar.

Esta fue la conclusión de Miguel Ángel Pérez Pirela, tras observar la confrontación de los dos aspirantes y pasar revista a las reacciones que esta produjo, incluso en los medios que integran la maquinaria mediática global y sostienen esa visión de EEUU como paradigma.

«Me he divertido viendo CNN, Fox, BBC y otros medios porque no saben cómo justificar el bochorno de su aliado, EEUU, pues el debate electoral ha puesto en evidencia el poco nivel intelectual, moral y político de dos señores de la tercera edad, de casi 80 años, que se dedicaron a insultarse», dijo el filósofo y comunicador en su programa Desde Donde Sea.

El muy reputado portal Político comparó el espectáculo con un descarrilamiento. “Primer debate lleno de intercambios exaltados e insultos”, dijo el canal Fox, amigo de Trump. «Debate demente», tituló Breitbart News. El diario The New York Times, cercano a Biden, expresó «agudos ataques personales e insultos en el primer caótico debate». Y The Washington Post habló de «ataques personales e intercambios afilados marcan el turbulento primer debate«. No fue distinto el panorama en redes sociales. En Twitter celebraron que los candidatos no pronunciaron discursos de cierre. 

“En mi cuenta personal  escribí, minutos después se finalizar el debate: ‘¿Trump está cantando fraude adelantado frente a unas elecciones cuesta arriba para él? Es lo mismo que hace Guaidó en Venezuela. Algo tienen en común Maduro y Biden: sus adversarios’”, refirió Pérez Pirela, recalcando que la postura de Trump es muy parecida a la de la extrema derecha venezolana, en cuanto a descalificar el sistema electoral al prever una derrota en el voto popular.

Prosiguió mostrando lo que dijeron los grandes medios de comunicación: La BBC de Londres señaló que los candidatos, con su nivel de agresividad, evidenciaron el grado de polarización del país y comentó que «Trump impuso su juego de bronca, berrinche e improperios». Mientras tanto, CNN hizo un análisis de cobertura planteando entre otras ideas que el debate no hizo absolutamente nada para educar al público sobre los dos candidatos y lo que harían de ser electos. «Trump dominó porque intimidó, interrumpió y engatusó tanto a Biden como al moderador Wallace. Biden olvidó la primera metáfora de debatir con un candidato como Trump: no te metas en el barro con el cerdo porque los dos se ensucian y al cerdo le gusta».

«Este es el nivel político de la supuesta democracia ejemplar a nivel mundial«, subrayó el moderador del programa.

Acotó que ahora surge la pregunta es sobre los debates faltantes, de los que se espera que sean la continuación del circo romano que fue el primero. «Pensé que se iban a dar un golpe pero no se sabe si esos señores tan mayores tienen la fuerza para eso. Debido a que se dedicaron a las ofensas personales, muchos temas quedaron fuera: inmigración, política exterior, China, más allá de las provocaciones de Trump, América Latina, Venezuela, Rusia Nicaragua. Pareció más una pelea de gallos, con respeto por la altivez de los gallos».

Las encuestas previas

El Equipo de Investigación de Desde Donde Sea consideró importante mostrar en qué condiciones llegó cada uno de los candidatos al debate, en lo que respecta a encuestas previas.

La encuesta de The New York Times y Siena College, divulgada el domingo pasado, revelaba que tres cuartas partes de los probables votantes dijeron que era la elección más importante de sus vidas. 10% no expresaron preferencia de votos. Sobre el manejo de la pandemia, por 15 puntos de margen, los votantes desaprueban cómo ha respondido el gobierno al virus, incluyendo 50%  de personas blancas que suelen respaldar a Trump.

Según la encuesta NPR-PBS- Maristas, 65% de los estadounidenses dijeron que tienden a no creer información sobre el virus proporcionada por Trump. En varias encuestas se dice que Biden se desempeñaría mejor al manejar la pandemia.

En economía, la mayoría sigue aprobando la estrategia de Trump por margen de 12 puntos en el sondeo de NYT-Siena College y por 7 puntos en NPR-PBS-Maristas. En los asuntos donde la economía se cruza con el virus, las cosas varían. 55% de los votantes considera a Trump al menos parcialmente responsable de la depresión económica. 49% dijo que el gobierno no ha hecho lo suficiente para apoyar a la economía durante el brote y solo 9% estima que había hecho demasiado.

51% de los consultados por NPR piensa que Trump está alentando la interferencia en las elecciones, contra solo 38% que dice que se esfuerza por hacerlas más seguras.

