No se trata solo de que el gobierno de Alberto Fernández haya votado contra Venezuela en el tema de derechos humanos. Más allá de eso, ha sido un voto que suma a Argentina a los esfuerzos de la derecha continental por destruir los procesos de integración latinoamericana que tanto avanzaron en años recientes. Es un voto para lo contrario, para la desintegración.

Esta es una de las principales conclusiones de Miguel Ángel Pérez Pirela con respecto al voto de Argentina a favor de una resolución impulsada por el Grupo de Lima, es decir, indirectamente por Estados Unidos, para continuar con las acciones injerencistas en Venezuela con la excusa de la defensa de los derechos humanos.

«El gobierno de Argentina se sumó a las lógicas del Grupo de Lima, es decir, de la extrema derecha latinoamericana, una colección de expresidentes y presidentes en ejercicio involucrados en actos de corrupción, en violaciones masivas a los derechos humanos, un grupo enemigo jurado del gobierno y del pueblo de Venezuela porque aúpa las sanciones y el bloqueo», dijo.

«Al igual que lo hacía el anterior gobierno argentino, el de Alberto Fernández ha votado contra Venezuela en la ONU. Se aprobaron dos resoluciones sobre derechos humanos en  Venezuela. La primera fue presentada por Irán, Siria, Turquía y Venezuela y es un proyecto para fortalecer la cooperación en materia de derechos humanos y el trabajo conjunto con la oficina de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet y Venezuela. Fue aprobada con el voto de 14 países a favor, 7 en contra y 26 abstenciones. Según el gobierno venezolano, esta resolución se aprobó a pesar de la feroz presión de EEUU y sus satélites en el Consejo. Alegó que podría contribuir a desterrar el tema de derechos humanos como subterfugio para agresiones y políticas intervencionistas», explicó.

Entre las abstenciones para esta resolución, que es positiva para Venezuela, destacan diez miembros de la Unión Europea (Austria, Bulgaria, República Checa, Dinamarca, Alemania, Italia, Países Bajos, Polonia, Eslovaquia y España). Junto a estos países, se abstuvo el gobierno argentino.

La segunda resolución, de carácter injerencista, fue promovida por el Grupo de Lima y representa para el gobierno venezolano un nuevo intento de injerencia en asuntos internos. Fue aprobada con 22 votos a favor, 22 abstenciones y 3 en contra. Solicita mantener por dos años la misión que investiga las supuestas violaciones a los derechos humanos. Argentina votó a favor.

«Del Grupo de Lima nos esperamos todo, de la UE también, aunque algunos han mostrado una postura al menos razonable, no irracional, respecto a Venezuela, por ejemplo Italia. Pero no lo esperábamos de Argentina -admitió-. Se supone que el gobierno de Alberto Fernández era la antítesis del gobierno de Mauricio Macri, pero, para sorpresa de todos y todas, ahora parece la prolongación de la política exterior de Macri. Argentina, con un gobierno de izquierda, progresista, popular, peronista, kirchnerista o como queramos llamarlo, calca la política exterior de Macri  en relación a Venezuela y se presta para semejante adefesio político».

Reacciones reveladoras
El Equipo de Investigación de Desde donde sea recopiló las reacciones que generó este voto, las cuales son muy reveladoras de las implicaciones que tiene en la política global y en el escenario doméstico argentino.

El subsecretario de Estado Adjunto para Asuntos del Hemisferio Occidental, Michael Kozak, dijo que «EEUU celebra la ampliación del trabajo crítico de la misión independiente de investigación sobre Venezuela, copatrocinada por 59 países hoy. Con esta resolución el mundo condena claramente el  brutal régimen de Nicolás Maduro y sus violaciones a los derechos humanos».

Por su parte, la Cancillería venezolana declaró que «la misión que investiga las supuestas violaciones de derechos humanos en Venezuela no tiene precedentes en América Latina y su primer informe presentado ha sido denunciado por estar políticamente motivado y ser poco profesional».

Samuel Moncada, embajador venezolano ante la ONU, había alertado en septiembre que el trabajo de esa misión internacional fue pagado por el Grupo de Lima, conformado por países que no reconocen al gobierno de Nicolás Maduro.

