El Grupo de Lima es el instrumento internacional que los Estados Unidos han escogido para ultrajar diplomáticamente a Venezuela. Es un tinglado de expresidentes y presidentes derechistas que se instauró para desestabilizar a otro país del hemisferio, expresó el filósofo y comunicador Miguel Ángel Pérez Pirela en su programa Desde donde sea, dedicado en su emisión del jueves 8 de octubre, a analizar a fondo este órgano diplomático, al que llamó “una para-OEA”, que sigue encabezando las iniciativas contra el gobierno y el pueblo de Venezuela en los escenarios internacionales.

“Detrás de la decisión de esta semana sobre el tema de los derechos humanos en Venezuela está el Grupo de Lima. Y debemos insistir, dándole continuidad al programa de ayer, que esa fue la iniciativa que respaldó el presidente de Argentina, Alberto Fernández, a pesar de la huida hacia adelante de su canciller, Felipe Solá. ¿Pero, qué es y qué autoridad tiene el Grupo de Lima? ¿Desde cuándo funciona y si Venezuela es su único objetivo? Responder estas preguntas, algunas aparentemente obvias, sirve para dar con el meollo de los ataques internacionales contra el pueblo venezolano y la República Bolivariana de Venezuela, los bloqueos, las sanciones, los acosos diplomáticos y mediáticos”.

Solá aclara y oscurece

El primer tramo del programa se centró en mostrar la continuación de la polémica tras el voto de Argentina a favor se la propuesta del Grupo de Lima, en lo que fue una postura de Alberto Fernández similar a la de su antecesor y archienemigo Mauricio Macri. “Está contra las cuerdas, no solo por la difícil situación socioeconómica, heredada de Macri, sino porque una parte de sus aliados se le fueron encima por esta traición contra el pueblo venezolano, tal como muchos la tildaron”, comentó.

El canciller argentino Felipe Solá se defendió de las acusaciones y aseguró que Argentina no se plegó a la postura del Grupo de Lima. «Se nos acusa se votar con el Grupo de Lima. Durante todo nuestro gobierno desistimos de votar las decisiones del Grupo de Lima. Apoyamos el informe Bachelet y es el único que apoyamos y que nos parece serio. Siempre hemos insistido en que la crisis venezolana no se resuelve con bloqueos, sanciones, amenazas ni con evadir las elecciones. Los problemas de Venezuela se arreglan con elecciones y con acuerdos», aseguró Solá.

El moderador del programa señaló que lo que hizo el gobierno de Fernández, al votar junto a Bolsonaro, Piñera y Duque, es el exacto contrario de lo que está planteando el ministro.

“Solá justificó la decisión aduciendo que se trató de un asunto de coherencia. Pero si hubiera coherencia, Argentina habría votado con Venezuela, pues primero Chávez y después Maduro han auxiliado al pueblo argentino. Coherencia sería no votar igual que lo hubiese hecho Macri, a quien le acaba de ganar elecciones. Coherencia sería retribuir la confianza que el peronismo le dio al gobierno de Alberto Fernández. Esto parece más bien una ironía, un sarcasmo, un caraetablismo que ahora, para justificares, Solá hable de coherencia”, enfatizó Pérez Pirela.

Dijo también Solá que «Argentina seguirá sosteniendo la no injerencia en temas políticos internos de otros países, pero los derechos humanos no son un tema de cada país. Es un tema global, un problema de conciencia general».

“Por favor, así que no nos defiendan el canciller Solá y el presidente Fernández. Aquí se dice no aclares que oscureces. Insiste sobre el hecho de que en Venezuela se violan sistemáticamente y como razón de Estado, como política de Estado, los derechos humanos, mientras guardan silencio sepulcral sobre países que en realidad están atentando en forma masiva, sistémica y sistemática contra esos derechos, como Colombia, donde van más de 66 masacres. Sobre eso no se dice nada, absolutamente nada”, agregó.