En otra encuesta, la de TWP-Universidad de Maryland, los votantes apoyan los vigentes métodos de votación y 73% está a favor del voto por correo. Esto contradice a Trump, que trata de sembrar dudas porque es la puerta abierta para no reconocer resultados si le son adversos.

En materia de credibilidad, Trump tampoco sale bien parado. No recibe altos índice sobre honestidad. 3 de 5 votantes, en un estudio de opinión de la Universidad de Quinnipiac, dijeron que Trump es «deshonesto, en general«.

Ni siquiera en asuntos en los que se supone que es muy fuerte, como la seguridad pública, los resultados son alentadores para el aspirante a la reelección. La división es más bien equitativa. En la encuesta NPR-PBS Maristas, 47% favoreció a Biden y 44% a Trump, que está así por debajo en un tema estratégico de su campaña, ya que se ha empeñado en mostrarse como el hombre duro que puede proporcionar seguridad a los votantes blancos conservadores.

«En el promedio de las encuestas, Biden lidera la carrera hacia la Casa Blanca por más de seis puntos en el voto popular, así como en la cantidad de electores de los colegios electorales -destacó Pérez Pirela-. No hay que creer mucho en las encuestas, pero estas nos dan luces sobre el desastre, el caos y la anarquía que caracterizaron el debate. El desespero, el sarcasmo, el desdén, la falta de respeto tienen que ver con estas encuestas».

Para complementar la información sobre el proceso electoral estadounidense, leyó fragmentos de un trabajo de preguntas y respuestas publicado por el medio español El Norte de Castilla.

  • ¿Cuántos debates se celebran? En total, los candidatos a la presidencia de Estados Unidos celebran tres debates: el del 29 de septiembre, moderado por el presentador de Fox News Sunday, Chris Wallace, al que seguirán el cara a cara del 15 de octubre –dirigido por Steve Scully, editor político de C-SPAN– y un tercero el 22 de octubre, en el que debutará como moderadora Kristen Welker, la corresponsal de NBC News para la Casa Blanca. En medio se celebrará un cuarto debate, el 7 de octubre, en el que se confrontarán los candidatos a la vicepresidencia Mike Pence (republicano) y Kamala Harris (demócrata).
  • ¿Cómo se negocian? Los debates entre los aspirantes a la Casa Blanca son obligatorios en Estados Unidos. Los organiza desde 1987 la denominada Comisión de Debates Presidenciales, un organismo formado por expertos independientes que se encarga también de las labores de producción y de designar a los moderadores. Aunque las normas se han flexibilizado e intentan conciliar los ánimos de los dos partidos, ninguno de los candidatos puede rechazar al moderador. Y éste es el que decide las preguntas –muchas de ellas surgidas de la ciudadanía– y los apartados temáticos.
  • ¿Cuánto dura la campaña? La actual arrancó ‘oficialmente’ el 3 de febrero, aunque muchos de quienes se postulaban a las primarias llevaban ya a sus espaldas un año de actos para recabar el respaldo de los simpatizantes.
  • ¿Por qué las elecciones se celebran el 3 de noviembre? En 1845 el Congreso decidió que los comicios presidenciales tuvieran lugar el martes posterior al primer lunes de noviembre y en año par. De esa manera, la Cámara unificó la disparidad de fechas que cada Estado elegía hasta entonces para poner las urnas en su territorio. La regla obedece a criterios de tradición –el domingo es día de descanso– y al pasado agrario y ganadero de Estados Unidos, que aconsejaba elegir un día de invierno al reducirse las labores del campo y que fuera el menos complicado de la semana en el calendario de mercados.
  • ¿Cuántos partidos concurren a las urnas? Aunque republicanos y demócratas son los dos partidos principales, y los que acaban turnándose sucesivamente en la Casa Blanca, a las elecciones estadounidenses concurren más de una docena de candidaturas. Entre los aspirantes, algunos de los cuales llevan 20 años presentándose a las urnas, abundan los independientes, ecologistas y activistas de distinto signo, además de representantes de minorías étnicas como el pueblo navajo.
  • ¿El resultado se conoce el mismo del 3 de noviembre? La Constitución de 1787 estableció un sistema de sufragio indirecto que pervive hoy en día. Tras el paso de los ciudadanos por las urnas, 538 electores (o compromisarios) cuyo número varía según el peso de cada Estado se reunirán el 14 de diciembre para votar por el presidente y el vicepresidente. El 6 de enero de 2021 se realizará el recuento de los votos y el anuncio oficial del nuevo inquilino de la Casa Blanca.
  • ¿Quién gana al final? Desde el día del cierre de las urnas y el recuento de votos ya puede empezar a deducirse el nombre del futuro presidente. Lo habitual es que los electores respeten el color del partido elegido en su territorio, es decir, el voto popular, pero no están obligados a ello, salvo en algunos Estados que lo legislan. Así que pueden producirse sorpresas. En 2016 Hillary Clinton cosechó casi tres millones de papeletas más que Trump y, sin embargo, éste se convirtió en presidente al obtener el apoyo de 306 de los 538 electores. Antes de ese año, le ocurrió lo mismo a Al Gore en 2000 (George W. Bush llegó así al Despacho Oval), Grover Cleveland (1888), Samuel Tilden (1876) y Andrew Jackson (1824).
  • ¿Algún candidato ha ganado por goleada? George Washington. Es el único presidente estadounidense que logró el cien por cien de los votos en su primer mandato (1789).