Contra la integración
En tono indignado, Pérez Pirela insistió en que la postura de Fernández es contra la integración latinoamericana. Recordó que en tiempos de Hugo Chávez, cuando Argentina vivía una situación económica extremadamente  compleja, Venezuela prácticamente dio de comer al pueblo argentino. «No estamos hablando solo de un asunto específico, sino de procesos de integración nuestroamericanos. El ataque frontal del gobierno de Fernández es contra el pueblo venezolano, un pueblo acosado, asediado, bloqueado, vilipendiado, perseguido, robado, violado, ultrajado, es una puñalada trapera contra estos procesos que se vienen gestando desde tiempos de Francisco de Miranda, a finales del siglo XVIII».

El presentador, en el empeño consciente de no caer en el terreno del insulto, tan dado a algunos comentaristas, expresó con respeto que Fernández ha dado una trastocada a las esperanzas  de retomar los procesos de integración y con él, parte del gobierno argentino. «Votó como Bolsonaro, como Moreno, como Duque, como Piñera. Se unió a los procesos de desintegración que vinieron a destruir los procesos de integración que nacieron años antes -deploró-. Lo que hizo Fernández no es en términos coyunturales, sino estructurales e históricos. Pensábamos que con la resistencia de Venezuela, podía volver el progresismo a América Latina. Pero este tipo de gestos va en sentido opuesto».

Especuló acerca de cuál será la opinión de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner sobre este voto.  «¿Fue traicionada o sabía la jugada?», dejó en el aire la pregunta.

Pérez Pirela acotó que en Latinoamérica existe «una cierta izquierda  bien pensante, algo tibia, un tanto arribista, a la que les encantan los obituarios. Cada vez que un gobierno progresista, de izquierda, revolucionario, popular está acosado, en peligro, sacan la guitarra y escriben poemas de muerte. Nosotros no queremos eso. Queremos que nos ayuden mientras estamos vivos. No queremos que nos canten con sus guitarras, sino que nos apoyen en medio de la lucha. No quiero sonar chauvinista, pero los venezolanos y las venezolanas estamos tragando la arena de que nos roben nuestros barcos, nuestras empresas, nuestro dinero, nuestro oro. Y estamos dando ejemplo en la lucha contra el coronavirus. Comparemos las cifras con Brasil, Colombia, Ecuador, Perú, Chile, Argentina, México…Lamentablemente, nosotros aguantamos, mientras vuelve la izquierda en otros países, pero resulta que llegan gobiernos supuestamente progresistas y a los pocos meses están negociando con EEUU para que los ayuden en el FMI. Habría que preguntarse si Alberto Fernández podría haber ganado las elecciones en Argentina si Venezuela no hubiese resistido durante todos estos años». 

Sobre el caso específico de Argentina, recalcó que EEUU es la causa eficiente en el hemisferio  de que este país haya perdido las islas Malvinas. Así que es una premisa ingenua, crédula y estúpida pensar que EEUU va a hacer algo por el pueblo argentino. «Debemos recordar precisamente a un argentino, el Che, cuando dijo que al imperialismo ni un tantito así. O quizá debamos tener en cuenta a Maquiavelo, quien dijo que es más seguro para el príncipe ser temido que amado. Ay, Alberto Fernández, ay de ti, si piensas que eres amado por EEUU .Ha sido más eficiente la postura de Maduro, hasta el punto  de que el propio Trump lo respeta y reconoció que es más fuerte que el carajito que él quiso poner aquí. Si Trump le hizo un desplante a su aliado Macri, cuando lo dejó con la mano estirada, más se lo hará a Fernández».

Reiteró que la actitud de Argentina es una afrenta a los procesos de integración de Miranda, Bolívar, San Martín, Martí, los cuales fueron retomados por Chávez, Lula, Evo, Kirchner. Hubo una caída con Macri, Bolsonaro y los demás, pero con el retorno de Fernández y con López Obrador en México, se esperaba un retorno a la senda de la unión. El cambio de rumbo de Fernández es una trastada histórica a los procesos de integración.

Rememoró una conferencia que dio en República Dominicana, al lado del intelectual y religioso brasileño Frei Betto, en la que hablaron del trabajo de desintegración regional realizado por la derecha en el continente. «Ahora Fernández tributó a reavivar esos procesos de desintegración. Alguien podrá decir que es por el tema de los derechos humanos, pero ¿es, en verdad,  por eso? Si es por eso, ¿cómo se explica que haya 64 masacres en Colombia y nadie diga nada; que haya un genocidio sanitario en Brasil y nadie diga nada?».