Según la agencia EFE, el canciller minimizó las discrepancias que la votación generó en el gobierno, calificándolas de peleas menores que no se enfocan en las prioridades del Ejecutivo, que es hacer frente a la crisis económica y social de su país. “Para él son peleas menores el rechazo de partidos aliados y la renuncia de la embajadora en Rusia, Alicia Castro. Si el gobierno argentino piensa que va a salir de la crisis económica que le dejó Macri bajándose los pantalones con el FMI y el Departamento de Estado, la cosa la va a tener bien difícil”, auguró.

Un usuario preguntó que dijo Cristina Fernández de Kirchner. “Qué buena pregunta. Hasta este momento, absolutamente nada, que yo sepa”, respondió el presentador.

“Sobre la renuncia de Alicia Castro, Solá dijo que ‘hay gente que se mira demasiado a sí misma y no puede salir de su círculo. Esa no es la gente con la cual Argentina saldrá adelante’. Imagino que la gente con la que Argentina saldrá adelante es, entonces, según este ministro, la gente que mete el dedo en la llaga para atacar a Venezuela en su peor momento, cuando está más que bloqueada”.

Grupo de Lima

Pasó entonces a analizar a fondo el Grupo de Lima, tomando como punto de partida el respaldo de Argentina a la iniciativa de esa alianza. “Como dijimos ayer, el gobierno de Argentina se sumó a las lógicas del Grupo de Lima, es decir, de la extrema derecha latinoamericana, una colección de expresidentes y presidentes en ejercicio involucrados en actos de corrupción, en violaciones masivas a los derechos humanos, un grupo enemigo jurado del gobierno y el pueblo de Venezuela porque aúpa las sanciones y el bloqueo», dijo.

“Hay que acotar que ese no es un bloqueo contra funcionarios. A los funcionarios supuestamente les quitan las cuentas bancarias. Pero ningún funcionario es tan pendejo como para tener cuentas en EEUU a su nombre. Lo que les quitan es  la visa. Pretender decir que es contra funcionarios es esconder el verdadero sentido de las sanciones, que es ahogar, sofocar al pueblo, que no reciba alimentos ni medicina ni gasolina”.

Hizo una breve digresión sobre el tema de las visas estadounidenses. “Yo no soy funcionario ni tengo visa de EEUU. Lamentablemente, una visa de EEUU en Latinoamérica se ha convertido en una cuestión de caché. Yo pienso que caché da un diploma, una maestría, un doctorado, hablar idiomas, superarse en lo que uno hace en la vida, no un pedazo de visa, pero hasta allí ha llegado la transculturización y el pitiyanquismo”.

Pérez Pirela señaló que el meollo del ataque contra Venezuela está fundamentado en el instrumento internacional que EEUU han escogido para ultrajar al país, el Grupo de Lima. Es una Instancia multilateral establecida tras la llamada Declaración de Lima, el  8 de agosto de 2017 en Perú. Destacó que el presidente que lo fundó por Perú salió de la presidencia por corrupción, no termino su mandato.

“Alguna gente oye hablar del Grupo de Lima y puede pensar que fue fundado en el siglo XIX para luchar por los derechos humanos. No. Es un tinglado de expresidentes y presidentes derechistas, entregados a  EEUU porque llegaron al poder gracias al apoyo de Washington, que en 2017, hace nada, se instauró para desestabilizar a Venezuela. No son nada. Crearon un proyecto injerencista contra  Venezuela y países como Argentina lo respaldan en la ONU. Seamos serios. Hasta la moribunda Organización de Estados Americanos tiene más legitimidad de origen que este adefesio. Pero se repite tanto en los noticieros que parece ser algo importante, una institución milenaria. Y son un poco se corruptos que en 2017 se sentaron a montar este parapeto”.

Reseñó que, según dicen en las piezas de propaganda, para su conformación se reunieron representantes de 17 países con el único objetivo de dar seguimiento y buscar una salida a la crisis de Venezuela. ¿Representantes de qué?, se preguntó e ironizó diciendo que Estelita y Félix (su perra y su gato) pueden prepararse para ser representantes se Venezuela. “Utilizan palabras vacuas, vacías, que terminan maquillando, poniéndole smoking a la nada”, puntualizó.