Acotó Perez Pirela que si existiese en Venezuela algo parecido a EEUU, en cuanto a los dilatados lapsos para la designación del presidente, nos bombadearían, bloquearían y sancionarían por no ser un país democrático.

Añadió el presentador que los comandos de campaña pasan meses negociando las normas que, en este caso, no fueron respetadas. “Cada candidato tendría dos minutos ininterrumpidos para responder a cada pregunta antes de una conversación más general. Esto no ocurrió, se interrumpieron y Trump llevó al barro, como cochino mayor, a Biden. Por lo bochornoso del primer debate, la Comisión de Debates Presidenciales de Estados Unidos adelantó que realizará cambios al formato de esos eventos. Los EEUU quedaron mal parados ante la comunidad internacional por estos dos señores de la tercera edad con unas muy pueriles ganas de insultarse.

Se demostró una grandísima crisis de liderazgo. Dos señores de más de 70 años sin propuestas serias para el pueblo sobre COVID-19. Se habló de forma caricaturesca sobre las protestas raciales. No se dijo nada sobre temas geoestratégicos, más allá de babosadas (eres chino, eres ruso). Fue un debate vacío, vacuo, banal, sin profundidad, contenido o elemento fuerte que pueda tomarse para el análisis, más allá de un sinfín de anécdotas tragicómicas que serán recordadas por muchas décadas. Sin duda habla de la profunda debacle social política, moral y generacional de EEUU», concluyó.

Interacción con la audiencia

Los comentarios del público subrayaron la tesis de que el debate muestra la decadencia de EEUU como potencia imperial. «Ha habido presidente supinos y zoológicos como Bush y Reagan, pero vaya si lo que pasó este martes fue impactante. El moderador, Wallace, fue ninguneado por Trump. Tuvo que comportarse como profesor de secundaria y mandar a callar al presidente de EEUU como si fuera un tripón malcriado», observó Pérez Pirela.

Algunos usuarios resaltaron lo absurdo que resulta que un país con tantas deficiencias intente seguir dominando al resto de América (mediante la Doctrina Monroe) y al resto del mundo. El conductor del espacio se mostró de acuerdo. «Estos señores con sus lagunas intelectuales, su inmoralidad y su tono pueril, han demostrado que la Doctrina Monroe no puede tomarse en serio. Pero desgraciadamente hay mucha gente en nuestros países que prefiere ponerse las rodilleras y postrarse ante unos y otros. A algunos artistas venezolanos que respaldan a Biden se los comieron vivos los otros opositores venezolanos. Es gente de derecha tan ignorante que cree que Biden es un comunista, socialista o algo que se les parezca».

Entre los comentarios de la audiencia se dijo que la Doctrina Trump es la Doctrina Monroe con esteroides y más estulta. Otra persona afirmó que al ver el debate recordó las escenas de Los tres chiflados y deploro que esos individuos pretenden manejar el destino del mundo. Un usuario expresó que «a uno provocaba darle tres cachetadas para que hablara, y al otro, tres para que se callara». «Pobre debate», acotó otro. «Pelea de viejos chochos, y lo peor es que los más jóvenes son más reaccionarios». «Ninguno de los dos le hacen bien ni a Venezuela ni a Latinoamérica». «Aquí (en EEUU) los jóvenes están en su droga y el sensacionalismo», fueron otras de las observaciones. 

Un participante calificó el debate como una pelea de gatos. Pérez Pirela, en tono de chanza, rechazó esa idea en nombre de Félix, su gato. «Más bien fue una pelea entre puercos, como dijo CNN», sentenció.

Libro

La lectura recomendada del día, con la finalidad especial de exorcizar el debate presidencial estadounidense, fue el libro Introducción al poder popular, (El sueño de una cosa), Miguel Mazzeo, editado por El Perro y la Rana, Colección Alfredo Maneiro, serie Pensamiento Social.

(LaIguana.TV)