Voces disidentes y «felicitaciones»
Dedicó un extenso segmento del programa a reseñar las reacciones ocurridas dentro de Argentina. Destacó la renuncia de Alicia Castro a su designación como embajadora de Argentina en Rusia. «Mi reverencia para ella. Me  quito el sombrero. Tenía en el horizonte hacer que Argentina entrara en los BRICS. Fernández la llamó para solicitarle que rectificara, pero esta gran dama, la ratificó», dijo sobre quien fuera embajadora en Venezuela entre 2006 y 2011.

En su carta de renuncia, Castro explicó muy bien las implicaciones de cada una de las dos resoluciones votadas.  

«El 6 de octubre en el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas se votaron dos resoluciones. La Res. L.55. que subraya la importancia de mantener el diálogo constructivo y la cooperación con Venezuela a fin de ‘reforzar su capacidad de cumplir las obligaciones que le incumben en materia de derechos humanos; expresa preocupación por las noticias relativas a presuntas restricciones al espacio cívico y democrático, incluidas las denuncias de supuestos casos de detención arbitraria, intimidación y difamación de manifestantes, periodistas y defensores de los derechos humanos; celebra la visita de la Alta Comisionada a la República Bolivariana de Venezuela, que tuvo lugar del 19 al 21 de junio de 2019, y los compromisos acordados con el Gobierno para mejorar la situación de los derechos humanos en el país; exhorta al Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela a que aplique las recomendaciones recogidas en los informes de la Alta Comisionada presentados al Consejo de Derechos Humanos en sus períodos de sesiones 41º y 44° y pide a la Alta Comisionada que siga colaborando con la República Bolivariana de Venezuela para hacer frente a la situación de los derechos humanos en el país y prestar apoyo sustantivo en forma de asistencia técnica y fomento de la capacidad’. Esta Resolución que promueve y alienta la participación democrática fue votada por varios países, entre otros, México. La otra resolución, además de condenar enérgicamente a Venezuela, en consonancia con las expresiones de la oposición, promueve la franca injerencia en los asuntos internos. Decide prorrogar por dos años el mandato de una ‘Misión Internacional Independiente’ que fue constituida por tres personas sin representación alguna, designadas por el Grupo de Lima, que se limitó a recibir desde Panamá informes por mail de la oposición venezolana, que nunca fueron constatados. Además, sugiere la consideración de nuevas medidas», detalló la funcionaria diplomática. 

Y continuó Castro: «El voto de Argentina acompañando la Resolución del Grupo de Lima constituye un dramático giro en nuestra política exterior y no difiere en absoluto de lo que hubiera votado el gobierno de Macri. De hecho, el Grupo de Lima fue creado durante la restauración neoliberal por un grupo de gobiernos de extrema derecha, alentados y financiados por los Estados Unidos con dos objetivos explícitos: Promover un ‘Cambio de Régimen’ en Venezuela -con idéntica matriz de los operados por EEUU en Oriente Medio- y desarticular el bloque regional. Argentina podría haber optado por abstenerse, en todo caso, si no quería comprometerse con ninguna de las dos Resoluciones. Pero en cambio, votó con los países europeos que reconocen al autoproclamado Guaidó como presidente sin un voto, modalidad que pone en riesgo a las democracias de América Latina. Votó junto al Reino Unido, cuando Venezuela ha sido aliada constante y ejemplar de la República Argentina en nuestra lucha por la soberanía en Malvinas. Argentina votó junto al grupo de países latinoamericanos que han seguido a pie juntillas las instrucciones de los Estados Unidos de demoler a Venezuela. Argentina votó con Bolsonaro, con Piñera, con la golpista Añez, con Lenin Moreno y los habilitó como voceros de los Derechos Humanos», señaló la embajadora.

Pérez Pirela, apelando a su experiencia personal, dijo que algunas veces, lo peor que nos puede pasar es que nos feliciten. Pues bien, el partido de Macri, Juntos por el Cambio, felicitó a Fernández por la postura asumida contra Venezuela este martes 6 de octubre en el Consejo de Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas.