Uno de los objetivos proclamados por el Grupo de Lima es exigir la liberación de los presos políticos. “En realidad eran políticos presos por haber asesinado gente, estuvieron incursos en actos de terrorismo, en las mal llamadas guarimbas, en intentos de golpes de Estado, todo documentado y confesado por ellos mismos a CNN, Fox News, etcétera. Además, políticos presos que ahora salieron en libertad, no por gestiones del Grupo de Lima, sino por el indulto que les concedió Nicolás Maduro”.

Sostuvo que los voceros de este tipo de organizaciones  y los medios de comunicación “van creando un sistema lingüístico, según el cual es  una institución muy seria, formada por gente respetable que está luchando por los derechos humanos desde hace muchísimos años. Y resulta que en el Grupo de Lima está Colombia con 66 masacres, que tal vez ya sean más, mientras estamos hablando; están Piñera, Bolsonaro y otros personajes. Estemos claros: nos puede gustar Nicolás Maduro o no, pero basta tener dos dedos de frente para ver que nos construyen instituciones nihilistas, de la nada, y se nos presentan estos personajes como los depositarios de la moral y de la democracia en la región”.

Otro objetivo declarado por la coalición es garantizar elecciones libres en Venezuela. “Ahora queremos hacer elecciones y no nos dejan porque las elecciones tienen que ser libres como las que hicieron en Bolivia donde le dieron un golpe de Estado al ganador por más de diez puntos de ventaja”. 

También tienen, supuestamente, el propósito ofrecer ayuda humanitaria. “Pero ¿qué ha dado el Grupo de Lima a Venezuela? ¡Bloqueo! Las ayudas humanitarias han venido de China, de Rusia, de Cuba, de la ONU, de la Organización Mundial y la Organización Panamericana de la Salud, pero el Grupo de Lima ¿qué ayuda humanitaria puede dar? Son descarados. La nada está debajo de la superestructura lingüística que se inventan. En sus documentos, rechazan la supuesta ruptura del orden institucional en Venezuela, y como respuesta a ello, apoyan a un parapresidente como Guaidó”.

Motor de la desintegración

Para Pérez Pirela no cabe duda de que uno de los motores de la desintegración de América Latina es el Grupo de Lima,  que nace, en la práctica,  para acabar con dos espacios de integración nuestroamericana, la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), tarea que tuvieron a su cargo los mandatarios de la restauración conservadora de los últimos años en la región. EEUU consideró necesario crear ese mecanismo porque la OEA no tiene ya credibilidad y de la Alianza del Pacífico ya no se escucha nada. 

Doce países suscriben la declaración  inicial: Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia. Costa Rica, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay, Perú. Luego se unieron Guyana y Santa Lucía. Fue avalado por Barbados, EEUU, Granada y Jamaica y por la OEA y la Unión Europea, porque ha sido brazo ejecutor de EEUU y UE, policía malo y policía bueno.

“Su objetivo es aislar a Venezuela en el ámbito regional y global. Por eso es más grotesco lo que hizo Alberto Fernández, pues su llegada al gobierno en Argentina, junto con la de Andrés Manuel López Obrador, en México, auguraban vientos progresistas. López Obrador ha mantenido su posición con Venezuela y está incluso pensando en venta de gasolina, pero Fernández ha terminado uniéndose al Grupo de Lima en las votaciones en la ONU”, recalcó.

Advirtió que esta instancia no tiene sostén legal, y solo procura conseguir desde el exterior lo que internamente no puede alcanzar por vías democráticas la oposición en Venezuela. Su existencia es un manifiesto contra los principios internacionales de reconocimiento a la libre autodeterminación de los Estados y sus pueblos.