Citó textualmente la declaración de la organización política de derecha: «Celebramos que el Gobierno de la Argentina haya rectificado su posición y reconocido las violaciones a los DDHH en Venezuela (como lo venimos sosteniendo desde hace más de una década), acompañando a nuestros socios del Grupo Lima y las democracias del mundo en la votación que culminó con una votación desfavorable para ese país”. 

Luego, el partido de Macri añade que  las “idas y vueltas que se expresaron en diversas señales político-diplomáticas, carentes de coherencia durante las últimas semanas, queden definitivamente atrás”.

Según la visión del moderador, «Macri le dice a Fernández, ‘te felicito porque hiciste lo que yo dije que hicieras y lo que yo estaba haciendo. Qué bueno que corregiste’, ¡una verdadera vergüenza!»

También comentó las declaraciones de Atilio Borón («nuestro hermano, nuestro maestro, que estuvo hace pocos meses en el programa») quien reaccionó y se convirtió en la voz anunciante de los desmanes de Fernández. Citó sus palabras:

«Fernández votó en contra de lo que es la tradición diplomática argentina, ya desde la época de la doctrina Drago de la no intervención. Votó a favor de mantener la injerencia de Estados Unidos a los asuntos internos de Venezuela. Votó con toda la tropa de lacayos, rastreros que obedecen a las órdenes de Estados Unidos, tanto en Europa como en América Latina. Da la impresión de que la política exterior argentina ahora va a estar condicionada por el Fondo Monetario Internacional, por el Banco Mundial, por el Banco Interamericano de Desarrollo y por la idea romántica y estúpida de buscar buenas relaciones con Estados Unidos, cuando eso jamás dio resultado. Se está adoptando la misma política que llevó adelante el presidente Mauricio Macri. Falta que echen a la actual embajadora de Maduro en Argentina y que lo echen a Evo y a Álvaro García Linera, para que estemos otra vez en punto muerto. Una pena, una gran oportunidad perdida. No sé si va a haber posibilidad de rectificación de rumbo”, recalcó.

Pérez Pirela añadió que Macri se bajó los pantalones con el FMI y les tiró a los argentinos el peso de esa deuda. Perdió Macri y llegó un supuesto gobierno progresista que trabaja  bajo presión del FMI. «Ahí es donde un estadista debe ponerse firme. Fernández no lo hace, sino que se baja también los pantalones con el FMI, rogándole una ayudadita y, además, a cambio del lobby de EEUU, termina traicionando a la tradición histórica de Argentina. Y, como dice Atilio Borón, después de la puñalada que se le dio a Venezuela, quedamos a un paso de  que echen a Evo, quien está asilado allá».

Los pactos detrás del voto
Tomando como referencia materiales publicados por el medio de periodismo de investigación La Tabla, el conductor de Desde donde sea sostuvo que no es una sorpresa esta alineación de Argentina in EEUU. «En noviembre de 2019 el presidente electo Alberto Fernández se reunió con el director de Asuntos del Hemisferio Occidental del Consejo de Seguridad Nacional, Mauricio Claver-Carone, en México y luego con Enrique Iglesias, asesor especial de la Unión Europea para Venezuela. Además, el canciller argentino, Felipe Solá, divulgó un tuit agradeciendo al embajador de EEUU, el 1 de octubre, agradeciendo al embajador de EEUU, Edward Prado, por el supuesto compromiso de apoyar a Argentina en las negociaciones con el FMI».

«Es decepcionante -remarcó Pérez Pirela- tomando en cuenta que entre 2000 y 2008 Venezuela compró más de 7 mil millones de dólares de deuda argentina para salvarla de los buitres financieros liderados por EEUU, como ejercicio de integración latinoamericana… Sin comentarios».

En Argentina, además de Alicia Castro, los kirchneristas Luis D’Elía, Eduardo Sigal y Mario Secco expresaron sus críticas. Juan Garbois, dirigente del Frente Patria Grande, que forma parte del  Frente de Todos, dijo: «Me preocupa que la política exterior argentina esté cada vez más alineada con Trump y el Grupo de Lima. No es solo cuestión de principios. Es malo para el interés nacional. Con Macri, Menem y las relaciones carnales aprendimos que Roma no paga traidores».

«Eso es cierto, después que traicionas no hay pago», glosó el filósofo y comunicador.

El Frente Grande, uno de los partidos de la coalición de Fernández, expresó: «Nos preocupa y ocupa no solo la fotografía sino el riesgo de la película. Esperamos que sectores intervencionistas de la derecha latinoamericana y mundial no se vean incentivados a entrometerse en los asuntos internos de Venezuela, tratando de promover nuevas intentonas invasoras o golpistas en momentos cuando se ha convocado a un proceso electoral que apunta a renovar autoridades»

Las Madres de Plaza de Mayo pidieron perdón al gobierno y al pueblo venezolano.

El meollo son las elecciones
Interpretó Pérez Pirela que todas estas operaciones diplomáticas, en las que ahora participa Argentine tienen como núcleo las elecciones de diciembre. «El meollo, diría mi abuela, es que quieren anular esas elecciones… Pónganse de acuerdo, ¿qué quieren con Venezuela? Si hay elecciones es porque hay, si no hay es porque no hay. Si viene Bachelet es porque viene y si no es porque no viene. Nos quieren obligar a aplazar las elecciones. Lo que quieren es seis meses más para que la derecha nacional y mundial tengan tiempo de montar un nuevo golpe, una nueva invasión. Tienen 20 años tratando y 20 años fallando. Pensaron que Venezuela sería la primera en caer y resulta que  cayó primero Brasil y cayó Argentina. Ahora volvió un gobierno de izquierda a Argentina, aunque  con estas decisiones, tengo mis dudas».

Otra prueba de que el propósito es impedir que haya elecciones la dio el Alto Representante para la Política Exterior de la UE, Josep Borrell, quien afirmó que el rechazo de Venezuela a aplazar las elecciones solo empeorará la crisis de Venezuela. 

«Trump es el policía malo y Borrell es el policía bueno. Hace poco lo vimos abierto, democrático, casi sin rasgos colonialistas, pero le duró poco», apuntó Pérez Pirela. 

Leyó una nota periodística en la que se explica que Borrell acudió a la Eurocámara para explicar la misión diplomática de altos funcionarios del Servicio Europeo de Acción Exterior, criticada especialmente por el grupo del Partido Popular Europeo. Recordó que fue solicitada por grupos de la oposición venezolana y los países del Grupo de Contacto para Venezuela, y se informó de ella de antemano a todos los Estados miembros. Su objetivo, dijo, fue “explorar la pequeña luz de esperanza de que el Gobierno venezolano acordara aplazar la fecha electoral para dejar más tiempo al diálogo y acordar unas condiciones democráticas para que participara la oposición». También se indica que Borrell descartó el envío de observadores a los próximos comicios. 

«No nos sorprende en nada. Nos lo han hecho tantas veces, que ya sabemos qué van a hacer. Hablan de darle tiempo al diálogo ¿Cuánto tiempo más hace falta? ¿Cuántos intentos de diálogo más hacen falta, si nos han dejado varias veces con el bolígrafo en la mesa, como ocurrió en 2018 en Dominicana? La verdad es que no van a ir a elecciones aunque les pongan las condiciones que quieran. No irán porque solo quieren tiempo para seguir tejiendo el traje de que aquí no hay derechos humanos».

Precisó que la actitud de Borrell es, simple y llanamente colonialista y ofreció una explicación sencilla del término: «A los franceses les sabe a… lo que digan los venezolanos sobre sus elecciones. Ni les importa. Lo que pensemos nosotros de las elecciones al Parlamento Europeo es como el ruido de un mosquito para ellos… Ah,  pero nosotros sí tenemos que parar nuestras elecciones porque ellos opinan que hay que aplazarla. Eso es colonialismo».

Subrayó que para el gobierno de Venezuela no está en discusión la fecha de las elecciones porque es un mandato constitucional, y se trata de una Constitución votada por la mayoría del pueblo.

Como tema al margen, Pérez Pirela comentó que la estatal Venezolana de Televisión ha comenzado a darles espacio a dirigentes de los partidos de derecha. «Estoy de acuerdo. Siempre he defendido eso. Pero queremos ver también a los voceros del Partido Comunista, porque tiene algo que decir aunque tengan diferencias con el gobierno, y hay que abrirles las puertas. Lo digo como ciudadano».

Libro
En la tónica del programa, recomendó América espera, del primer gran integracionista nuestroamericano, Francisco de Miranda.

(LaIguana.TV)