“Nació luego de que los mismos gobiernos que lo integran no lograran activar la Carta Democrática en la OEA. Por eso decimos que es una para-OEA. La derecha perdió una y otra vez en la OEA gracias al voto de países caribeños. Luego Venezuela se salió de la OEA. Almagro ya es impresentable, ya ni la derecha puede defenderlo porque es el títere manifiesto de EEUU. Como no pudieron en la OEA, crearon una para-OEA. Es la para-OEA. Está parafernalia de institución internacional está pegada con saliva de loro, medio la soplan y caen cual castillo de naipes”.

Recordó que luego, en 2018, el Grupo de Lima rechazó las elecciones presidenciales venezolanas. La canciller peruana, Cayetana Aljovin anunció que el presidente Maduro nos sería recibido en la Cumbre de las Américas, basándose en la Declaración de Quebec, de 2001, según la cual la ruptura de la democracia es un obstáculo insuperable para la participación de un Estado en la cumbre. “Siempre han querido sacar a Venezuela de la escena internacional, pero no lo han logrado. Hace poco se dio la Asamblea General de las Naciones Unidas y por Venezuela habló el presidente Nicolás Maduro, mientras el personaje que es presidente de Venezuela para el Grupo de Lima, este señor Guaidó, habló ‘en el marco de la ONU’, con una bandera de Venezuela detrás (no la de la ONU, porque no puede) y dijo lo que dijo, que no sé qué fue ni sé quién lo sabrá”.

Desmontando un carro usado

Pérez Pirela invitó a la audiencia a estudiar alguno de los puntos de la declaración  inicial del Grupo de Lima, labor a la que caracterizó como “desmontar el carro usado que nos quieren vender”. Antes de hacerlo, reiteró (en una nueva referencia al voto argentino en la ONU) que suscribir iniciativas del Grupo de Lima es suscribir todo lo que sigue.

“En la Declaración de Lima, estos países plantean su decisión de no reconocer a la Asamblea Nacional Constituyente, ni los actos que emanen de ella, por su carácter ilegítimo. Pero ¿quiénes son ellos para reconocer o no las decisiones soberanas del pueblo venezolano? La ANC fue una forma de reabrir el juego político y de frenar cuatro meses de violencia”, manifestó.

“También expresaron entonces su pleno respaldo y solidaridad con la Asamblea Nacional de Venezuela, democráticamente electa. Este es un detalle muy significativo porque esa elección legítima había ocurrido en 2015. Entonces, según estos presidentes, sí funcionó el Poder Electoral, pero en  2017 no. Está claro que avalan al Consejo Nacional Electoral solo cuando gana la derecha… Hay que preguntarse qué dice el Grupo de Lima sobre la dictadura de Bolivia. Seguramente, como la OEA, opina que todo está perfecto”.

Otro aspecto de la declaración fundacional es su “apoyo y solidaridad con la exfiscal general (Luisa Ortega Díaz) y los integrantes del Ministerio Público de Venezuela. También exigen la aplicación de las medidas cautelares emitidas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, la misma que avala golpes de Estado en la región. ¡Qué vergüenza!”.

El documento incluye una condena “a la violación sistemática de los derechos humanos y las libertades fundamentales, a la violencia, la represión y la persecución política, la existencia de presos políticos y la falta de elecciones libres bajo observación internacional independiente”.

Para Pérez Pirela, esa es la lista de agravios es la de los crímenes cometidos por los guarimberos a los que el Grupo de Lima defiende. “La misma derecha terminó ofuscada, cansada de estos guarimberos. Encerraron a la gente de la clase media y media alta poniendo cadenas en los portones de los edificios. Lo obligaron a estar en paro. No les permitieron acudir a un hospital o una consulta médica. Hubo gente degollada y quemada viva. Y van a hablar de derechos humanos. El comandante de estos actos, Freddy Guevara, que estaba escondido en la embajada de Chile, fue indultado también por el presidente Maduro. En Colombia no hubiera durado 24 horas vivo”, aseveró.

El Grupo de Lima también expresó entonces “su seria preocupación por la crisis humanitaria que enfrenta el país y su condena al gobierno por no permitir el ingreso de alimentos y medicinas en apoyo al pueblo venezolano”.

El analista consideró que este punto es uno de los colmos del sarcasmo de esa declaración. “Dicen que es el gobierno el que no deja entrar los alimentos y las medicinas. Nos acusan de autosabotearnos. Tal parece que nos encanta que nos bloqueen, nos excita ver como interceptan los barcos y subastan nuestra gasolina en Texas. Experimentamos placer erótico porque nos roben Citgo y porque Inglaterra se apropie de 2 mil millones de dólares en oro. Es un sarcasmo, una ironía rastrera y preocupante. Te ahogo, te sofoco y me burlo. Tal como está pasando en EEUU, donde ayer quedó libre el policía que mató a George Floyd, con el pago de una fianza de 1 millón de dólares. ¿Quién lo pago? Pueden haber sido los republicanos, la Asociación Nacional del Rifle o cualquiera… Y nos vienen  a hablar de derechos humanos”.

Pidió también recordar el fraude del concierto “humanitario” de Cúcuta y que las gandolas con la supuesta carga humanitarias las quemaron ellos, demostrado por CNN. “Estas cosas hay que decirlas altivamente. Basta de la política exterior de la lloradera, de pobrecitos nosotros”, reafirmó.

Un punto clave de la Declaración de Lima es la decisión de continuar la aplicación de la Carta Democrática Interamericana a Venezuela, excusa fundamental para la invasión. También apoyaron la decisión del Mercosur de suspender a Venezuela en una supuesta aplicación del Protocolo de Ushuaia sobre Compromiso Democrático, una jugada sin sustento jurídico. “Son así: no respetan ni siquiera sus mismas reglas”.

En su empeño por aislar a Venezuela, acordaron no apoyar ninguna candidatura venezolana en mecanismos y organizaciones regionales e internacionales. “No es un ataque contra un gobierno. Es un ataque contra el Estado venezolano, contra sus fronteras, contra su Fuerza Armada y  contra cabeza común”.

De la misma manera, la declaración establece el compromiso de mantener un seguimiento de la situación en Venezuela, a nivel de cancilleres, hasta el pleno restablecimiento de la democracia en ese país, y de reunirse a más tardar en la próxima sesión de la Asamblea General de Naciones Unidas, oportunidad en la que podrán sumarse otros países. “Estamos hablando de los lobbies que tanto ha denunciado el embajador de Venezuela ante la ONU, Samuel Moncada”, dijo el también director de LaIguana.TV.

Observó que a partir de enero de 2019, como consecuencia del liderazgo colombiano, el lenguaje del Grupo de Lima se endureció con la introducción de términos como usurpación y dictadura. “Las palabras no son neutras, como decía mi maestro y amigo Rigoberto Lanz. Y ellos comenzaron a hablar del régimen ilegítimo de Nicolás Maduro y de su enjuiciamiento ante la Corte Penal Internacional. También se quiso catalogar de crimen de lesa humanidad la decisión de impedir el ingreso de la supuesta ayuda humanitaria, que, como ya se dijo, fue quemada por ellos mismos”.

Destacó que el Grupo de Lima ha operado de manera conjunta con el llamado Grupo Internacional de Contacto, otro parapeto, conformado por Francia, Alemania, Italia, Países Bajos, Portugal, Suecia, Reino Unido, Costa Rica, Uruguay, Ecuador y Bolivia.

¿Quién es quién?

En el trayecto final del programa, con datos del Equipo de Investigación de Desde donde sea, Pérez Pirela presentó lo que llamó los chismes (o brollos, como se dice en Zulia) bien fundamentados acerca de quién es quién en el Grupo de Lima. “Se dice que quien tiene rabo de paja difícilmente se acerca a la candela, aunque conozco a más de uno y de una que lo hace. Pero acá vamos a ver a algunos de estos personajes”.

Comenzó con un dato general. El porcentaje promedio de apoyo electoral de los presidentes miembros del Grupo de Lima es de apenas de 16,46%. Esto significar que solo 16 de cada 100 votantes respaldaron a los presidentes de un grupo que pretende dar lecciones de democracia.

Luego expuso los datos sobre algunos de estos individuos que se postulan como grandes señores y depositarios de la moral:

Honduras. Juan Orlando Hernández. Investigado por recibir un millón de dólares para su campaña al Congreso de manos de Joaquín Lovera, nada menos que “el Chapo Guzmán”. Mientras Honduras apoyaba las declaraciones del Grupo de Lima en 2017, estaba en marcha una gigantesca caravana de migrantes huyendo de la violencia armada, de la pobreza y de condiciones humanitarias críticas en ese país, a la que se incorporaron otros migrantes de Guatemala y El Salvador, países aliados de Washington.

Argentina. Mauricio Macri. Gobernante de derecha que se fue primero que Maduro y dejó a Argentina endeudada ante el FMI e incumpliendo la promesa de reducir la inflación. “Pensaba que esto había terminado con la llegada de Alberto Fernández, pero esta semana vimos que no es así”, comentó Pérez Pirela.

Brasil. El actual presidente, Jair Bolsonaro, ha estado a punto de un impeachment desde el comienzo de su mandato (2019). Sus políticas de extrema derecha y su desdén por los menos favorecidos han expuesto a la población al Covid-19 y lo ha convertido en epicentro mundial de la pandemia. Es un genocidio de magnitudes apoteósicas. No le dio la gana de hacer nada, ni siquiera ponerse una mascarilla.

Colombia. País firmante y voz cantante. Pretende dar clases de moral y política. El 14 de agosto, Duque dijo durante la instalación  de la XIX Reunión de Ministros de Relaciones Exteriores del Grupo de Lima que «la presión diplomática ha sacado a la dictadura de su zona de confort», lo que hacía avizorar la aprobación de la declaración injerencista contra Venezuela en octubre. Duque dice eso cuando el pueblo colombiano en la calle por masacres, represión policial y por una crisis económica sin precedentes. Lo dice cuando su jefe, Álvaro Uribe, ‘el Matarife’, está en hacienda por cárcel, por manipulación de testigos y fraude procesal; y cuando él mismo es procesado por fraude electoral. Lo dice cuando su embajador en Uruguay descubierto con un laboratorio de coca. Etcétera, etcétera. Ese es el gobierno colombiano que firmó la Declaración de Lima, un señor que ganó las elecciones bajo el auspicio del narcotráfico, que ha permitido y liderado masacres contra civiles, campesinos y firmantes de un acuerdo de paz. Un Duque que no ofrece garantías a su pueblo ni ante el Covid-19 ni ante los grupos armados que minan de violencia el país.

Perú. La sede del Grupo es el país en el mundo con mayor número de fallecidos en proporción a su población por Covid-19. El actual presidente, Martín Vizcarra, no fue electo por el pueblo peruano, llegó al poder con poco apoyo político del Congreso y por eso lo disolvió. Sustituyó a Pedro Pablo Kuczynski, quien tuvo que renunciar por un escándalo de corrupción vinculado a la empresa brasileña Odebrecht, y fue acusado de lavado de activos con agravantes por supuesta pertenencia a organizaciones vinculadas al caso Lava Jato. Se ordenó 36 meses de prisión.

“Esta es la pléyada, la selección, es el dream team del Grupo de Lima. Es el grupo que llevó a la ONU la resolución que votó Alberto Fernández, ¿Nos estamos entendiendo? –remarcó-. Tenemos que hacer un grandísimo trabajo de pedagogía con nuestros pueblos porque se nos ponen una corbata y se nos perfuman y nosotros les creemos cualquier historia. El Grupo de Lima expresa un paradigma extremadamente peligroso de relaciones exteriores de la región porque se basa en el no reconocimiento del principio de la libre autodeterminación de los pueblos. Si los dejamos avanzar en este empeño, el futuro de América Latina será de pronóstico reservado”, concluyó.

Libro

Recomendó Las caricaturas de Rayma durante el paro-sabotaje petrolero 2002-2003 (Una mirada antropológica), del especialista venezolano José Romero-Lossaco, una edición de El Perro y la Rana.

(LaIguana.TV)